Ya se sabe que no hay cheque que no cure las depresiones y el cansancio vital de Hugh Laurie por vivir lejos de su familia, él en Los Angeles y ellos en el Reino Unido. Por lo tanto, voy a ignorar que la renovación de House la han decidido él y el creador David Shore por razones personales y creativas, porque querían pasar a otra cosa más estimulante (Laurie quiere dedicarse a la música, Shore a nuevos proyectos). La cuestión es que esta octava temporada será la última del doctor y en primavera se despedirá como siempre.
Nos pudimos hacer una idea cuando supimos que Laurie debía renegociar su contrato en caso de que siguiera un año más, sobre todo porque su caché es muy alto y las audiencias de este año están siendo muy mediocres. Menos de ocho millones de espectadores y solamente un dos y pico en los demográficos son las señales que la cadena esperaba para darle el cierre, y era obvio que Laurie no conseguiría un enésimo aumento de sueldo.
Hace ya algunos meses que Shore había pedido que se tomara con tiempo la decisión de seguir o no con ella un año más para poder escribir un final a la altura del médico más borde de la historia de la televisión (y eso que no es cirujano, los que sí suelen tener el complejo de Dios). Otra cosa es que aún estén a tiempo de dárselo, teniendo en cuenta que son muy pocos los que opinan que hoy en día aún le queda algo de vigor a Gregory House, un personaje que se quedó seco hace ya unas cuantas temporadas.
Lo triste de la noticia, sin embargo, es que es otra de las series de la famosa hornada del 2004/05 que nos dirá adiós esta primavera. Ya lo anunciaron las Mujeres Desesperadas cuando renovaron para esta octava temporada que se está emitiendo (y acabando). Por lo tanto, solamente quedará Anatomía de Grey, que se estrenó en el midseason de ese año y para el que se tenían pocas expectativas y aún sigue con unas audiencias bastante sanas. Están muy alejadas de los más de veinte millones de espectadores que cosechó en sus tres primeros años, pero por lo menos sus entre 8 y 12 millones de espectadores y un tres y medio en los demográficos le permiten pronosticar otra temporada.
Aunque siempre fui más de la escuela de la ABC, ya que creo que las Desesperadas, (las dos primeras temporadas de) Grey y Perdidos hicieron mucho más por la ficción de calidad en abierto que sus otras coetáneas, hay que reconocer que House también aportó savia fresca en el panorama catódico. Hasta entonces costaba imaginar que un personaje tan y tan desagradable pudiera convertirse en un fenómeno de masas, sobre todo con esos guiones ágiles y que no se cortaban a la hora de utilizar la jerga médica (y que introdujeron el lupus en nuestro vocabulario).
Pero para los que no estén particularmente interesados en la despedida de House, hay que tener en cuenta que este anuncio traerá cola en los próximos meses. Significa que el canal que la emite, FOX, tiene otro hueco a ocupar el año que viene. O bien harán borrón y cuenta nueva y sólo renovarán a New Girl de entre sus novatas, o Alcatraz o Terra Nova renovarán (por lo menos tienen más opciones de hacerlo). Y, puestos a desear, espero que den otra oportunidad a la serie producida por JJ Abrams para asentarse la temporada que viene, aunque las correctas audiencias del estreno no se hayan consolidado y estén en terreno pantanoso.
2 comentarios:
"un personaje que se quedó seco hace ya unas cuantas temporadas" A mi eso me parece falso (pero vaya, para gustos los colores). Creo que House siempre ha sido genial. Lo que pasa es que tras ocho temporadas siempre hay quien critica, pero su séptima temporada fue excelente.
El único problema de la octava es que grandes personajes se han marchado (Cuddy y Trece). Y lo que es peor, se han marchado por la puerta de atrás (las despedidas han parecido forzadas, no como las de Cameron y Kutner). Y claro, los nuevos personajes aún tienen que ganarse el sitio (cosa que no les dará tiempo a hacer).
Así y todo, ha tenido muy buenos capítulos, como "Parents".
Yo soy de los que se cansó de que House amagara con algún cambio y después siempre volviera al mismo sitio. Me resultó un tanto agotador, sobre todo porque las cuotas de masoquismo de todos los de su alrededor pasaron a ser excesivas. Aún me acuerdo de cuando moría la zorra implacable y encima le hacía la vida imposible a su compañero, que había perdido a su pareja. Sí, era House, pero sobrepasó el límite de lo que es tolerable.
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