lunes, 13 de diciembre de 2010

La operación Dexter y el misterio de la voz de Harry

En sueños alguien me encerraba en una celda y se preparaba para cortarme en filetes. No, no necesito a ningún intento de Freud para que me diga lo que ya sé: la culpa de todo es de Dexter Morgan. Decido llevar a cabo la Operación Dexter, que consiste en darle otra oportunidad al psicópata de la diarrea verbal, y en mi primera semana ya me está amargando la noche como si yo fuera Doakes en esa celda improvisada. Pero tras ver la segunda temporada, el primer paso de mi entregada misión, puedo reconocer que he cambiado de opinión con respecto a este drama. Ha mejorado, aunque yo no llegue a las cotas religiosas de algunos. Y es que a ratos cuando veo la devoción ciega de muchos fans de Dexter (como ocurre también con los whedonistas), doy gracias a Cher porque no han nacido en Irán. Seguro que con su irracional y estricto sentido de la fe ya estarían haciendo clases particulares de inmolación.


Mientras que al final de la primera temporada llegué irritado por la imbecilidad de los personajes (Debra, Angel, Masuka, Doakes) y también hiperventilado por los bostezos, en general ésta me ha sorprendido con el avance de los miembros de la oficina y también la mejora del ritmo de la serie. Donde antes veía una estructura desganada en los episodios(estaba el ice-track killer, que con tanto flashback casi me mata de aburrimiento), ahora sí que he visto cierta unidad. También ayuda que, gracias al desenlace de la temporada anterior, Dexter pasara de ser ese monstruo incapaz de sentir afecto a ser un monstruo que se repite una y otra vez a si mismo que es más frío que el hielo pero en el fondo tiene sentimientos por toda la gente de su alrededor. Su relación con Rita, por ejemplo, es una monada y ella es un tierno alivio que despertaría simpatía en el mismísimo Voldemort. Es curioso que Julie Benz, cuya voz es tan dulzona, cuanto más cariñosa se pone también más entrañable es (en lugar de saturar).


Otro curioso caso también es el de Debra Morgan, que primero me obligó a preguntarme si se trataba de un personaje un tanto borderline, y ahora su evolución ha sido sobresaliente. Ella, Rita y LaGuerta, con sus matices, han permitido que Dexter evolucionara en algo más que un personaje potente rodeado de títeres. No sé hasta qué punto Jennifer Carpenter sería capaz de enfrentarse a un personaje opuesto al suyo, pero sus miradas ingenuas, propias de una niña que está en proceso de descubrir el mundo, transmiten pura autenticidad. Quizá es buena actriz o quizá es que Carpenter se parece a su personaje, pero sea como sea lo que antes era un punto negativo ahora suma.


Sin embargo, hay algo que aún no consigo entender. Si en ficción sólo existe un recurso más pesado que el de los flashbacks (que Perdidos puso de moda aunque pocos salgan airosos), ¿por qué Dexter se obsesiona con incluir la voz en off en cualquier escena? Se podría sobrevivir perfectamente sin el protagonista narrándonos si tiene ganas de ir al lavabo o no. Es redundante y a su lado Bella Swan es una incomprendida filósofa del amor. Y es que hay tal obsesión para que el espectador no se pierda ni un ápice de morbo, cuando podría pensar un poco por sí mismo y jugar a la ambigüedad de lo que se intuye pero no se sabe del cierto, que al final estoy por pensar que esta serie será muchas cosas, pero no un producto inteligente. Y una de dos: o los propios guionistas son bastante cortos o creen que la audiencia lo es (y por eso no le dejan sumar dos y dos). No sé cuál de las dos opciones es más indignante.

9 comentarios:

SR. WATANABE dijo...

Como siempre me gusta leerte, pero en este caso no estoy de acuerdo contigo. La voz en Off (que muchas veces se utiliza como dices) en este caso me parece imprescindible. Es la única manera de que conectemos con un personaje tan frio y distante, lo acerca y lo humaniza para que lleguemos a empatizar con un monstruo como ese. Además ya se ha convertido en un sello característico de la serie, donde Michael C Hall hace un trabajo fantástico. Estaré expectante haber que te parece la tercera temporada. Muy posiblemente la más floja de lo que llevamos de serie.

Labekoa dijo...

Venga, vamos alla, no solo te llevare la contraria a ti, sino tambien a Watanabe (Buen nick por cierto).
A mi la tercera temporada, me gusto bastante, no tanto como la adorada cuarta, pero si lo suficiente como para conseguir que la relacion con Jimmy Smiths me entusiasmara, hubo un par de giros que me parecieron forzados pero con Dexter eso pasa siempre. Esta serie es en cada temporada un mas dificil todavia con momentos absolutamente tramposos pero que llevan la tension al limite.
Y en cuanto a la voz en off dire que no me desagrada, si es cierto que al principio era mas necesaria ya que nos dejaba ver lo que pasaba por el cerebro de este sadico asesino que no transmitia nada con el rostro, pero en estos momentos ya ha quedado como una marca de la casa, al igual que sus camisas chillonas, esos planos a camara lenta o ese color saturado de continuo.

titania (Verónica) dijo...

