La lista sigue y el nivel sube.
6. Bob’s Burgers
Lo mejor y lo peor que le puede ocurrir a una comedia es conocerse a si misma cuando ya ha comenzado a emitirse. Muchas veces he comentado que es una situación muy común porque los personajes, los actores y las bromas tienen que encontrarse a medio camino y es normal que tarden unos cuantos episodios. ¿Y qué lectura tiene positiva? Pues que, será casualidad o no, mis mayores happy places cómicos de los últimos años tienen en común que empezaron en proceso de transformación. Me refiero a ‘Parks and Recreation’, ‘Cougar Town’ y ‘Bob’s Burgers’. Desde que entendió que los episodios le funcionaban mejor si utilizaba la acidez desde el cariño (en lugar de la acidez por acidez como ‘Padre de familia’), está en estado de gracia.
De esto hace cuatro años y no hay ni una sola semana que no tenga algún instante lúcido, acompañado de unas situaciones originales y bien desarrolladas. El especial de Acción de gracias de este año, donde les perseguían unos pavos asesinos, o el episodio donde Tina se disputa con una compañera de instituto un (falso) novio fantasma en forma de caja de zapatos son algunos de los destacados. Pero todos se mueven igualmente entre el notable alto y el sobresaliente, unos resultados admirables para cualquier comedia.
5. Hannibal
¿Qué tendrá en la cabeza Bryan Fuller? ¿Cómo pudo dibujar el maravilloso mundo de ‘Pushing Daisies’ y luego descubrir las pulsiones más oscuras de los individuos más enfermos de la sociedad? Esta pregunta la lanzo evidentemente desde un punto de vista superficial porque, si paramos atención a las obras, se nota que son hermanas gemelas. Hay pocos autores televisivos que perciban y creen las series como obras artísticas totales donde cada elemento tiene que estar en consonancia con el resto: la cadencia, el vestuario, la fotografía, los decorados, los diálogos, el tono. Todo.
En esta segunda temporada, al habernos presentado ya el universo perverso, se tomó todavía más licencias. ¿Había mayor declaración de intenciones que ese psicópata que imitaba a Spencer Tunig? La persecución por los maizales, donde una víctima escapaba para terminar tirándose por un precipicio y darse fatalmente contra una roca antes de llegar al agua, nos contó que no era una historia de salvación. Es una historia sobre juegos mentales, donde retar al espectador es una obligación, poner a prueba nuestros estómagos y nuestros sentimientos. A esto obedecía el festín de pierna, el cadáver a lonchas y una traca final loca y, cómo no, más caníbal que nunca. Gracias, Fuller, por proporcionarme (literalmente) mi mayor pesadilla.
4. Fargo
Este año fue de bien a todavía mejor. Cuando comenzó creíamos que ‘True detective’ encabezaría todas las listas habidas y por haber y al cabo de unos meses ya teníamos a ‘Fargo’ retándonos, recordando que quedaba mucho por llegar. Pocas obras, sin embargo, fueron tan perfectas como esta adaptación del clásico de los hermanos Coen que (¡oh, sorpresa!) no repetía la trama por la que Frances McDormand ganó un Oscar. ¿Cuántas personas que calificaron de innecesario este proyecto tuvieron que tragarse sus propias palabras? Diría que, si todos no lo dijimos, la mayoría lo pensamos.
Si en su momento ‘Fargo’ participó como comedia en los Globos de oro, no es ninguna locura decir que la serie también es una comedia. Es violenta, dura y muy cínica pero la visión de Noah Hawley tiene una macabra sonrisa en cada momento. Y también un deje muy entrañable. Esto se notaría en la interpretación de Allison Tolman, una de las revelaciones del año, que daba a entender que no todo está perdido. Los juegos de Lorne Malvo, el tiroteo desde fuera el edificio, la pelea en la nieve y casi cualquier diálogo. ‘Fargo’ es una gran serie.
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