viernes, 21 de enero de 2011

El rumbo de la nave Destiny

Esta entrada contiene spoilers de la segunda parte de la primera temporada de SGU. Es una pena escribirla y leerla a sabiendas de que la segunda también es la última. Por suerte aún me queda bastante camino, puesto que aparte la season premiere, no la he empezado en serio.


Las cadenas de cable a menudo se toman la libertad de dividir las temporadas de tal forma que al final nadie sabe por qué capítulo va y si un episodio es la season finale o no. Esto ocurre sobre todo en el universo del cable. Primero se emiten diez episodios y luego tardan cuatro meses en emitir los siguientes (de la misma temporada). Después, una vez terminada, esperamos el mismo intervalo de tiempo para ver la segunda temporada. Con qué finalidad se le da la misma denominación, no lo sé, pero que a veces es útil también es verdad. Y es que poniendo de ejemplo Stargate: Universe, esta división puede servir para redireccionar la nave y conseguir que, empezando de nuevo, la Destiny sepa cuál es su rumbo.


Tras diez episodios, ya sabíamos quiénes eran los militares y civiles enclaustrados. El desarrollo de personajes, sin embargo, se había quedado a medias. Y las discusiones sobre si llegarían a la Tierra o no, que marcaron el principio, no podían durar eternamente. El espectador sabe que, mientras estén perdidos, habrá serie. Si llegan, dejará de existir. Y Brad Wright y Robert C. Cooper supieron rectificar: en lugar de tener la vista puesta únicamente en nuestro planeta, obligaron a los personajes a plantearse las otras opciones (‘Faith’); traicionaron uno de sus principios e idearon una raza alienígena enemiga (‘Space’ y ‘Divided’); y supieron mezclar la deriva personal de sus personajes en una narración global. En cierto modo escribieron el modelo procedimental con el que Battlestar Galactica soñó alguna vez. La diferencia está en que BG debía tener la vista puesta en un final mientras que SGU la tiene en su día a día.


La filosofía procedimental tiene sus matices, pues la mayoría dejan huella en los siguientes episodios. Lo más importante de estas situaciones, sin embargo, es que por fin saben introducir una fuerte vertiente personal en ellas. En ‘Human’ vemos, por fin, quién era Rush antes de convertirse en un obsesivo científico sin escrúpulos; en ‘Lost’ entendemos quién es el sargento Greer; y en ‘Sabotage’, además de comprobar que dentro de Rush aún habita una consciencia, utilizan las piedras de comunicación para demostrar que la Destiny es tan opresiva que Camille incluso se introduciría en el cuerpo de una tetraplégica para estar con su novia. Nada de triángulos amorosos que no aportan nada a la convivencia de dentro de la Destiny. Estos caminos más introspectivos (igualmente en cotas superficiales) y también sus miedos (‘Pain’) han dado la suficiente cantidad de claroscuros para que nos interesen sus duelos. Cada vez que Rush, Camille y el coronel Young están en un compartimento uno se ve obligado a reposicionarse, quizá de forma distinta.


Pero mientras SGU ha encontrado un tono del que sacar jugo, la season finale chirría de forma descarada. El principio de “perdidos en el espacio” no encaja con esa rápida maniobra de la alianza rival para llegar a la nave. Restó mucha credibilidad al conjunto, por más teorías que nos den al respecto. Y tampoco hubiera estado mal que la resolvieran en ese mismo episodio para poder empezar de forma limpia el siguiente tomo de esta deriva espacial.

4 comentarios:

satrian dijo...

Mi posición sobre esa season finale es que las protestas de los seguidores de las anteriores seguidores de la franquicia, que se sintieron traicionados con algo nuevo que casi no tenía nada que ver con lo anterior, que no es mi caso, e intentaron con la alianza Lucian conectar algo más las franquicias, y quedó todo el experimento algo extraño.
Voy a echar mucho de menos esta serie.

SR. WATANABE dijo...

Yo también terminé hace poco la segunda temporada, y también pienso que poco a poco han ido encontrando el tono adecuado para la historia. En lo que no coincido contigo es en el final. Yo lo disfruté tanto como muchos de sus mejores capítulos. Eso sí, estoy contigo en que deberían haberlo cerrado para empezar de cero en la segunda.

Anónimo dijo...

Es una pena que cancelen series como esta...

Crítico en Serie dijo...

Satrian, esta alianza aún debo descubrirla bien, que me quedé en el 2x01. Pero no me convence. Me gustaba la deriva que estaban cogiendo... hasta que vi al pedófilo de Prison Break. ¡Pereza!

Watanabe, los finales primero se tienen que cerrar y luego, si quieren, abrir una puerta. No es tener clase dejarlo todo a medias. O eso opino yo.

Seriesyletras, pero hay series que se debe entender su cancelación. SGU tenía unas audiencias que hacían muy difícil rentabilizar el producto o acercarse a ello, porque tampoco es una baratija tan obvia como Sanctuary, por ejemplo.