La despedida de Battlestar Galactica esta primavera motivó que los medios catódicos pararan especial atención a los nuevos productos que salieran del canal SyFy en busca de algún remedio del género para mitigar el dolor. De aquí que surgiera cierta expectación alrededor de Warehouse 13, cuando en realidad pocas veces se espera algo de esta cadena (a menos que sea un Stargate). Y aunque haya sido una de las series de más éxito del cable este verano, esta suerte de Fringe que se inspiraba en el almacén de Indiana Jones y el Arca Perdida, bebía mucho más de la lamentable Eureka que del clásico de la cadena antes llamada SciFi. En definitiva, y por mucho que apareciera por allí Tricia Helfer, no era un parche para los amantes de los cylon.
Casi cuatro millones de espectadores, sin embargo, la han estado siguiendo este verano, un gran dato para un canal de cable y temático (pese a que quiera desencasillarse). Y tampoco es sorprendente: el verano se caracteriza por plagar el mercado de vacuas ficciones que en la temporada de otoño no se salvarían de la quema. Este año tampoco ha sido distinto.
La revelación, en términos numéricos, ha sido Royal Pains, que se ha amoldado perfectamente a la ligerísima programación de USA Network, de series facilonas y graciosillas (Sin Previo Aviso, Psych), y que no acabó de dar lo que se le suponía. De esa frívola fiesta del piloto para very important people quedó poco y los que esperábamos pasar las vacaciones en los Hamptons al estilo upper-east-sider nos quedamos con algo que se le parecía pero con menos presupuesto.
Además, la que el verano pasado intuí como una revelación simpática, Al Descubierto, la he paralizado en el limbo. Desde que la vi en castellano por Telecinco que pongo en duda mi anterior opinión, pues la oligofrenia imperante en los despachos de los marshalls adoptó una dimensión poco halagadora. Ver las series en versión original también tiene sus inconvenientes y ese es poder hacer oídos sordos a lo que no queremos escuchar.
Pero peor le han ido las cosas al canal TNT, que no ha entusiasmado con sus dos grandes apuestas, Hawthorne y Dark Blue. La primera, por ególatra y old-fashioned y que seguramente será apaleada por Mercy en otoño, el Urgencias de enfermeras que ha preparado la NBC. Y Dark Blue, protagonizada por un trasnochado y poco creíble Dylan McDermott, no ha sabido transmitir una dureza tipo Southland a un thriller que requería oler a bajos fondos y que narra los entresijos de agentes encubiertos. Esta vez a Jerry Bruckheimer le ha salido el tiro por la culata. Quien se alegrará, empero, será Kyra Segwick que, mientras sea la única diva del canal, podrá exigir el salario que le plazca (y completamente merecido), porque The Closer sí que está en primera línea, la programen en verano o en invierno, y ha sabido introducir con éxito otra parienta de Brenda Johnson, esta vez la sobrina (e hija de Segwick y Kevin Bacon en la vida real).
Ni lo nuevo de la HBO, que está encandilando al público estadounidense con True Blood (sus audiencias ya están a la altura de Los Soprano), se ha asentado entre la crítica. Hung, que tiene en Thomas Jane su mayor enemigo, no ha sabido encontrar su tono y de no ser hija de la cadena más tendenciosa ya haría tiempo que estaría enterrada entre las decenas de cadenas de EEUU. Como sí le ha pasado, por ejemplo, a dos de las apuestas generalistas, el rollo espacial Defying Gravity de la ABC y The Philantropist en la CBS. Aunque de esta última no puedo decir nada ya que ni la he visto. Y es que a veces me planteo si hace falta ver algo que ni promete, ni interesa a nadie y que seguramente tendrá un amargo porvenir. Es una lástima que la placentera Swingtown, eterna en mi memoria, no sobreviviera entre la audiencia de un canal acostumbrada a procedimentales impersonales.
Casi cuatro millones de espectadores, sin embargo, la han estado siguiendo este verano, un gran dato para un canal de cable y temático (pese a que quiera desencasillarse). Y tampoco es sorprendente: el verano se caracteriza por plagar el mercado de vacuas ficciones que en la temporada de otoño no se salvarían de la quema. Este año tampoco ha sido distinto.
