Un Emmy por aquí, un Emmy por allí

Si se tuvieran que calificar los Emmys de anoche, se podría decir que fueron variados. Hasta el último segundo costó imaginar quién se llevaba los grandes premios a casa a diferencia del año pasado. Los actores de ‘Modern Family’ perdieron por primera vez en su totalidad, lo que quizá les hará replantearse su costumbre de presentarse todos a secundarios, y ‘Breaking Bad’ perdió en las categorías masculinas, de guión y dirección. Así que, si tenemos en cuenta lo conservadores que suelen ser, esto de por sí ya es una buena noticia.

Pero cada uno tiene sus favoritas y también podría decirse que fueron los Emmy equivocados. Al terminar la ceremonia, Pablo Moloco de Cinefagos comentó que ya tenía asumido que los premios del año pasado eran de ‘Homeland’, estos eran de ‘Game of Thrones’ y el año que viene serían los de ‘Breaking Bad’, cuando la serie se habría despedido para siempre de los Emmy. Yo también tenía esta mentalidad. La serie de Vince Gilligan es inequívocamente buena, sí, pero la tercera temporada de ‘Juego de Tronos’ presentó mejoras, fue fantástica y también todo un fenómeno. Fue lo mejor que podía ser (y estamos hablando de una serie muy ambiciosa) y tuvo el episodio más comentado del año (‘The Rains of Castamere’, Dios bendito). Mientras que ‘Breaking Bad’ supuestamente competía con los primeros ocho episodios de la quinta temporada, que fueron buenos pero no estaban a la misma altura. Prevaleció todo el ruido y la expectación de este tramo final y lo más probable es que el año que viene gane por los mismos episodios. Eso sí, el premio de Anna Gunn a actriz secundaria fue un acto de justicia.

Los Emmy también demostraron que ‘Veep’ les encanta con el premio a Tony Hale y otro para Julia Louise-Dreyfus, y que ‘House of Cards’ la nominaron más por el esfuerzo que porque les hubiese encantado. Ni tan siquiera Kevin Spacey ganó como actor principal, lo cual no me importaría si no fuese porque la victoria perteneció a Jeff Daniels, protagonista de uno de los papeles más insoportables de la televisión en una de las series más fallidas de los últimos tiempos, ‘The Newsroom’. ‘Girls’ confirmó que fue una sensación durante un año y su estatus como favorita probablemente no se repetirá a menos que logre cautivar un mayor número de fans, y David Fincher demostró que no respetaba los premios con su ausencia, a pesar de que tenía todos los números de ganar (algo que jamás le ocurre en los Oscar).

¿Otras sorpresas? Que Merritt Wever se llevase el premio a secundaria de comedia por el único papel verdaderamente cómico de ‘Nurse Jackie’, también muy merecido y sorprendente (tanto que la actriz casi salió disparada del escenario tras quedarse en blanco); Bobby Cannavale se llevó el premio a secundario por ‘Boardwalk Empire’, que por no haber ganado jamás a Mejor Drama tiene un recorrido muy fructífero en los Emmy; y la triste victoria de ‘Homeland’ en la categoría de guión, que salió a recoger la mujer de Henry Bromell, el premiado, tras su defunción. Y, entre este premio y la cantidad de homenajes a miembros de la industria fallecidos, hasta dio la impresión que era una gala temática sobre la muerte.

Sea como sea, hablando estrictamente de premios, fue interesante. ¿Cuánto tiempo hacía que no veíamos una competición tan abierta y de resultados tan dispares? Ojalá todos los años hicieran igual.