La primera enmienda de la Constitución americana de 1787 lo dejó claro: “El Congreso no hará ley alguna por la que adopte una religión como oficial del Estado o se prohíba practicarla libremente”. Este principio de separación entre el Estado y religión obtuvo tanta importancia como representó la separación de los tres poderes en Europa (el legislativo, el judicial y el ejecutivo). Y es que en ella se cimentaron los pilares de lo que devendría la sociedad de los EUA: una amalgama de personas que profesan distintos cultos y de procedencias muy diferentes que se unieron pese a esta diferencia en la religión. De hecho, fue esta disparidad lo que les convirtió en iguales, puesto que los colonos fundadores, muchos acusados de sectarios, necesitaron la lejanía de la Iglesia para poder vivir libremente en esa nueva tierra de la que se adueñaron.
Pero que el Estado no interfiera en el personal desarrollo de la fe, un principio que ha peligrado desde que se entronó en el poder George W. Bush, no significa que el país la resguardara para su esfera privada. Al contrario: pocos lugares están tan enraizados en la religión, sea cual sea, y una de las pruebas que confirman esta situación no depende de las encuestas, ni de los religiosos, sino de las series de televisión, eterno reflejo de la realidad y que muestra, como si fuera una estadística, el complejo entramado religioso-social norteamericano.
De esta manera, acorde a la realidad, el cristianismo es la fe imperante entre los productos programados en la parrilla norteamericana. No obstante, a diferencia de España, donde el catolicismo es la única y aplastante opción de los ciudadanos, en EUA no sólo la Iglesia Papal no es la predominante, sino que sólo goza del seguimiento de casi una cuarta parte de los americanos. En cambio, las ramificaciones del protestantismo abarcan poco más de la mitad (51,3%) de la población del país, cuyo último censo la cifró, en el año 2.000, en 281 millones de personas. No es de extrañar, pues, que esta tendencia del cristianismo sea la que marque, de forma sutil, las series.
De esta manera, acorde a la realidad, el cristianismo es la fe imperante entre los productos programados en la parrilla norteamericana. No obstante, a diferencia de España, donde el catolicismo es la única y aplastante opción de los ciudadanos, en EUA no sólo la Iglesia Papal no es la predominante, sino que sólo goza del seguimiento de casi una cuarta parte de los americanos. En cambio, las ramificaciones del protestantismo abarcan poco más de la mitad (51,3%) de la población del país, cuyo último censo la cifró, en el año 2.000, en 281 millones de personas. No es de extrañar, pues, que esta tendencia del cristianismo sea la que marque, de forma sutil, las series.
Las bodas son el más claro ejemplo de esta afirmación. Estas uniones delatan siempre en su emplazamiento su condición de protestante. En el caso de las bodas católicas es obligatorio realizar la ceremonia en un templo de la misma fe, a menos que uno de los contrayentes sea de otra confesión, situación bajo la que se puede realizar una excepción. En cambio, en la corriente de Lutero se acepta la puesta en marcha de la liturgia de entrada en el matrimonio en lugares de lo más variopintos. A consecuencia, Calista Flockhart, la novia de Harrison Ford y hermana mayor de Cinco hermanos, se casó con el Senador McCallister (Rob Lowe) en el jardín de su casa, besándose delante de todos los invitados, al igual que la mala Julie Cooper con el abuelo de los Coen en O.C., la trabajadora Miranda de Sexo en Nueva York con el padre de su hijo en un jardín de Manhattan, o Teri Hatcher, que hizo lo mismo con el fontanero de Mujeres Desesperadas en medio del bosque.
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Por otra parte, ambos rituales aceptan los votos nupciales aunque su concepto dista de parecerse. Mientras que en la fe del Vaticano se siguen las palabras pronunciadas por el párroco, en el protestantismo los novios gozan de libertad para hacer votos y promesas propios. Un ejemplo de elaboración de votos sería Jack del drama con toques de ciencia ficción de Perdidos, que se lo pasó muy mal a la hora de elegir las palabras que decir en medio del casamiento. Pero estas no son las únicas muestras de fe protestante en la televisión americana.
Continuará
6 comentarios:
Muy interesante este tema ;) En 'Gossip Girl' también hubo una boda de este tipo en el último capítulo, no sabía eso de que el lugar determina la rama del cristianismo a la que pertenece.
quintamaravilla, lo sé que sale la boda de los Van der Hoodsen. La vi. Lo que pasa es que consideré que era un personaje muy secundario para nombrarlo en el repor (que no sólo es para los lectores de esta página, sino para mi profesor de Periodismo Religioso).
¿Tienes una asignatura de Periodismo Religioso? Hmmm...
Estás empezándola, pero ya verás cómo la religión (o la idea religiosa, que no es exactamente lo mismo) gana mucha importancia en Galáctica. A mí me parece muy interesante, sobre todo porque en EE.UU. es un tema muy presente en la vida cotidiana, pero hay gente que cree que es lo más flojo de la serie.
MacGuffin, a mí el tema religioso de BG es de lo que más me interesa (sin dejar de lado la toalla, claro está). Además, que es fácil encontrar paralelismos con la voluntad de Bush de guiar a su pueblo, etc. Aunque claro, Laura no es Bush.
Genial entrada (una vez mas). La verdad es que como quieras citar muchos casos de bodas en series, te vas a hartar porque pocas series se salvan de no tener a su chica con vestido blanco y al chico con smokin, aunque luego estan las que te puedes encontrar a los novios casandose de cualquier guisa.
Por cierto a mi el momento de los votos de Jack junto a Christian me encanta!!.
Una que no puede faltar es la bodade Phebe en plena calle, me parece de las más memorables, pero mejor no me adelanto y espero al siguiente post jeje
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