Los creadores de Kyle XY no han sabido ver las limitaciones de su serie. Mientras que la humildad de la primera temporada le sentaba como anillo al dedo a un producto sin pretensiones como este, en la segunda entrega de los problemas del chico sin ombligo, los creadores se han pasado de la raya. En resumidas cuentas: Kyle XY se ha desviado por senderos erróneos, perdiéndose en una línea argumental de thriller e intriga poco creíble y que suscita un interés nulo.
Después de estar descubriendo quien es y lo que es capaz de hacer con Adam Baylin, Kyle (Matt Dallas) decide volver a su hogar. De esta manera se reencuentra con la familia Trager, completamente destrozada desde su ausencia. Lori (April Matson) no entiende por qué Declan (Chris Olivero) le ha dejado de hablar desde que Kyle se fue, Josh (Jean-Luc Bidoleau) siente que ha perdido un hermano y Stephen no consigue levantar los ánimos de su esposa, profundamente deprimida por la pérdida del inesperado hijo. No obstante, las vidas de todos cambia poco a poco con la llegada de Jessi (Jaimie Alexander), una enigmática chica que proviene del mismo laboratorio que Kyle y que es enviada a Seattle para establecer contacto con el chico.
Y, si Kyle XY se desvía hacia el thriller pero el protagonista oculta todos sus secretos a los Trager, se puede intuir que todos los personajes pasan a un plano, no secundario, sino distinto al de Kyle. Una lástima puesto que es como si Kyle se hubiera emancipado dentro de su propia casa, con escasa interacción con los demás personajes: aparecen juntos en algunas escenas pero las relaciones no avanzan ni se profundizan. Así mismo, el personaje de Jessi no consigue hacerse un hueco consistente y el guión la trata demasiado mal para poder quererla u odiarla. Mejor suerte ha tenido Magda Apanowicz (que interpreta a Andy Jensen) que ha ayudado a salvar a Josh desarrollando al efervescente adolescente. Porque respecto a los demás, la mayoría de los personajes han sufrido el maltrato de los guionistas, que los han mantenido exactamente igual en los trece capítulos de la temporada (incluso la beata de Amanda, la vecina de los Trager, ha logrado convertirse en una caricatura de si misma con su santa paciencia y benevolente sonrisa).
Después de estar descubriendo quien es y lo que es capaz de hacer con Adam Baylin, Kyle (Matt Dallas) decide volver a su hogar. De esta manera se reencuentra con la familia Trager, completamente destrozada desde su ausencia. Lori (April Matson) no entiende por qué Declan (Chris Olivero) le ha dejado de hablar desde que Kyle se fue, Josh (Jean-Luc Bidoleau) siente que ha perdido un hermano y Stephen no consigue levantar los ánimos de su esposa, profundamente deprimida por la pérdida del inesperado hijo. No obstante, las vidas de todos cambia poco a poco con la llegada de Jessi (Jaimie Alexander), una enigmática chica que proviene del mismo laboratorio que Kyle y que es enviada a Seattle para establecer contacto con el chico.
Y, si Kyle XY se desvía hacia el thriller pero el protagonista oculta todos sus secretos a los Trager, se puede intuir que todos los personajes pasan a un plano, no secundario, sino distinto al de Kyle. Una lástima puesto que es como si Kyle se hubiera emancipado dentro de su propia casa, con escasa interacción con los demás personajes: aparecen juntos en algunas escenas pero las relaciones no avanzan ni se profundizan. Así mismo, el personaje de Jessi no consigue hacerse un hueco consistente y el guión la trata demasiado mal para poder quererla u odiarla. Mejor suerte ha tenido Magda Apanowicz (que interpreta a Andy Jensen) que ha ayudado a salvar a Josh desarrollando al efervescente adolescente. Porque respecto a los demás, la mayoría de los personajes han sufrido el maltrato de los guionistas, que los han mantenido exactamente igual en los trece capítulos de la temporada (incluso la beata de Amanda, la vecina de los Trager, ha logrado convertirse en una caricatura de si misma con su santa paciencia y benevolente sonrisa).
Las conspiraciones, secretos y megacorporaciones capaces de lo que sea para conseguir sus propósitos le quedan demasiado grande a Kyle XY. Lo interesante del producto, que era la visión del mundo por parte del protagonista, se ha desvanecido en este intento fallido de cambiar el rumbo de la serie. No toda serie debe ser exáctamente igual durante su existencia, pero si se hace algun cambio apreciable, se debe asumir el riesgo de fracasar. Y un fracaso ha sido la segunda temporada de Kyle que, por miedo a estancarse en la tranquilidad de una zona residencial de Seattle, se ha desencaminado demasiado, perdiendo su esencia en el camino.
Kyle XY se emite en Cuatro y en el cadena de pago Sci-Fi
1 comentario:
jajajaja pendejos me la pelan yo ya termine la tercera temporada, termina en duda porke no sabemos si kyle va a matar a cassidy.
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