martes, 6 de noviembre de 2007

Estrenos USA: Gossip Girl, una oda al elitismo

Los fans de O.C. están de suerte. Su creador, Josh Schwartz, ha vuelto a las pantallas de los hogares americanos con Gossip Girl. Y las similitudes entre ambos productos no son pocas: si en O.C. narraba la vida de dos de las familias más pijas de California, en Gossip Girl ha cambiado de costa pero no de concepto.

La guapa y rubia Serena (Blake Lively) desapareció de Manhattan sin dejar rastro hace un año. Dónde estaba es un misterio. La cuestión es que ha vuelto con ganas de recuperar su antigua vida y Blair (Leighton Meester) no se lo va a poner fácil. Antiguamente mejores amigas, Blair se quedó pasmada cuando Serena marchó sin decirle nada, y ahora que tiene el upper-east-side rendido a sus piés, no está dispuesta a ceder el trono. Y es que las cosas no serán fáciles para Serena sobretodo después de que Blair se entere que su novio (Chace Crawford) le puso los cuernos con su examiga. No obstante, Serena parece haber llegado con ganas de cambiar y hacer las cosas bien. Incluso se ha fijado en un chico poco popular del colegio (Penn Badgley). Pero, ¿será realmente capaz de cambiar? ¿Y podrá Blair hacerle un hueco en su vida de nuevo?

Sí. El concepto es claramente parecido al de O.C., pero hay una pequeña diferencia: si en la serie californiana había el contrapunto del marginado y el chico pobre-problemático, en Gossip Girl TODOS son niños bien. Piden dry martinis si están deprimidos, viven en lujosos apartamentos, organizan fiestas de etiqueta y van a ellas con limusinas bebiendo champán. Y todo esto con dieciseis años. Por lo tanto: sí, Gossip Girl es una propuesta descarada de ideología elitista. Serena, por más que parezca pregonar no ser superficial, no deja de vestir de Christian Dior, va a fiestas megaestupendas y lo paga todo con la tarjeta de mamá. Y el impopular de turno es físicamente mono, hijo de una antigua estrella de rock, está supercolado por la guapa del instituto y tiene una hermana (Taylor Momsen) con ansias de llegar a lo más alto (cueste lo que cueste). Respecto a los demás personajes, todos son profunda y llanamente superficiales.

Para que se entienda la esencia del producto sólo hace falta ver una escena de la primer episodio, cuando una madre le aconseja a su hija que aproveche ahora porque “nunca serás ni tan joven, ni tan delgada, ni tan feliz”. Más adelante incluso se puede ver el coro del colegio cantando el G-L-A-M-O-R-O-U-S de Fergie a capella. Efectivamente, los dibujos de Jordi Labanda han cobrado vida.

Aún así, Gossip Girl es entretenida y no deja de alumbrar con los excesos tan fácilmente criticables. Los vestidos, las fiestas, los montajes audiovisuales son delicias para los ojos, y las actuaciones son aceptables para un producto tan adolescente (en el caso de Blake Lively, excelente). Por otro lado, argumentalmente no ofrece nada nuevo al género teen. Si algo distingue a la serie de las demás es un decorado que a veces anula completamente las tramas.

Que nadie espere ver una crítica ácida al pijerío más radical de Nueva York: Gossip Girl es, transparentemente, una oda a todo lo que muestra.
Sorprendentemente, el 3 de diciembre la cadena AXN empezará a dar Gossip Girl en versión original subtitulada. Para la versión doblada deberá esperarse un poco más y llegará en el canal Sony, aunque parece que La 1 (tve) también tiene los derechos de emisión.

2 comentarios:

Sunne dijo...

veo que te ha gustado.jajaja, se que me arrepentiré pero me estoy bajando el episodio piloto, ya me da miedo y todo....

Unknown dijo...

escuche mucho hablar de esta serie y "la curiosidad mato al gato" y me puse a buscar empece por ver videos de la serie después quise otra opinión para recalcar mi total desencanto y con tu critica termino de convencerme, ¡¡si la serie para mi es una total porquería!!