miércoles, 21 de mayo de 2008

Almas torturadas de marca

Mezclar el tormento y la riqueza. Qué seductor. Un universo personal, la desgracia del día a día, y la vida más superficial. Tener ideales, conciliarse con uno mismo y satisfacer a las esferas selectas que te rodean. Ser la reina de un mundo que es tuyo pero que sientes que no te pertenece. Almas torturadas de marca.

Primero fue Marissa Cooper (Mischa Barton). Mil veces he hablado de ella y seguramente mil veces más lo volveré a hacer. Como algunas la calificaban, la chica “cosmo” de O.C. Qué estilo: conseguía combinar el seco vodka con el último modelo de Dolce. Ella era una teenage drama queen. Vivía rodeada de abundancia y de imágenes que al tocarlas se esfumaban. Y con eso no tenía bastante: necesitaba tocar de pies al suelo en un lugar donde parecía imposible bajarse de ese pedestal que era Newport. Y lo hacía, puesto que se consumía entre tantos espejismos que intentaban, con cada error suyo, hacerla abdicar. Daba igual lo que hiciera: siempre estuvo condenada por el destino. Cada caída era peor que la anterior y la felicidad no estuvo nunca al alcance de su mano. Era un híbrido entre dos mundos que tenía en el extremismo su estilo de vida y en la tragedia su parada final.

Al ver Gossip Girl, uno puede creer en la reencarnación. Serena (Blake Lively) llegó apretando el acelerador como heredera natural al trono. De pasado oscuro, apareció para rectificar y andar por el buen camino. Se tomó algún que otro dry martini para calmarse y se enfrentó a la jerarquía social en la que ella había mandado y de la que, en parte, renegaba. Otra alma torturada y, otra vez, de marca. Y, pese a que logró engañar a la audiencia con una temporal estabilidad, por suerte sus fantasmas volvieron para ponerla en su lugar. A sufrir. Las almas torturadas nunca deben descansar.

Ellas son ovejas descarriadas que, por más que lo intenten, nunca consiguen adaptarse al rebaño. Preocupan, sí, y no podemos evitar darles una, dos y cientos de oportunidades. Son un cóctel explosivo de exceso emocional y son prisioneras del papel que les ha tocado. Despiertan la compasión y la admiración de quien se echa a perder con la cabeza bien alta. Como una Amy Winehouse drogada y cantando una canción. Ellas se hunden, se emborrachan e incluso con el rímel corrido irradian. Si Carrie Bradshaw las viera, exclamaría sin tapujos que son “fabulosas”. Y lo son. Pero, por encima de todo, son ángeles errantes. Como Virginia Woolf perdida en medio de su locura, instigadora de su poética prosa.

Sin embargo, ellas no escriben. Ellas no componen. Ellas sólo son esclavas de si mismas y de una peculiar belleza que sobrepasa lo físico. Como Tadzio, el personaje de Thomas Mann, ellas embelesan a su paso con un poder de destrucción capaz de engullir al más sabio e incluso a ellas mismas. Marissa ya fue su propia víctima. Ahora deberemos ver si Serena consigue finalmente salvarse de su entorno, de ella misma y de un eterno camino de expiación cuya culpa ya parece redimida.

10 comentarios:

Salva dijo...

Excelente artículo!!!
Me ha gustado mucho, Pere. Además del contenido, creo que es el artículo más pulido en cuanto a palabras idóneas, exquisitas comparaciones y un cúmulo de sensaciones que quien no ha tenido alguna vez, siento debilidad por los personajes así, por la complejidad humana y su lucha por burlar a su destino. Hablas de dos personajes exquisitos y que, gracias a este artículo, más cercana la una de la otra que nunca.

El mejor artículo que he leído en mucho tiempo. Leer cosas así es un dulce placer.
Un abrazo

Un telespectador más dijo...

Gran artículo! Serena siempre me ha recordado a Marisa, pero sinceramente, me quedo con esta última, que es la auténtica.
Saludos

Diego del Pozo dijo...

Como a Serena no la conozco (aun) me centrare en ese personaje del que tanto puede aprender un adolescente o porque no, un adulto. Marissa Cooper esa chica que paso de tenerlo todo, a ver como todo a su alrededor se demoronaba para terminar desmorondandose ella misma. The O.C. seria una serie Teen pero no creo que haya muichas que puedan ofrecernos personajes tan completos y complejos como era Marissa. Como me gusta poder hablar de vez en cuando de uno de mis primeros vicios como fue The O.C.

Un saludo crítico!!! ah, se me olvidaba, grandiosa entrada.

LUIH dijo...

Serena, como tú bien dices, estaba en el buen camino, pero la llegada de Georgina no la va a ayudar en absoluto...

triki dijo...

Muy bueno el post!!
A mi hay los personajes autodestructivos y torturados siempre me han encantado, en especial los alcohólicos.
Tu pasión por Marissa no conoce límites !!!

Sunne dijo...

La fama lleva un gran peso humano tras ella...
buen articulo Crítico.

pd: has de colgar tu entrevista a Josmar, eso hay que leerlo.

Crítico en Serie dijo...

Jajajaj.

No, no... eso es caspa. La publicaré el día que josmar salga en alguna serie. ¡que esto es temático!

Kike dijo...

Josmar... el chaval ese que salía por la tele "cantando" vestido de mujer? OMG!

Al post. Como dices, Serena llegó timidilla y modosita, pero ahora ya se está revolviendo. Queremos más carnaza con Georgina!!

MaryJane dijo...

Guau!! Es lo que puedo decir al leer tu post, jeje...Yo tengo que reconocer que O.C. no la he visto, pero a Gossip estoy absolutamente enganchada, sin remedio. Serena es puro magnetismo, solo puede querer más y más de ella, será la magia del desencanto, el carisma del tormento... no sé, pero ahora no puedo dejar esa "droga" de ver como se revuelve cada vez más su alma atormentada en esa perfecta figura de diosa del Olimpo.
Un abrazo!!
(excelente post)

Unknown dijo...

Nunca he visto OC, pero gossip girl me ha enganchado de una manera brutal. Aunque al principio Serena me pareció el personaje mas flojo, tienes razón en que poco a poco engancha hasta convertirse en protagonista absoluta.