Una de las conversaciones que se repite cuando sale el título de ‘Anatomía de Grey’ es el favor que nos harían cancelándola de una vez por todas. ¿Cuándo sale? Pues cuando defiendo que fue una buena serie cuando se estrenó hace casi diez años. Hay mucha reivindicación de ‘Perdidos’ pero las dos series de más éxito de ese año fueron ‘Mujeres Desesperadas’ y los médicos del Seattle Grace. Pero es normal que se haya olvidado porque las últimas temporadas son... ¿podríamos decir que directamente malas? Probablemente.
El avión podemos asumir que fue una broma de mal gusto. En el Seattle donde ocurren todas las catástrofes posibles, tenía guasa que se cayera un avión con la mitad de los personajes. Ha llovido mucho desde entonces pero ese punto fue uno de no retorno. Shonda Rhimes era incapaz de encontrar detonantes más cotidianos así que estrelló a Meredith y compañía, se sacó una trama de demandas totalmente absurda (¿la culpa es del hospital?) y finalizó con ese consejo de accionistas todavía más estúpido. Que todos sean cirujanos, por buenos profesionales que sean, no es una idea inteligente.
Puedo pensar que el arranque de la decimoprimera temporada no está del todo mal. Los casos no estaban metidos con calzador como ha ocurrido estos últimos años y fluyeron muy bien todas las tramas en los tres cuartos de hora. Pero hay que reconocer la memez suprema de inventarle más hermanas sorpresa a Meredith. Después de semejante giro, ¿cómo puedo justificar que la serie no es mala? Es imposible. Una hermana sorpresa (que eran más, pues no sólo estaba Lexie) es pasable. Otra, encima hija de Weber, es excesivo.
Por esto en las conversaciones sociales, esas mismas donde defiendo el melodrama de las primeras temporadas, esos viajes en ascensor (que ‘The Good Wife’ superaría al cabo de unos años), el cáncer de Izzie y el especial de la bomba y del tiroteo, tengo que acabar con una petición para que cancelen la serie. Sí, muchos pueden decir que soy un troll y que debería bajarme del carro si tanto me disgusta el rumbo de ciertas tramas (como la que nos han preparado para Calzona, qué pereza). Pero el problema es que diez años son muchos años.
Dejar la serie sería como abandonar a un perro en la cuneta porque se ha hecho mayor y está medio ciego. Le tienes metido diez años en casa, le coges cariño y no puedes dejarle tirado por pachucho que esté. Y Meredith está muy pachucha, sí, y otra vez muy odiosa. Y es que, encima que aguantamos esta serie con respiración asistida, va Shonda y nos escribe otra vez la Meredith más mezquina, antipática y mala persona. ¿Vale la pena? No. ¿La dejaré? Imposible.
P.D.Podcast: En ‘Yo disparé a J.R.’ seguimos con nuestro repaso a los estrenos de la temporada y aquí tenéis el menú de esta semana:
- 00’: Introducción.
- 02’: El crossover de ‘Los Simpson’ y ‘Padre de familia’.
- 18’: El piloto de ‘Blackish’.
- 33’: ‘Stalker’ de Kevin Williamson.
- 44’: El piloto de ‘Scorpion’.
- 58’: ‘Sleepy Hollow’, el arranque de la segunda temporada (con spoilers).
El avión podemos asumir que fue una broma de mal gusto. En el Seattle donde ocurren todas las catástrofes posibles, tenía guasa que se cayera un avión con la mitad de los personajes. Ha llovido mucho desde entonces pero ese punto fue uno de no retorno. Shonda Rhimes era incapaz de encontrar detonantes más cotidianos así que estrelló a Meredith y compañía, se sacó una trama de demandas totalmente absurda (¿la culpa es del hospital?) y finalizó con ese consejo de accionistas todavía más estúpido. Que todos sean cirujanos, por buenos profesionales que sean, no es una idea inteligente.
Puedo pensar que el arranque de la decimoprimera temporada no está del todo mal. Los casos no estaban metidos con calzador como ha ocurrido estos últimos años y fluyeron muy bien todas las tramas en los tres cuartos de hora. Pero hay que reconocer la memez suprema de inventarle más hermanas sorpresa a Meredith. Después de semejante giro, ¿cómo puedo justificar que la serie no es mala? Es imposible. Una hermana sorpresa (que eran más, pues no sólo estaba Lexie) es pasable. Otra, encima hija de Weber, es excesivo.
Por esto en las conversaciones sociales, esas mismas donde defiendo el melodrama de las primeras temporadas, esos viajes en ascensor (que ‘The Good Wife’ superaría al cabo de unos años), el cáncer de Izzie y el especial de la bomba y del tiroteo, tengo que acabar con una petición para que cancelen la serie. Sí, muchos pueden decir que soy un troll y que debería bajarme del carro si tanto me disgusta el rumbo de ciertas tramas (como la que nos han preparado para Calzona, qué pereza). Pero el problema es que diez años son muchos años.
Dejar la serie sería como abandonar a un perro en la cuneta porque se ha hecho mayor y está medio ciego. Le tienes metido diez años en casa, le coges cariño y no puedes dejarle tirado por pachucho que esté. Y Meredith está muy pachucha, sí, y otra vez muy odiosa. Y es que, encima que aguantamos esta serie con respiración asistida, va Shonda y nos escribe otra vez la Meredith más mezquina, antipática y mala persona. ¿Vale la pena? No. ¿La dejaré? Imposible.
P.D.Podcast: En ‘Yo disparé a J.R.’ seguimos con nuestro repaso a los estrenos de la temporada y aquí tenéis el menú de esta semana:
- 00’: Introducción.
- 02’: El crossover de ‘Los Simpson’ y ‘Padre de familia’.
- 18’: El piloto de ‘Blackish’.
- 33’: ‘Stalker’ de Kevin Williamson.
- 44’: El piloto de ‘Scorpion’.
- 58’: ‘Sleepy Hollow’, el arranque de la segunda temporada (con spoilers).
4 comentarios:
Me pasa exactamente lo mismo. No puedo dejar de verla aunque debería ¿por qué este masoquismo? porque es una adicción y no concibo abandonarla aunque Meredith sea cada vez peor persona, su hermana sorpresa borde como ella sola y el resto de tramas bastante prescindibles. Masoquismo.
A mi la ultima buena me parecio la segunda, y aguante hasta los primeros episodios de la quinta.
Estoy totalmente de acuerdo contigo, veo los capitulos sin ningun tipo de interés pero aun así los sigo viendo, no puedo dejarla. :(
que la cancelen ya!! no quiero ver mas capítulos pero como voy a abandonarla? a estas alturas lo que quiero es verla terminar con la satisfacción de pensar: cerrado y a otra cosa. es como ese libro tocho que a mas de la mitad te aburres pero lo acabas solo porque el desasosiego que te entra al pensar en dejar algo inacabado es mayor al aburrimiento que te produce.
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