Cinco Hermanos ha llegado a la cadena de pago Fox después de una contundente estrategia publicitaria por las calles de Barcelona, además de las promociones realizadas en Cuatro y Digital +. Esta serie dramática americana, que nació con la intención de reforzar las noches dominicales de la cadena ABC después de las exitosas Mujeres Desesperadas, está encabezada por Calista Flockhart, la televisiva Ally McBeal, y muestra la vida de los integrantes de una rica y unida familia americana después de la muerte del patriarca.
Las líneas argumentales de la serie, que siguen tanto a los personajes en los momentos corales como en sus vidas privadas, no brillan por su originalidad ya que se basan en la cotidianidad y en la relación entre unos hermanos ya creciditos. Quizás en este hecho reside uno de los inconvenientes de la serie: la relación entre los cinco hermanos parece poco creíble en un principio por culpa de ciertas actitudes más propias de la pubertad que de la treintena. No obstante, este factor también permite crear momentos delirantes, que es cuando mejor funciona la serie, gracias al buen ritmo que le consiguen dar los guionistas y a la comicidad que parece haber entre el reparto.
En general, las interpretaciones son espléndidas, sobretodo en el caso de Patricia Wettig (también conocida como presidenta de Prison Break), quien otorga de una gran humanidad y carisma a la amante perpetua del difunto marido, y de Rachel Griffiths (la Brenda de A dos metros bajo tierra), que consigue hacer un cambio de registro muy drástico respecto a su anterior papel en la televisión, sin sobreactuar ni parecer poco creíble. Y es que este es uno de los problemas a los que se tuvo que afrontar Cinco Hermanos: conseguir hacer olvidar los anteriores personajes que encarnaron los actores del reparto, debido a que entre los personajes de la serie constan actores de Alias (Ron Rifkin, Balthazar Getty, y la misma Patricia Wettig), Reunión (Dave Annable), Urgencias (Sally Field) y Everwood (Emily VanCamp), aparte de las ya mencionadas Ally McBeal, A dos metros bajo tierra y Prison Break. Aún así, los actores han salido airosos de este reto, realizando magníficas interpretaciones (incluyendo la doblemente oscarizada Sally Field), menos en el caso de Calista Flockhart que aunque esté impecable no consigue hacer olvidar a la histriónica y brillante abogada, más por un error de casting que de la propia actriz, ya que los dos personajes tienen una personalidad demasiado parecida.
Quizás políticamente correcta en exceso (se tratan temas serios como la guerra o la política pero vagamente, sin argumentos novedosos y sin posicionar del todo a ningún personaje), la serie acaba siendo un buen producto. Es entretenimiento para todas las edades, sin ser una de las grandes series que circulan actualmente por la televisión (e internet), en la que ya se está llamando “la edad de oro” gracias a Perdidos, Mujeres Desesperadas, Nip/Tuck, Weeds o Prison Break. Pero Cinco Hermanos tiene un grave inconveniente: las temáticas tratadas pueden resultar demasiado distantes al otro lado del atlántico, ya que la guerra de Afganistán, las divergencias entre demócratas y republicanos, o el nivel de vida de la familia, pueden parecer de otro mundo por aquí. Que tenga una manufactura impecable y un ritmo adecuado, no significa que sea exportable. Y más aún para la audiencia española, eternamente imprevisible.
Las líneas argumentales de la serie, que siguen tanto a los personajes en los momentos corales como en sus vidas privadas, no brillan por su originalidad ya que se basan en la cotidianidad y en la relación entre unos hermanos ya creciditos. Quizás en este hecho reside uno de los inconvenientes de la serie: la relación entre los cinco hermanos parece poco creíble en un principio por culpa de ciertas actitudes más propias de la pubertad que de la treintena. No obstante, este factor también permite crear momentos delirantes, que es cuando mejor funciona la serie, gracias al buen ritmo que le consiguen dar los guionistas y a la comicidad que parece haber entre el reparto.
En general, las interpretaciones son espléndidas, sobretodo en el caso de Patricia Wettig (también conocida como presidenta de Prison Break), quien otorga de una gran humanidad y carisma a la amante perpetua del difunto marido, y de Rachel Griffiths (la Brenda de A dos metros bajo tierra), que consigue hacer un cambio de registro muy drástico respecto a su anterior papel en la televisión, sin sobreactuar ni parecer poco creíble. Y es que este es uno de los problemas a los que se tuvo que afrontar Cinco Hermanos: conseguir hacer olvidar los anteriores personajes que encarnaron los actores del reparto, debido a que entre los personajes de la serie constan actores de Alias (Ron Rifkin, Balthazar Getty, y la misma Patricia Wettig), Reunión (Dave Annable), Urgencias (Sally Field) y Everwood (Emily VanCamp), aparte de las ya mencionadas Ally McBeal, A dos metros bajo tierra y Prison Break. Aún así, los actores han salido airosos de este reto, realizando magníficas interpretaciones (incluyendo la doblemente oscarizada Sally Field), menos en el caso de Calista Flockhart que aunque esté impecable no consigue hacer olvidar a la histriónica y brillante abogada, más por un error de casting que de la propia actriz, ya que los dos personajes tienen una personalidad demasiado parecida.
Quizás políticamente correcta en exceso (se tratan temas serios como la guerra o la política pero vagamente, sin argumentos novedosos y sin posicionar del todo a ningún personaje), la serie acaba siendo un buen producto. Es entretenimiento para todas las edades, sin ser una de las grandes series que circulan actualmente por la televisión (e internet), en la que ya se está llamando “la edad de oro” gracias a Perdidos, Mujeres Desesperadas, Nip/Tuck, Weeds o Prison Break. Pero Cinco Hermanos tiene un grave inconveniente: las temáticas tratadas pueden resultar demasiado distantes al otro lado del atlántico, ya que la guerra de Afganistán, las divergencias entre demócratas y republicanos, o el nivel de vida de la familia, pueden parecer de otro mundo por aquí. Que tenga una manufactura impecable y un ritmo adecuado, no significa que sea exportable. Y más aún para la audiencia española, eternamente imprevisible.
No hay comentarios:
Publicar un comentario