jueves, 11 de abril de 2013

Los asesinatos suceden en todas partes

Hace cuatro semanas me citaron en Nueva Zelanda cuando desapareció una niña de once años llamada Tui Mitcham. Lo curioso del caso es que no es una huída normal y corriente fruto de una rebeldía adolescente precoz: Tui está embarazada y la policía todavía estaba estudiando la posibilidad de que la hubieran violado. Como Jane Campion fue quien dio la alerta, hubo que darle prioridad al caso y no seré yo quien se queje. Las antípodas del planeta son un rincón precioso y mudarme provisionalmente a las orillas de un lago remoto tiene su qué. No me extraña que hasta hayamos encontrado por allí un grupo de mujeres heridas que intentan encontrar la paz espiritual. Su líder, por cierto, es Holly Hunter y cualquiera se pierde su reencuentro con Campion, buenas amigas. De momento, que conste, puede que el caso avance lentamente, pero la detective a cargo parece que tiene algo más que resolver aparte de la desaparición de Tui. Ser mujer, dicen, no es fácil por esos lares.


Mientras, me esperan en Dinamarca. He oído que Sarah Lund no ha dejado la policía y está investigando otro crimen. Si con el de Nana Birk Larsen afectó la campaña de un político de Copenhagen y con la muerte de Anne Dragsholm incomodó al mismísimo ejército, ahora se ve que está metiendo las narices en las finanzas. Hay algo turbio y ella se lo ha tomado como un último sacrificio antes de abandonar el estatus de detective estrella del país. El canal DR1 confirma las informaciones. ¿Cómo voy a perderme, entonces, semejante derroche de voracidad, tenacidad y determinación? Puede que sea un tanto desagradable y que sea de las peores madres que haya visto, sí, pero es un placer verla en acción. En Dinamarca, según mis experiencias recientes, salen los buenos detectives como setas.

Todavía tengo en mente mi último traslado allí. Habían hallado un cuerpo partido en dos en el puente de Oresund y, como cada mitad estaba a cada lado de la frontera con Suecia, tuvieron que hacerse cargo del caso las brigadas de ambos países. Saga Norén y Martin Rohde puede que no conectaran a primeras porque ella padecía algún tipo de autismo que la hacía bastante arisca, pero al final hicieron un buen equipo a la hora de enfrentarse a un psicópata muy metódico. Bueno, y pocas veces he sentido tanto el frío nórdico como allí, que se cala en los huesos, el paisaje, las construcciones y la forma de relacionarse de todos ellos.


Por culpa de estos casos, sin embargo, el asesinato del pequeño Danny en un pueblo costero inglés no me despierta especial interés. Me pasé por allí el día que descubrieron el cuerpo en la playa y viví algún momento desolador. Ver a una madre recibir la notificación de la muerte nunca es fácil. Pero no sentí que esa localidad, Broadchurch, fuera especialmente atractiva. Supongo que sería distinto si sintiera algún tipo de simpatía por David Tennant, el policía de homicidios que justo acaba de llegar al pueblo, pero no seguí su carrera anterior y no presiento que haya nada de particular en su compañera, el caso o el ambiente. El tipo a cargo de la investigación, Chris Chibnall, dice que el asesinato puede afectar a toda la comunidad de una forma que no hemos visto antes pero, como no me termina de convencer, posiblemente visitaré a Lund antes de tiempo. Aunque todavía no, que hay que resolver el caso de Tui y hay demasiadas horas de vuelo entre un sitio y otro. No quisiera que el jet-lag me nublara el juicio. 

Y lo que tengo muy, muy claro es que ni en broma me iré a Seattle con Sarah Linden. No tiene olfato y su jefa, Veena Sud, me inspira cero confianza. Además, para ver a una Sarah detrás de un criminal, está la Sarah danesa. No suelo tener nada en contra de los parecidos razonables, pero sí cuando la segunda es profundamente aburrida. Ni su habilidad con los tambores japoneses hace que sea mínimamente interesante. Paso, paso. Primero Nueva Zelanda, después Copenhagen y luego ya se verá, que últimamente aparecen cadáveres donde menos te lo esperas.

2 comentarios:

katanita dijo...

Me ha encantado tu manera de escribir este post sobre series de asesinatos, muy original, da gusto leerte!

Crítico en Serie dijo...

La escribí hace un tiempo y ya casi ni me acordaba. Realmente me desmarqué del estilo con el que suelo escribir. Muchas gracias. :)