En las librerías apareció hace poco uno de los últimos vestigios de la represión sexual. Como relata Ian McEwan en Chesil Beach, los sesenta fueron tiempos difíciles para aquellos que quisieron vivir su sexualidad sin tapujos. Reservar la virginidad para la noche de bodas y mantener las relaciones dentro de los muros de los tabús sociales eran parte de esa década con la que llegó el cambio. Swingtown es esta otra cara de la moneda, la que llegó en los setenta y que reformuló la visión con la que la sociedad pasó a ver el sexo.
Esta serie narra esta transición que no fue igual para todos: Susan (Molly Parker, espléndida) y Bruce, ya casados y con hijos, descubren gracias a sus vecinos que el sexo en el matrimonio no tiene que ser cosa sólo de dos. De esta manera, la pareja, profundamente entrada en la treintena, se halla en medio de dos mundos: el que encarnan sus antiguos amigos, recatados y conservadores, y los abiertos inquilinos de delante de su nueva casa que les intentan introducir en el mundo de los intercambios de pareja y del sexo en grupo.
La ambientación es, como suele ser en este tipo de producciones, un pilar básico sobre el que se sustenta la función. Todo rezuma a esa década. Las canciones, los vestidos, la decoración e incluso los bailes: la mayoría de elementos con los que juega Swingtown confeccionan una postal (de muy buen gusto, eso sí). Aun así, no todo se queda en el retrato de una época. Las relaciones de pareja no dejan de ser las protagonistas de esta función. Y he dicho relaciones, no solamente sexo.
De haber caído en manos de una cadena de pago al estilo HBO, seguramente nos enfrentaríamos a multitud de escenas de sexo a cuatro bandas, una especie de versión orgiástica de Dime que me quieres (Tell me you love me). Al programarse en una generalista como CBS, en cambio, intenta pasar por alto todo el trámite del sexo explícito (elemento que tampoco estaría de más, para acabar de entender los apareamientos: ¿sólo se tocan las mujeres entre ellas, o los hombres también hacen sus pinitos?). Así se convierte también en un producto fácil de ver y con un prisma más amplio de lo que podría parecer a simple vista: la entrada en la adolescencia del pequeño de la familia o la efervescente sexualidad de la mayor también consiguen despertar el interés.
6 comentarios:
Vaya, parece que los dos hablamos de lo mismo hoy, jeje
A mi me está gustando mucho, tengo pendiente el capitulo 3 que aun me descargué hoy los subtitulos, pero por ahora va uy bien.
Me encanta tanto Susan como la pareja Tom-Trina, y tambien Roger (mas que Bruce) al que seguro le tienen preparado algún escarceo...
Vale entonces via libre para ponerme con ella no??? Tengo 3 capitulos descaragdos pero aun no habia tenido tiempo para incarle el diente. Aunque quizas esperare a que haya mas capitulos disponibles, no se ya vere...jejeje.
Por cierto totalmente de acuerdo, esto lo pilla el cable y hay sexo a mansalva, ya vere si me gusta mas la version generalista o prefiriria lo primero para la serie.
Ya vi los dos primeros... buena serie. Se echa en falta un poquitín más de chicha en las escenas picantes, sin llegar a "Tell me you love me", pero un poquito más, ¿no?
Vaya, ya lo habías dicho tú en el post al final... aún no había llegado a esa parte cuando ya escribí el comentario, saludos ;-)
Tengo por ahí el piloto bajado, a ver si un día de estos le echo un vistazo. Todo el mundo la está poniendo por las nubes, lo que me motiva aún más a empezar a verla.
Y coincido: creo que en Showtime o HBO se la hubiese sacado más partido.
Yo la recomiendo mucho. Está muy bien, y las tres esposas son tres personajes muy interesantes.
Ah y pixelwoman: tienes razón que un poco más de chicha no le iría mal. Pero no me quejo. Que ahora en televisión los guionistas no tienen medida. Y puestos a elegir, me quedo con el sexo insinuado antes q el sexo explícito. Es que Tell me you love me me resultó taaaan aburrida...
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