miércoles, 4 de agosto de 2010

Frankentits y las demás Real Housewives of New Jersey

La telerrealidad es un cajón de sastre en el que cualquier programa con imágenes supuestamente reales y personas (o personajes) también reales tienen cabida. O sea, que es un poco arbitrario, sobre todo porque en esta categoría entra tanto un concurso de supervivencia o de diseñadores, como los docusoaps y también programas como Esta Casa es una Ruina que no sé cómo describirlos (¿docudramedy? ¿reality show?). Y como sabéis y os digo desde hace tiempo, no se debe discriminar a este inmenso género por tener hijos de un Dios menor y otros de espléndidos. Por esto, ante la sequía seriéfila del mes de agosto, os iré proponiendo cada semana un reality distinto para que le echéis una ojeada (y no, no tienen subtítulos, pero si podíais ver Perdidos sin ellos, también podréis prescindir de ellos para esto). ¿La primera propuesta? Real Housewives de New Jersey.


¿Sabéis ese extraño placer que os recorre por el cuerpo cada vez que oís a Belén Esteban soltando alguna estupidez? Pues es lo que da esta serie que, más que retratar a cinco mujeres riquísimas, te muestra la mezcla perfecta de verdulería, chonismo y nueva-riquez en formato serie. No es tanto ver cómo viven (que sobre todo lo muestran en la primera temporada), sino ver lo drama queens que son todas y qué ocurre cuando una ex stripper (con rumores de prostitución), acusada de secuestro y cazafortunas llega al pueblo de las italoamericanas más ricachonas y chabacanas de América. Las Mujeres Ricas son una broma a su lado y el drama ha llegado a su punto álgido en su segundo año. Estas mujeres ya han cambiado su vida para siempre. Y como ya comenté la primera temporada hace un año, mejor comento los highlights que hemos visto últimamente:


El parto: La llegada de Audrianna al clan de Teresa Giudice fue casi salvaje: el plano a la puerta mientras la oíamos a ella gritar fue antológico. ¿Que fue lo primero que hizo Teresa después? Ponerse un pijama de leopardo y ponerle un gorro a juego también al bebé (con plumón). ¿Y qué es lo primero que hizo el gorila del padre? Tatuarse el nombre de la niña en el brazo. Claro que, por excesos, el bautizo de Audrianna, que la propia Teresa calificaría de “My Big Fat Italian Christening”. Desde esta última fiesta, el cumpleaños de la mayor (de nueve años) con quad de regalo y una limusina rosa para llevarla a ella y a sus amigas a hacerse tratamientos faciales, peinados y maquillarse (además de jugar a las discotecas) es otra anécdota más.


Frankentits: Aunque la chicha de verdad siempre viene de la mano de Danielle, que desde que llegó al vecindario (en una casa de menor caché que sus compañeras de reparto) es odiada y amada a partes desiguales (echad un vistazo al grupo de odio hacia ella que hay en facebook y que creó la hija de una de las housewives: las comparaciones con el Grinch son muy graciosas). Su visita al médico casi causó el trauma a los espectadores, sobre todo después de que el especialista le dijera que sus tetas eran “frías y cuadradas” tras una mala implantación de la silicona y que básicamente ahora tenía dos bultos deformados. Pobre mujer. Desde entonces, la Entertainment Weekly (que no la ama demasiado) la llama Frankentits, a pesar de que presenciáramos el renacer de su feminidad tras una nueva operación (que debió ir a cargo de la cadena Bravo, porque esta mujer desde el primer episodio no llega a final de mes y lleva unas cuantas operaciones, fiestas del bottox y un sweet sixteen para su hija que fue un escándalo). Eso sí, el vídeo porno que se ha filtrado es preoperatorio (casualmente ella denunció a su ex amante por querer comercializarlo... aunque las malas lenguas dicen que es ella la que se beneficia).


La pelea: A las housewives les gustan los retos y no podía ser que el lanzamiento de mesa del año anterior siguiera siendo el momento más mítico del reality. Por eso esta temporada soltaron su espíritu más killo: Teresa busca a Danielle. Danielle sabe cómo montárselo para apretarle el botón (ese que le desata la furia) sin decir casi nada. Y ya la han liado. Teresa le llama de bitch para arriba mientras Danielle se ríe de los problemas financieros de la otra. Y ahora la cosa ya está muy parda. Ay que aquí te pillo aquí te mato y huye que te voy a zurrar. Danielle corre y se hace la víctima mientras la salvaje le va detrás. Logra salir, pero la espera todo el tumulto fuera y empieza a sollozar/gritar que la quieren matar. Y la idiota hija de Jacqueline va por detrás y le arranca un mechón de: a) pelos b) extensiones (hay dos versiones, no seré yo quien decida cuál es la verdad). Llega la policía, Jacqueline (en modo chungo) quiere arreglar las cosas y Danielle se va en medio de sollozos y escoltada por el chofer (aka guardaespaldas) de Kim G (de la que hablaremos a continuación). Sí señores: la última cena pasó a la historia. (Y siento que este vídeo sea de tan mala calidad, pero Bravo un rancio en cuanto al youtube)




