Cuando uno se acerca a un piloto dramático de una hora de duración, tiene que mentalizarse que los siguientes episodios seguramente no serán tan explosivos. No tendrán el mismo presupuesto, ni tendrán tantos conflictos en tan pocos minutos. O deben asumir que la presentación de ciertos personajes, a veces muy interesantes, quizá casi no avanzará a partir de allí. Obviamente hay primeros episodios malos, pero existe esta posibilidad, la de que sean episodios superiores a la media. Pero las sitcoms juegan en una liga opuesta.
Las series de comedia tienen que enfrentarse al reto de presentar un universo en veinte minutos y conseguir que saque algunas risas al espectador. No pueden enfocarse exactamente como una pequeña película (como sí hacen los dramas) porque no hay metraje suficiente pero, como no conocemos a esas personas, tienen que destinar gran parte del tiempo a presentarles. Y las presentaciones de las sitcoms, más que un recurso, son un obstáculo para dejar lucir la comedia. Siempre es más fácil ser gracioso cuando ya tienes algún personaje que el público reconozca y estas primeras pinceladas, si bien pueden abordarse de forma cómica, tienen que escribirse con la idea en mente que luego nos quedaremos con esos personajes. Por lo tanto, se requiere cierta seriedad, que habrá que trabajar con ellos más adelante.
Con esta filosofía, creo, tendremos que enfrentarnos a la avalancha de pilotos de comedia que llegarán en las próximas semanas. ¿Cuántas nos han seducido con su primer episodio? Poquísimas. Pensemos en ’30 Rock’ y ‘Parks and Recreation’, por ejemplo, y ahora pensemos en los dramas que más nos gusten. Da igual si se trata de ‘Mujeres Desesperadas’, ‘The Good Wife’, ‘Perdidos’, ‘True Blood’ o ‘Breaking Bad’. Pilotos atractivos y entretenidos de cabo a rabo que cumplían con todos los requisitos a la primera. Y hay magníficas comedias que, sin embargo, tienen primeros episodios flojos.
Una característica fundamental es que, por más que ciertas bromas, personajes o relaciones tengan lógica y gracia en la teoría, los guionistas no suelen saber qué funciona hasta que lo tienen en la pequeña pantalla. Vamos, todo tiene que ser natural y muchas veces todavía desconocen qué registros tiene todo el reparto y qué químicas tienen más encanto que otras. Es como la tensión sexual no resuelta de los dramas, pero aplicado a toda interacción (y las TSNR, cuando son forzadas, no valen ni un duro). Hay casos radicales como 'Cougar Town', que cambió todos sus principios a medida que avanzaba la primera temporada pero tenía algunos gags buenos en el piloto (muchos lo desprecian pero yo me divertí como un loco). Soeces pero buenos.
Por esto, cuando toque analizar los próximos episodios, me fijaré principalmente en dos cosas: si los actores tiene potencial para tener química (y son solventes como actores cómicos, por supuesto) y si hay buenos gags. Si un piloto no tiene varias bromas correctas, no puede ir a ninguna parte. Otra cosa es que, por buenos que sean los gags, siempre serán mejores más adelante, cuando conozcamos a los personajes como las palmas de nuestras manos.
(Inciso: 'Parks and Recreation', que conste, no tuvo ni una cosa ni la otra. Quisieron hacer una especie de 'The Office' y les salió el tiro por la culata, así que finalmente se movieron por instinto e intentaron hacer lo que les apetecía a partir de la segunda temporada. El inicio de este segundo año sí podríamos incluirlo aquí. Era otra serie.)
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