viernes, 7 de enero de 2011

La nacionalidad de Downton Abbey

Los americanos son bastante incapaces de apartar la mirada de su propio ombligo. Soy el primero en reconocer (y admirar) el mérito de su industria, pues he mamado Hollywood desde que tengo conciencia, pero también se creen los únicos capaces de producir ficciones en condiciones, con soltura en la realización y montaje, de imagen impoluta y que encima se vean caras, algo que parece una tontería y no lo es.


El otro día, por ejemplo, leía en la revista Variety que gracias a la contribución de NBC U International en la producción de Downton Abbey, la serie de la cadena británica ITV había podido ser lo que era. Que la aportación de una cuarta parte del presupuesto, de más de un millón de libras por episodio, había permitido una dirección más “americana”, con “ritmo, escenas cortas, un reparto coral y la habilidad de sostener varios arcos argumentales sin perder el interés del espectador”. “Puede que Downton Abbey sea un drama de época, pero es un programa muy moderno”, dijo Michael Edelstein, el responsable de producción televisiva de la empresa norteamericana. Y mientras que es verdad que el dinero ayuda (a cambio de todos los derechos fuera del país, que no son moco de pavo sobre todo cuando ya está siendo un éxito de ventas en DVD en EEUU), que no pretenda hacernos creer que Carnival Films no hubiera sido capaz de hacer una grandísima temporada sin la influencia americana.


El Reino Unido, sobre todo gracias a la BBC, tiene un largo historial a la hora de hacer buena televisión. Otra cosa es que sorprendiera que fuera del canal público causara tanto furor una producción de época, pero el talento ya estaba ahí. Julian Fellowes, guionista de (el tostón de) Gosford Park, es británico, al igual que el reparto y los tres directores responsables de los siete episodios, Brian Percival, Ben Bolt y Brian Kelly, también. Y Carnival, que aportó tres cuartos del presupuesto, también. ¿Entonces por qué atribuir la calidad a la aportación (únicamente monetaria) de NBC U? Bueno, en el caso de Edelstein porque su trabajo es vender la serie en los Estados Unidos, pero que Variety le siga el bulo como si se tratara de una obviedad me indigna.


Quizá lo que no soportan es que la ficción británica (incluso esta que viene de una televisión privada) tenga como referente un ente público como la BBC (ojalá pudiéramos tener en la misma consideración a TVE). O que los británicos sean capaces de tener una visión propia (como demuestran Skins o Misfits) y encima con una realización que quita el hipo. Y es que por ejemplo Misfits, que es moderna como ella sola, podría servir para que los americanos aprendieran a rodar escenas de discoteca. Las de productos con mayor presupuesto como Gossip Girl ni se acercan a tan magistral dirección (o montaje, donde resida el mérito).


Y Downton Abbey, que bebe directamente de Arriba y Abajo, Lo que queda del día y cualquier narración británica con sirvientes de por medio, es sublime porque en ella nada (ni nadie) falla. Es un folletín culebronesco de época con todas las de la ley, con unos exteriores preciosos (que encontrar días soleados en Inglaterra no es tarea fácil), un reparto magnífico (donde la ladrona de Maggie Smith sólo hace que robar planos) y una fluidez en el guión impecable. Justamente lo que recriminé a Gosford Park en su momento, su incapacidad de emocionar, aquí es su fuerte. No hay episodio en el que no se humedezcan los ojos, ni personaje sin cariño. El único inconveniente es tener que esperar casi un año para seguir con las desventuras de los Grantham y su servicio, muy modernas, muy clásicas pero sobre todo muy británicas.

7 comentarios:

Julio C. Piñeiro dijo...

Insisto en que no le estás dando a Gosford Park el trato que se merece. Comienza como algo parecido a 'La regla del juego' de Renoir, continúa con una distribución de poersonajes con clara influencia de 'Arriba y abajo' y acaba con un impresionante giro del personaje de Helen Mirren, convirtiéndola prácticamente en la versión femenina del general encarnado por Alec Guinness en 'El puente sobre el río Kwai'.

Además, el impresionante reparto coral sirvió para descubrir a Clive Owen y para que Kelly McDonald nos diese la mejor de sus versiones. Sigo pensando que es una enorme actriz desaprovechadísima hasta el momento. A ver si la 1º temporada de Boardwalk Empire le da el pistoletazo definitivo hacia la gloria.

Unknown dijo...

Coincido con Julio en que Kelly McDonald merece mucha más atención de la que había recibido hasta Boardwalk Empire. Y Gosford Park no es un tostón. Pero la vendieron como lo que no era, con eso de que hay una muerte.

Crítico en Serie dijo...

Kelly McDonald curiosamente creí que era lo mejor de No Country for Old Men y ahora también me ha enamorado en State of Play. Un motivo más para ver (en serio) Boardwalk.
Con respecto a Gosford Park... ya veo que tendré que volver a verla. La vi en el cine, ya hace unos cuantos años, y quizá con la edad la veré de otra forma. Si hago el experimento, ya os diré qué tal ;)

satrian dijo...

Solo llevo dos capítulos y ya estoy enganchado.

Anónimo dijo...

Como dice Pere, lo que ocurre es que necesitan venderle al público americano que la serie les gustará, que no hace falta ser fanático de los Beefeaters para mirarla. Puro marketing.

Saludos.

José B. dijo...

Quizás la única influencia estadounidense que tenga Downton Abbey es ese bendito jabón en el capítulo final, parece una escena (de las malas) de Desperate Housewives.

ARGOS dijo...

Hace unas semanas hice una lista con algunas series que quiero ver. Ésta es una de ellas.

Llego aquí tras haber buscado fotos para una entrada propia y encontrar una en este sitio. Vendré más.