La falsa de Kim G: Ella no lo oculta: ha aparecido en esta temporada para jugar un poco con todas ellas y con la voluntad de que la contraten para el próximo año (y dejarla escapar sería un error). No solamente hizo de los dimes y diretes un arte hasta que ya no tenía coartadas, sino que ha sido la artífice de los mejores momentos de la temporada. Sin ella, no hubiera habido pelea entre Danielle y Teresa, hurgó tanto como pudo en la herida abierta entre Danielle y Jacqueline, y además por fin se posicionó en el último episodio emitido. Su discusión con Frankentits ya es la tercera escena cumbre del docusoap:




La crisis: Y cuando un programa gira alrededor de “si me he comprado una casa de cinco millones de dólares o no”, debes asumir que si te arruinas todo el mundo se echará unas carcajadas. Y esto es lo que le pasó a Teresa, que tuvo que confesar públicamente que estaba en bancarrota a la vez que en la tele veíamos sus fiestas (y a su marido, el que controla las arcas de la familia, quejándose de tanto gasto, como anticipando el desastre). Y con la ruina llega la necesidad de ganar dinero fácil. Este anuncio de un centro de rayos uva de Jersey no tiene desperdicio. Seguro que Snooki estaría orgullosa de ella:




La próxima semana no os preocupeis que propondré algo menos casposo e igual de genial. Eso sí, ¡antes tenéis que hacer estos deberes! Y tengo muchas ganas de saber si sois #TeamDanielle o de cualquier otro (yo, personalmente, soy #TeamJacqueline después de muchos meses de reflexión y retiro tibetano).

3 comentarios:

Álex dijo...

Ya imagino tu próxima recomendación: la segunda temporada de Jersey Shore.

Tendré que darle otra oportunidad a estas Housewives, que hace tiempo me vi el primer episodio y me aburrió un poco. Pero si con el Mujeres Ricas me lo he pasado muy bien...

Crítico en Serie dijo...

ALX, veo que me conoces ;) Aunque para recomendar Jersey Shore antes me esperaré un poquito. Primero quiero recomendar Work of Art (la primera vez hablé de ella, ahora ya la amo y haré apología de ella) y Project Runway (¿sabes que ya se ha estrenado una nueva temporada, no?). Luego... Snooki, The Situation y J'Wooow.

Kike dijo...

Este programa es el best guilty pleasure ever. Es trashy y casposo como él solo, pero engancha tanto. Sobre todo desde que sus protagonistas se han puesto en modo destroyer y no se cortan un pelo con sus cosas de mujeronas chungas.

Y, bueno, ya sabes que soy #TeamDanielle a muerte. A ver, obviamente la tía tiene un pasado turbio y no es trigo limpio (que conste que, por mucho que la defienda, estoy convencido de que toda esa historia del secuestro y demás es real), pero no merece el trato que recibe por el resto de mujeres. Se la tienen jurada desde que llegó al barrio por envidia por ser más guapa y atractiva que ellas, y a la mínima aprovechan para ningunearla y pisotearla en público.

Te recuerdo que todo este drama empezó cuando Teresa y Dina empezaron a investigar su pasado sin venir a cuento. A partir de ahí... insultos, mesas por el suelo, persecuciones, tirones de pelo e intentos de asesinato. Y Danielle aguantando todos los palos como una señora, mientras el resto se reúnen para ponerla verde y conspirar en su contra. Pero bueno, ya sabemos de qué pie cojea cada una y Danielle ha demostrado ser un alma pura y una de las personas más buenas y elegantes en la faz de la Tierra.

Y en cuanto a Kim G, qué tía más perra (pero la amamos por ello). Está claro que debe volver como protagonista la próxima temporada, aunque desde que se ha unido al bando antiDanielle (porque es la moda y así tiene algo de lo que hablar en sus reuniones sociales) me cae un poco mal. Por mucho que vayas contra Danielle, sabes tan bien como yo que lo que hizo Kim en el último episodio estuvo FATAL. Espero que arda en el infierno junto a Ashley y la chunga de Teresa.