
Dos sillas en medio de un plató medio a oscuras, el público en la grada y quince preguntas y tres comodines. Al comparar las versiones, sin embargo, poco tiene que ver el recuerdo que tengo de Carlos Sobera (con sus movimientos de ceja) y el programa presentado por Regis Philbin durante este mes de agosto. Son radicalmente distintos, aunque todas sus preguntas conduzcan a un suculento botín.
Esto se debe, en parte, a las modificaciones que se han introducido en un concurso ya bastante agotado y que está celebrando el décimo cumpleaños desde su nacimiento. En lugar de tres comodines, hay cuatro (la ayuda de un especialista de los informativos de la cadena); en lugar de destinar un tiempo indeterminado a cada pregunta, Regis sólo deja unos cuantos segundos para responder (norma ya impuesta en la versión diurna de Meredith Vieira, que siguió con el formato después de despachar a Philbin del primetime); y al final del programa, con ese afán filantrópico tan americano, un famoso responde a una pregunta para luego dar el cheque a una organización sin ánimo de lucro.
Sin embargo, mientras aquí la situación era de total tensión y Sobera se dedicaba a torturar a los concursantes con sus maquiavélicas bromas y ese “¿qué hubieras contestado?” de después de plantarse, la versión actual de Philbin bebe mucho más de la esencia de los lates norteamericanos. El público rompe a aplaudir como si estuviera en el Tonight Show, el presentador, un abuelete simpático, interactúa con mucho humor con los participantes, muchas veces sin hacer referencia a las preguntas, y ellos se entregan completamente, sin ocultar la ilusión. Al ver la televisión de EEUU da la sensación que dentro de cada uno de sus ciudadanos se esconde un showman.
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Y los amantes de esta caja lista que quieran jugar a encontrar las ocho diferencias (o más bien rarezas) tendrán en esta edición especial de Who Wants to Be a Millionaire sus particulares estímulos. No sólo porque los participantes suelen ser unos personajes o para respirar ese optimismo tan born in the USA, sino porque se empieza con una alusión a Slumdog, el público está formado por ex concursantes, podrán descubrir el product-placement agresivo (preguntar sobre el nuevo iPhone es de escándalo), para ver a Vanessa Williams retando al público (y comprobar que fuera de Ugly Betty la cirugía la ha estropeado) y descubrir quién era ese zumbado que también buscaba la hamburguesa perfecta en Cómo Conocí a Vuestra Madre, o sea, el propio Regis.
2 comentarios:
Lo mejor es ver cómo el resto de presentadores de late night están siempre cachondeándose de Regis y de su edad, ya que el tío lleva media vida presentando de todo en la tele. Las entrevistas del programa matinal que tiene con Kelly Ripa a veces me dejan ojiplática total.
Pues señorita MacGuffin, debería ver la primera pregunta de esta edición especial de Who Wants to be a Millionaire:
"¿Qué película ganadora del Oscar de 2008 contenía la frase 'puede usar tres comodines, el del público, la llamada telefònica o 50/50'?
a) The Dark Knight
b) Slumdog Millionaire
c) no-me-acuerdo
d) The Curious Case of Regis' Hair"
Y es que anda que no tiene mérito ese moreno chungo capilar... ;)
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