Perdón. Me paso toda la temporada pasada explicando las mil gracias de Revenge y, cuando las cosas se ponen feas, paso de ella como Victoria Grayson pasaría de alguien que vistiera de Inditex. Pero no hubo manera. Encadené varios episodios aburridos y he sido incapaz de retomarla desde que volvió del parón de Navidad. Y, por lo que parece, Mike Kelley no me lo tendrá en cuenta. Él, creador y todopoderoso, también la ha abandonado.
La noticia se publicó el martes. Por razones creativas, prefiere abandonar el barco en caso de que renueven la serie por una tercera temporada (algo que todavía está en el aire y que su bajón de audiencia hace peligrar). La razón principal, dicen, es la falta de entendimiento con la cadena. Él quería que Revenge tuviese temporadas más cortas de trece episodios y ABC las quiso de más de veinte.
Esto suena, todo hay que decirlo, a excusa barata. Él sabía a quien vendía la serie y efectivamente le encargaron que cubriera un hueco de la programación de septiembre a mayo, algo que al final no supo hacer. Planeó muy bien el primer tramo (lo que él tenía pensado como la primera temporada), que era la resolución de ese asesinato que presentaba el piloto, y después la serie fue hundiéndose progresivamente.
Mantenía la acidez en las conversaciones y las maquinaciones de Amanda y Victoria, pero no parecía tener un rumbo fijo, algo que se evidenció en la segunda temporada. Con la conspiración tan abierta y la obsesión de Kelley por hacer funcionar los hermanos Porter, un relleno insufrible, perdieron el interés. Más que nada, que a Revenge se le puede perdonar muchas cosas pero no que sea aburrida. O que aparezca la madre loca de la protagonista y le den tan poco jugo. Así que el autor ha preferido lavarse las manos y dar a entender que la culpa es del avaricioso canal, que le pidieron algo imposible.
Esta opinión, sin embargo, no deja de tener parte de razón y los canales parecen estar dándose cuenta. Hay series que se prestan a emitirse semana tras semana durante un largo periodo de tiempo, como los procedimentales e incluso las sitcoms. Pero los dramas con componentes serializados suelen beneficiarse de temporadas más cortas y más cohesionadas. Así los arcos pueden ser más solidos (y sino que se lo digan a Anatomía de Grey y Mujeres Desesperadas, cuyas temporadas muchas veces tiene un arco potente y muchos episodios de relleno para alargarlo), a menos que seas The Good Wife y manejes el temporal como una señora con clase y talento.
De esto hablaremos otro día, sobre todo cuando sepamos si Hannibal tendrá una segunda temporada acortada, como pide Bryan Fuller. Así se uniría a The Following en cuanto a proyectos de canales generalistas americanos que por fin contemplan entregas de menos episodios. Aunque en este último caso, ni aún así vale un duro.
4 comentarios:
Lastima xD Es feo cuando cancelan una serie que sigues ._. me habian dicho que era buena serie, pero ahora creo que no :P
De hecho Pera, discrepo un poquito. The Good Wife es una de las mejores tres series en antena hoy por hoy, deliciosa y única como ninguna, pero creo que 22 capítulos le queda un poquito larga, si bien sus casos judiciales son espectaculares muchas veces. Creo que si bien nunca aburre, sí hay subtramas que podrían quedar de lado (por ejemplo el año pasado cuando volvieron a hacer un remember de la temporada 2 al hacer que Julius, David Lee y otros se pelearan por el puesto gordo dentro del buffet) y así lograr un prodcuto más compacto. Saludos =P
Es que lo de The Good wife no es normal. Yo soy incapaz de recordar un episodio concreo que pueda decir "esto sobra".
Sobre Revenge, yo creo que han conseguido medio enderezarla y que tienen potencial para mantenerla. Pero si la acortan, saldrán ganando muchísimo.
Aunque no sean 13 episodios,que la dejen en 16, o 18.
The Good Wife es increíble como logra engancharme al televisor capítulo tras capítulo. Para mi la mejor serie que se emite hoy en día en USA.
En cuanto a REVENGE empezó muy bien y, para mi, se torció a culebrón infumable y allí se quedó para mi. Para culebrones prefiero Nashville,¡me divierte!
Besos y abrazos,
Josep
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