Estrenos USA: Life, haciendo justicia

Series de asesinatos hay en televisión todos los días y de todos los estilos. Eso sí, las que son buenas siempre tienen un mismo denominador común: un protagonista bien elaborado, marcado, fácilmente reconocible, con alguna peculiaridad que lo hace especial por más sutil que pueda ser, y magníficamente interpretada. Así sobrevivió Jessica Fletcher o el detective Ironside al paso de los años, o así destacan de entre tantas series personajes como Horatio Cane o Brenda Johnson. Sin huella propia no habría quien los identificara entre tantos detectives profesionales y amateurs. Y Charlie Crews, el protagonista de Life, es uno de los afortunados.

Charlie Crews (Damian Lewis) fue mandado a la cárcel por unos asesinatos que no cometió. Después de permanecer doce años en prisión, su abogada consiguió reabrir el caso y demostrar la inocencia de su cliente. Pero salir de nuevo al exterior no es fácil por más millones que te den de indemnización: su mujer está casada con otro, sus amigos desaparecieron al culparle y los recuerdos de entre rejas no son un gran consuelo. Lo único que le queda de su antigua vida es su trabajo: detective de homicidios en el cuerpo de policía. Tiene la oportunidad de dar lo que él tardó doce años en conseguir: justicia. ¿Aunque será capaz de encontrar a quienes le tendieron una trampa dentro del cuerpo policial? ¿Y será capaz de rehacer una vida que todo el mundo ya daba por perdida?

Para empezar, la dura premisa es interesante e inusualmente sustancial para una serie de estas características: en este género televisivo casi que ni se necesita una excusa. En cambio, Life apuesta fuerte por una doble vía: consigue ser tanto una serie de caso por episodio, como una serie de hilo argumental firme. En todo momento queda claro que importa saber quién o quiénes intentan culpar a Charlie Crews, aunque tampoco es imprescindible seguir el hilo para poder disfrutar de esta serie. Además, la imagen tiene un trato tan duro como lo es el pasado del protagonista e impregna cada plano de la crudeza de la realidad, aumentando este efecto en los flashbacks pasados con las declaraciones de la gente que rodea al protagonista. Y el trato que tienen los casos es firme y creíble, teniendo en la baza humana gran parte de su acierto. A diferencia de otros productos similares, los testigos rezuman humanidad y llegan a protagonizar escenas dramáticas sin resultar tópicas.

Asimismo, Life no sería tan lograda sin Damian Lewis, que consigue encarnar a Charlie Crews con la gran dificultad que acarrea el personaje. En lugar de ser un hombre corroído por las ansias de venganza o ser arquetípico, el hombre que sale de la prisión es alguien que domina el autocontrol e instruído en la búsqueda de la paz interior. De esta manera, Lewis borda el complejo personaje mostrando en todo momento, gracias a su contención, la tranquilidad de Crews, las ansias de transmitir paz y la sensación de que no acaba de encontrar su lugar. También le ayuda su físico, de pelo pelirrojo, ojos claros y tez muy pálida que le diferencian claramente de los que tiene alrededor. Aún así, Life no llega a ser una oda egocéntrica a su protagonista (como sí sucede, por ejemplo, en la gran The Closer) ya que Damian Lewis tiene en su compañera, Sarah Shahi, a un personaje difícil, de circunstancias no menos complicadas y perfectamente interpretado.

Life es un imprescindible drama policíaco que demuestra, una vez más, que la parrilla está necesitada de policías con sangre en las venas, capaces de crear vínculos sólidos con el espectador y con un buen pulso narrativo. Además, no se trata de ningún producto menor: pese a ser más nóbel y menos seguido que otros, en calidad no es que se asemeje a sus cohetáneos sino que les supera a cada uno de ellos con paso firme.

Life se emite los lunes en AXN. Además, Telecinco ya ha adquirido los derechos aunque no se sabe cuando empezará a emitir la serie.