Y yo que todavía no me creo que no te guste Dexter... vale que no te entusiasme, ¿pero que no te guste? bueno, veo que te relajas un poco en tu opinión de la segunda temporada y de verdad espero que te guste, más que nada porque es una de mis series favoritas y me encataría que tú también la pudieras disfrutar porque tiene momentos sublimes.
Coincido con los demás comentarios en el tema de la voz en off, ahora ya es como una seña de identidad de la serie y ahora que lo pienso, nunca me ha resultado molesto.
Dexter gana mucho por sus secundarios, que quizá sí estaban algo flojos en la primera temporada, pero en el resto no hacen más que crecer y crecer, y también hay nuevas incorporaciones realmente asombrosas.
Si lo pienso ahora, creo que la tercera es la más flojilla de las temporadas, pero cuando la vi me apasionó, lo que pasa es que comparándola con la cuarta y, ahora, la quinta, pues pierde.
Ya tengo ganas de ver qué opinas de Miguel Prado. :-P

Fon dijo...

La segunda temporada puso de manifiesto el pedazo de drama que es Dexter. El trabajo de Michael C. Hall es soberbio, y la evolución del personaje de Debra es flipante. A mí Rita, en la versión doblada no me gustaba nada. Gracias a dios, que a partir de la tercera temporada seguí la serie a ritmo americano.

Eloi dijo...

Anda! Yo también acabé la 2a temporada hace poco!
Estoy de acuerdo en que ciertas cosas te las da demasiado masticadas, pero no es razón para ponerte en contra de la serie de esta manera. Para mi es una de las mejores series que he mirado o miro actualmente.
Y sí, la segunda temporada es mejor que la primera.

Alejandro A dijo...

creo que la tercera temporada no te gustará, bueno por lo que escribes es lo que me hace pensar, a mi se me hace una serie bastante interesante aunque no me había puesto a pensar seriamente, aunque no me molesta la voz en off a veces resulta ciertamente innecesaria, aunque por otros momentos ayuda a formar mejor al de por sí excelente personaje que es Dexter

saludos!

Crítico en Serie dijo...

Ya veo por los comentarios que sigo prácticamente solo cuando toca criticar esa voz en off tan pesada. Por suerte, sé que por ahí corren personas que opinan lo mismo que yo...

Watanabe, ya he visto la tercera temporada e incluso he escrito sobre ella (aunque el post tardará un poco en llegar). ¿Resumen? Arco argumental flojo pero dibujan mejor a los secundarios, algo que siempre agradezco.

Labekoa, un defecto es un defecto, claro que si uno es (tali)fan puede decir que es "marca de la casa" ;)

Titania, este post era un "me gusta Dexter pero con muchos 'peros'". Y te doy toda la razón en cuanto a los secundarios: crecen con el tiempo. Una lástima que en la primera temporada fueron incapaces de humanizar a alguien.

fon_lost, Rita despierta mucho odio por internet y a partir de la VO no lo entiendo. Es una monada y me jode mucho saber cómo acaba al final de la cuarta temporada :(

Eloi, tampoco me he puesto en contra de la serie "de esta manera". Creo que sólo me pongo con ella en la justa medida, porque aunque ahora vea algo interesante no significa que vea la misma obra maestra con la que hace siglos que me adoctrinan. Quienes leyeran mis antiguos posts de Dexter se habrán dado cuenta que esto casi es una carta de amor.

Alejandro A, la tercera temporada ya he comprobado que es muy floja, pero cuando hay secundarios de los que tirar, una serie se puede salvar.

Un telespectador más dijo...

PUes tengo ganas ya de leer lo que has escrito sobre la tercera, porque a todos le parece muy floja y yo la disfruté mucho porque es en la que más evolucionan los personajes, aunque la acción no sea tan intensa como anterior y posteriormente.

Qué putada que te hayas spoileado del final de la cuarta temporada, porque es un momentazo seriéfilo de los grandes.

Saludos!

Marta dijo...

Me alegro de que le hayas dado otra oportunidad a Dexter porque aunque no sea la mejor serie del mundo sí vale la pena el tiempo que gastas viéndola. Y la segunda y cuarta temporada son realmente geniales. Además, me repateaba que la hubieras puesto TAN mal, pero la verdad es que a veces cuendo la gente nos presiona para que nos guste algo actua de revulsivo y le cogemos más mania de la merecida ("aún no he visto Vampire Diaries" debió ser mi frase más usada del 2009) Yo personalmente adoro Dexter, me parece que el centrarse exclusivamente en un gran caso por temporada y así dedicar mucho más tiempo que otras series a el desarrollo de los personajes es la mejor idea que han tenido sus guionistas jamás. Pero tienes razón, la voz en off a veces es anticlimática. Me parece bien cuando la usan para cerrar un episodio, y aparecen los personajes dando vueltas por la oficina, o la familia de Dexter de picnic, y al escuchar no pierdes nada más que tu tiempo. Otras veces, como cuando acaban de desvelar algo importante, rebanar una garganta o poner a un personaje en peligro, preferiria asimilarlo yo misma sin ayuda de la voz de Michael C. Hall, que además es gravísima e imposible de ignorar. Me parece que la mitad de las veces sirve para ayudarnos a empatizar con un personaje distinto (bien), pero otras es una forma de asegurarse de que el espectador sigue lo que está pasando, y odio que me tomen por tonta. Con todo, la sigo viendo y difrutando.