La revelación, en términos numéricos, ha sido Royal Pains, que se ha amoldado perfectamente a la ligerísima programación de USA Network, de series facilonas y graciosillas (Sin Previo Aviso, Psych), y que no acabó de dar lo que se le suponía. De esa frívola fiesta del piloto para very important people quedó poco y los que esperábamos pasar las vacaciones en los Hamptons al estilo upper-east-sider nos quedamos con algo que se le parecía pero con menos presupuesto.
Además, la que el verano pasado intuí como una revelación simpática, Al Descubierto, la he paralizado en el limbo. Desde que la vi en castellano por Telecinco que pongo en duda mi anterior opinión, pues la oligofrenia imperante en los despachos de los marshalls adoptó una dimensión poco halagadora. Ver las series en versión original también tiene sus inconvenientes y ese es poder hacer oídos sordos a lo que no queremos escuchar.
Pero peor le han ido las cosas al canal TNT, que no ha entusiasmado con sus dos grandes apuestas, Hawthorne y Dark Blue. La primera, por ególatra y old-fashioned y que seguramente será apaleada por Mercy en otoño, el Urgencias de enfermeras que ha preparado la NBC. Y Dark Blue, protagonizada por un trasnochado y poco creíble Dylan McDermott, no ha sabido transmitir una dureza tipo Southland a un thriller que requería oler a bajos fondos y que narra los entresijos de agentes encubiertos. Esta vez a Jerry Bruckheimer le ha salido el tiro por la culata. Quien se alegrará, empero, será Kyra Segwick que, mientras sea la única diva del canal, podrá exigir el salario que le plazca (y completamente merecido), porque The Closer sí que está en primera línea, la programen en verano o en invierno, y ha sabido introducir con éxito otra parienta de Brenda Johnson, esta vez la sobrina (e hija de Segwick y Kevin Bacon en la vida real).
Ni lo nuevo de la HBO, que está encandilando al público estadounidense con True Blood (sus audiencias ya están a la altura de Los Soprano), se ha asentado entre la crítica. Hung, que tiene en Thomas Jane su mayor enemigo, no ha sabido encontrar su tono y de no ser hija de la cadena más tendenciosa ya haría tiempo que estaría enterrada entre las decenas de cadenas de EEUU. Como sí le ha pasado, por ejemplo, a dos de las apuestas generalistas, el rollo espacial Defying Gravity de la ABC y The Philantropist en la CBS. Aunque de esta última no puedo decir nada ya que ni la he visto. Y es que a veces me planteo si hace falta ver algo que ni promete, ni interesa a nadie y que seguramente tendrá un amargo porvenir. Es una lástima que la placentera Swingtown, eterna en mi memoria, no sobreviviera entre la audiencia de un canal acostumbrada a procedimentales impersonales.
Pero no todo han sido desgracias. Dos series tan dispares como Nurse Jackie, de la sobrevalorada Showtime, y Make It or Break It, de la conservadora ABC Family, han alegrado estos meses de sol a raudales y que, por lo menos en la Costa Brava, no han dejado ni una gota. Y el balance, pese a los fracasos, no ha sido para nada negativo: si un flechazo veraniego es, ya de por sí, un acontecimiento, dos es el nova más. La historia de estos romances, pero, ya se contará otro día.
11 comentarios:
A mí me han salvado el verano True Blood y Nurse Jackie.
La primera, una vez se abandona todo tipo de lógica, es divertidísima. La segunda no entraba dentro de mis planes y, pese a algún fallito, al final ha sido lo mejor de la parrilla veraniega. Es imposible no amar los pijamas de Zooey.
torpe dama, True Blood también ha sido mi salvadora. Lo único es que en este post he preferido hablar de las novedades. Creo que ahora mismo ya lo sabe todo el mundo que amo a Sookie, Bill y cualquier criatura de Bon Temps.
(De Nurse Jackie me quedo con el encantador Peter Facinelli, marido de Jennie Garth (Kelly en Sensación de Vivir) en la realidad. Qué fuerte, ¿no?)
Nurse Jackie me ha acabado gustando, pero Royal Pains también no esperaba lo mismo que tú de la serie, Defying Gravity no sabe lo que quiere, The Philanthropist se desinfla muy rápido, Hawthorne y Dark Blue, reiterativas y sin atractivo, Warehouse 13 no acabo de cogerle la gracia, True Blood no tiene pies ni cabeza, y The Closer es una verdadera maravilla la mires por donde la mires.
