A AMC le salió redondo cuando dividió la última temporada de ‘Breaking Bad’ en dos. Permitió que la serie compitiera en dos entregas de premios distintas (los Emmy este año deberán decidir si vuelven a premiar unos episodios que en realidad ya vieron antes de la gala de septiembre pero que no competían) y los últimos ocho capítulos, al ser tan poco, se vendieron muy bien como un fenómeno. Hubo expectación y mucho ruido con todos ellos y la que había sido una serie minoritaria hasta entonces se convirtió en masiva: la virtud de algunas series de cable, que en lugar de desgastarse añaden audiencia cada año (le ocurrió a Walter White, ahora le sucede a ‘Juego de Tronos’ y ‘Sons of Anarchy’ también ha sido ascendente durante sus seis temporadas).
Ahora el canal ha intentado repetir el mismo plan con otra serie. Al no tener relevo en el terreno crítico (‘The Walking Dead’ juega en otra liga), ha dividido la séptima temporada de ‘Mad Men’ en dos para asegurarse presencia en las entregas de premios de 2015 y ver si tanto hablar de la condición de “última temporada” permitiría repetir un fenómeno parecido al de ‘Breaking Bad’. Al fin y al cabo, ‘Mad Men’ precedió a ‘Breaking Bad’ en cuanto a repercusión mediática y de prestigio, y no era descabellado que la serie más premiada de la última década se despidiera por todo lo alto. Sin embargo, parece que no será así y no existe nada más insípido que comprobar con qué números volvió el pasado domingo: 2,3 millones, uno menos que el año pasado.
Las audiencias no sirven de indicador de la calidad de una obra, esta es una realidad que asumimos hace tiempo, pero sí que son útiles para contemplar hasta qué punto una serie es relevante. De ‘Mad Men’, por lo tanto, se puede deducir que es un drama muy influyente, de prestigio y que obsesiona a la crítica, ni que sea por todos los premios que consigue. Pero curiosamente jamás ha conseguido calar de verdad en la cultura popular como, por ejemplo, sí consiguió Walter White. Ahora parece que pertenecen a mundos opuestos y que es evidente que la serie de Vince Gilligan podía abarcar un público más amplio, pero no olvidemos que era la hermana ninguneada de Don Draper cuando arrancó. Fue el boca-oreja lo que permitió que llegase donde llegó, algo que cinco Emmys consecutivos y dos mil reportajes estilosos de Jon Hamm, January Jones y Christina Hendricks no consiguieron para ‘Mad Men’.
Esto no significa que cuando termine ‘Mad Men’ vaya a pertenecer a un eslabón y Walter White vaya a estar por encima señalándole con el dedo y riéndose. Pero es otra muestra que crítica y público no siempre se ponen de acuerdo, que a veces van por lados distintos y otras al unísono. En comparación, ‘The Good Wife’ consigue casi diez millones de espectadores todas las semanas y nadie habla de ello porque está en un canal con más audiencia, y ‘The Wire’ no existió hasta que desapareció de la programación. Cada una sigue su ritmo, sí, pero ninguna ha tenido más posibilidades que ‘Mad Men’ para convertirse en un fenómeno más allá de las influencias en las modas y demás series (‘Pan Am’ no hubiera existido, por ejemplo). Pero no, no caló entre el gran público como sí lo hizo su precursora en los premios y crítica, ‘Los Soprano’.
Y, termine como termine la historia de Don Draper, cuesta creer que tendrá tanta relevancia como el polémico minuto de Tony Soprano en el restaurante con su familia. Mientras que en ningún momento se ha considerado que ‘Mad Men’ haya perdido calidad, sí que da la impresión de estar de capa-caída, como si hubiera perdido el factor interesante cuando fue derrotada en los Emmy. Y es más, y tanto que lo es. Pero no es el fenómeno rompe-barreras que sí han sido otras series de televisión, ya sean mejores o peores. Se ha quedado en una obra muy de nicho.
4 comentarios:
Los Emmy a Mad Men son los peor otorgados del ultimo tiempo. Se merece todo por la parte tecnica, artistica(ambientacio, vestuario, etc), pero en actuaciones o guion deja mucho que desear.
Todo lo anterior In my Opinion, claro.
Me vi dos temporadas, pero en la tercera ya no pude con ella.
En general estoy de acuerdo contigo, pero creo que olvidas lo más importante, algunas series y películas no son hechas para el público masivo y el comentario ridículo de pichilemu es la prueba. Mad Men es una serie densa, lenta, difíil de ver, necesita que uno tenga una cultura general bastante amplia, ya que la politica y la historia de Estados Unidos son muy importantes en la serie. Lo mismo pasa con las películas de Haneke, Lars von Trier o Sorrentino, son películas que quedaran en la historia del cine, pero nunca serán populares entre el gran público. Además muy poca gente ha hablado del hecho de que Mad Men ha sobprepasado los 3 millones sólo dos veces en capítulos de estreno y luego volvía a los dos millones y pico, quizás la gente se ponía a verla por curiosidad y no conectaba, algo normal si empiezas a ver una serie desde la quinta temporada. Y por cierto tiene cuatro Emmys consecutivos, el quinto lo perdió frente a Homeland y el sexto frente a Breaking Bad, desde ahora te puedo decir que también perderá el septimo frente a está última.
¿Y qué más da que 'Mad Men' sea una obra de nicho? Puede que mi comentario peque de pretencioso pero el fenómeno fan que se produjo con 'Breaking Bad' hizo que me dejara de gustar en su temporada 5.2 por lo que me alegro de que 'Mad Men' no sufra de "hype"/"blacklash". Comparar ésta con 'Breaking Bad' a nivel de audiencias me parece lícito pero a nivel creativo y de guión no porque son dos series completamente distintas, con evoluciones totalmente distintas y personajes totalmente distintos. 'Breaking Bad' era una olla de ebullición con el paso de las temporada mientras que 'Mad Men' construye cada temporada como punto y aparte. Para mí, la serie no ha perdido ni un ápice de calidad y continúa entreteniéndome igual (o más) que en sus primeras temporadas. Eso sí, me da rabia que la séptima temporada haya sido dividida en dos pero la pela es la pela.
Definición de moderno = "el fenómeno fan que se produjo con 'Breaking Bad' hizo que me dejara de gustar en su temporada 5.2"
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