viernes, 19 de noviembre de 2010

El poder de las Palin

A Sarah Palin le sentó bien la derrota. De la noche a la mañana pasó de gobernadora de Alaska a aspirante a la vicepresidencia de Estados Unidos e igual de rápido pasó a ser el hazmerreír del país. Pero no era una falta de respeto radical. Ella, como Homer Simpson, supo encarnar al ciudadano blanco medio del país y un sector muy amplio de los americanos la aceptó como amiga, de igual a igual. Por ello cinco millones de personas decidieron verla en su docu-reality sobre Alaska; y su carisma es tan cegador que incluso su hija Bristol, la madre adolescente que tantos titulares acaparó, ha llegado a la final de Dancing With The Stars contra todo pronóstico. Y si algo no miente son las cifras, que demuestran que allí no se juega con ‘Bristol The Pistol’ (que es así como la llama su madre) ni con ‘Mamma Bear’ (como se denomina la propia Sarah).


Seguramente cuando Tina Fey decidió imitarla en el Saturday Night Live no debió imaginarse que estaba creando tal monstruo. El refrán que dice “que hablen de ti aunque sea mal” le funcionó de miedo a Sarah, probablemente no para ser elegida número dos del país (hay quienes opinan que influyeron más sus meteduras de pata en las elecciones presidencialistas de EEUU que el mensaje esperanzador de Obama) pero sí para desarrollar una imagen pública. Y ella fue rápida de movimientos. Sólo hace falta ver en su programa el tinglado que ha montado con su marido para poder aparecer en los distintos talk-shows del país y su naturalidad, el punto fuerte que admiran sus seguidores, es lo que ha permitido que pueda existir tan peculiar documental.


Que los amantes de los paisajes y la naturaleza lo vean, y que los mitómanos también, porque la geografía de Alaska es impresionante y ver a Sarah pescando salmones mientras se acercan osos no tiene precio. Y de momento hay dos versiones acerca de porqué la exgobernadora aceptó protagonizar el documental (además de ganar 250.000 dólares por episodio). La más paranoica opina que explota su vertiente más populista para encabezar el Tea Party del que tanto se habla en América. Y la más realista dice que es un paso más para convertirse en la Oprah blanca, algo que no es tan descabellado, sobre todo ahora que la presentadora parece un tentáculo propagandístico más de Obama. Según mi opinión, por más que respalde al Tea Party ella lo que quiere es ser una reina televisiva, objetivo del que no está muy lejos.


Un ejemplo de este éxito lo encontramos en las carnes de su hija Bristol en el Mira Quién Baila norteamericano. Desde la primera semana, a pesar de ser elegante en sus movimientos, quedó claro que no era de las aspirantes al trofeo del concurso, y aunque haya estado en el bottom-two casi todas las semanas ya está en la final. Por el camino se ha comido a jugadores de la NBA, de football, a Audrina Patridge y a la cantante Brandy (aquí Moesha), que era de las favoritas para convertirse en la ganadora. Y a muchos les está jodiendo soberanamente su salvación in extremis cada semana.


Lo que no quieren ver, sin embargo, es que a diferencia de muchos concursantes ella es una chica normal que dispara rifles y que por mala suerte se quedó preñada antes de tiempo ante la atenta mirada del mundo entero. No pidió la fama pero le tocó, y no está cómoda bajo los focos (y se nota) pero aprovecha las oportunidades que le brindan. Y en una edición donde las favoritas eran Jennifer Grey, que baila desde que nació (indignante), y Brandy, que desde que le salió su primer grano está encima de los escenarios, una gran parte del público ha preferido valorar la inexperiencia, que se supone que es en lo que se basa la filosofía del concurso, y que sea una chica corriente. Vamos, el mismo secreto que está catapultando a Sarah a la fama en televisión y que hace que, semana tras semana, cada vez me fascinen más estas dos mujeres apellidadas Palin. Podré odiar sus ideales, pero cuando Sarah habla me entran ganas de presentársela a mi madre y que sean amigas.


Y aquí tenéis a Bristol The Pistol bailando con Mark Ballas. Otro factor que perfectamente podría influir en su éxito podría ser su química con Mark Ballas y cómo les gusta el roce...


3 comentarios:

Unknown dijo...

no tiene nada que ver con este post, pero no sabía donde comentártelo...

que pasó esta semana con la otra tribu!!!
es q ayer noche vi el programa de esta semana y madre mía, no os va a dar una hora para comentar los dos...
esta semana podcast doble!!

titania (Verónica) dijo...

Guau!! No había visto nunca a la hija de la Palin... como no veo el programa no sabía ni que existía, jejeje... pero he visto el vídeo y sí que se arriba a Mark Ballas, eh? vaya tela...
Lo de la Palín madre a mí también sigue sorprendiéndome pero mira, lo mismo me pasa con Belén Esteban (sé que no se puede comparar pero me ha venido a la mente) aquí en España. Ojos que no ven, corazón que no siente...

Crítico en Serie dijo...

Luis R, el domingo pasado no me encontraba bien y no pude grabar. Pero si Irene no tiene ningún inconveniente, esta semana seguro que haremos el podcast. Y sí, en dos semanas nuestra vida ha cambiado. Ya te aviso que la expulsión del miércoles no me importó. Sólo te digo eso. Bueno, y gracias por el interés ;)

Titania, puestos a elegir... no se puede comparar Belén con Palin. Dios. Yo diría que la Belén de allá es Kate Gosselyn, aunque igualmente está a años luz de Belén, que es indescriptible.
Y sí, Mark Ballas siempre se arrima a ella cuando puede. Yo creo que como estrategia para seguir en el concurso. Pero, eh, allí siguen y yo animándolos (aunque debe ganar Kyle Massey y espero que gane).