La verdad es que me ha sorprendido el exito de Warehouse 13. La serie es simpática y tal, pero no me ha llegado a enganchar... Eso sí, mejor que Eureka para mi gusto. Y en cuanto a Royal Pains... en fin, ligeritas como dices. Aunque a mi Psych me parece muchísimo más molona y llamativa.
De las demás, pues bastante puf. Reconozco que he disfrutado mucho de make it o break it y de 10 razones para odiarte. Nurse Jackie nunca igualó el nivel de su primer episodio, pero aún así ha sido una buena opción. Pero la que más he disfrutado ha sido Hung. Con lo simplona que es y a la vez lo especial... Yo creo que sí ha sabido encontrar su tono y, no sólo eso, sino que lo ha conseguido mantener.
Me ha sorprendido lo que has dicho de In Plain Sight, yo me ventilé las dos temporadas en pocos días y me resultó muy simpática. ¿Lo que dices es porque el doblaje es malo?
La segunda de In Plain Sight está bastante mejor, pero con las salvedades de los estrenos veraniegos. Warehouse 13 es entretenida sin más por ahora, y tal vez por eso, y por la enorme promoción que se le dio por lo del cambio de nombre Syfy, está teniendo mucha audiencia. Lo mejor es que la mitad de esa audiencia son mujeres, que es el sector al que Syfy quiere llegar. Habrá que ver cómo debuta Stargate Universe para comprobar si la estrategia del canal funciona o no.
Es la primera vez que comento en tu blog, pero lo sigo desde hace algun tiempo. Comparto la mayor parte de tu critica porque la verdad es que las TV nos saturan con sus procedimentales y series medicas y al final son todas iguales a excepción de la grandisima The Closer. Por lo contrario a mí Hung me ha alegrado el verano, la empece a ver con mis reticencias pero me ha acabado gustando, Y que decir de True Blood!!! hace pasar un muy buen rato. Tengo que decir que soy muy fan de HBO, no se me gusta la forma en que plantea sus series
satrian, me alegra ver que The Philantropist no te gustó. Espero que nadie diga lo contrario, que luego quizá debería ver un episodio.
Adri, a mí me parece que la gente se esperaba otra cosa de Showtime. Yo creo que, pese a la adicción a las drogas y su dudosa ética matrimonial, no es muy showtime y quizá por eso me gusta. Y justamente, episodio a episodio, me ha hechizado (Jackie y también el Doctor Cooper).
ALX, el doblaje me hizo tener otra visión de la serie. La vi, además de aún más básica, demasiado esquizofrénica. La actitud de todos sus personajes me pareció DEMASIADO extrema. Hacía tufo a mala. Igualmente, me la he seguido tragando, aunque la season finale de la segunda temporada me pareció flojísima.
MacGuffin, ¿sabes dónde engancharon a la audiencia femenina? En la segunda escena, cuando el prota sale en calzoncillos de la ducha. Pero el chico tiene cara de demasiado bonachón. Lástima. ;)
Anónimo, el problema de los procedimentales es que utilizan fórmulas un poco agotadas. Igualmente, no se debe menospreciar el concepto. Y aparte de The Closer, Reina de la TV, me quedo con la ligerita Castle. Nathan Fillion y su extraña familia me hacen pasar un buen rato, por típicos y tópicos que sean los casos.
Casi ninguna de las series del verano me atrae, con la excepción de Hung, True Blood y Nurse Jackie. Con la primera me lo paso verdaderamente bien, sin ser una obra maestra. La segunda, llega a ser tan ida de olla que me encanta, y la tercera, bueno, lo cierto es que la tengo colgada por otras series... pero no deja de ser interesante.
Critico tienes toda la razón con lo de Castle, empece haberla este verano sin esperarme ninguna cosa diferente pero la verdad que la serie te hace pasar un buen rato, aunque también es verdad que si no fuera por el papel que hace Nathan Fillion y la madre la serie no se yo si será igual de distraida.
El personaje de la detective Beckett me recuerda al de la agente del FBI Rachel Yonug de la cancelada Eleventh Hour.
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