El desconcierto se cierna sobre True Blood. El piloto es tan extraño que es imposible discernir si hay algo detrás de tantas expectativas. Es difícil distinguir si será una gran serie o un despropósito mayúsculo. Y es que la introducción a la serie es de todo menos convencional.
Esto es una nueva ficción de vampiros. Viven en una aparente tranquilidad (nada de anonimatos como en Buffy o Moonlight) y parecen haber encontrado un método perfecto para la integración: en este reformulado mundo se ha creado una sangre sintética que puede saciar sus necesidades nutritivas. Claro que, según lo visto, la serie tiene mucho más acerca de humanos y sobre todo acerca de humanos peores que vampiros, de sangres psicotrópicas y también de una camarera que tiene poderes telepáticos y que puede leer la mente a todos menos a un misterioso chupasangre. Algo completamente desconcertante.
Tampoco queda claro qué lleva las riendas del episodio. Aparte de la camarera, los demás personajes se presentan de forma muy irregular. ¿Todo esto formará parte de una genialidad o de algo fallido? Mientras, el guionista y director Alan Ball (responsable de los guiones de A dos metros bajo tierra y American Beauty) y el hecho que se trata de una serie HBO (Los Soprano, Deadwood, Sexo en Nueva York) ayudan a alimentar las esperanzas de que se tratará de algo soberbio.
El problema, que no necesariamente lo es, es que la realización y el guión tratan a esta serie como cualquier otra. Presentan algunos personajes y algunas tramas como si fuera un producto ordinario (factor en el que reside parte de su atractivo). Y no. Por lo que se ha dejado entrever, nos encontramos ante un nuevo mundo, muy parecido al nuestro, pero distinto. Vampiros, sexo duro, insólitos personajes (el cocinero gay que viste falda es un buen ejemplar), la curiosa habilidad de la protagonista (esa adorable y acertadísima Anna Paquin), la bebida llamada Tru Blood y un (¿innecesario?) asesinato son elementos suficientes para quedarse patidifuso.
Sin embargo, yo apuesto a que valdrá la pena. Alan Ball nos ha servido un enigmático brebaje de trepidante arranque (la situacional primera escena es magnífica) que mezcla comedia, diálogos paranoicos e inconexos (de la mano de la amiga que trabaja en el hipermercado), planos inquietantes (tela con el sexo de tintes sadomasoquistas y vampiriles), un retrato tradicional de algo tan poco normal y toques tan cutres que tienen que estar hechos adrede.
Ahora es básicamente chocante. De hecho, no se puede descartar que sea un descalabro, que no sea más que un despropósito que no haya encontrado el ritmo y cuyos personajes no pasen de una caricatura estúpida; que resulte que el inconstante metraje sea un error. No obstante, yo tengo la intuición o esperanza que quizás (y remarco el ‘quizás’) estamos delante de algo grande, de una invención social muy elaborada de la que necesitaremos unos cuantos episodios para concretar cómo es este nuevo mundo. Por el momento, es el proyecto más interesante, curioso y arriesgado de cuantos acechan para la temporada que viene.
Esto es una nueva ficción de vampiros. Viven en una aparente tranquilidad (nada de anonimatos como en Buffy o Moonlight) y parecen haber encontrado un método perfecto para la integración: en este reformulado mundo se ha creado una sangre sintética que puede saciar sus necesidades nutritivas. Claro que, según lo visto, la serie tiene mucho más acerca de humanos y sobre todo acerca de humanos peores que vampiros, de sangres psicotrópicas y también de una camarera que tiene poderes telepáticos y que puede leer la mente a todos menos a un misterioso chupasangre. Algo completamente desconcertante.
Tampoco queda claro qué lleva las riendas del episodio. Aparte de la camarera, los demás personajes se presentan de forma muy irregular. ¿Todo esto formará parte de una genialidad o de algo fallido? Mientras, el guionista y director Alan Ball (responsable de los guiones de A dos metros bajo tierra y American Beauty) y el hecho que se trata de una serie HBO (Los Soprano, Deadwood, Sexo en Nueva York) ayudan a alimentar las esperanzas de que se tratará de algo soberbio.
El problema, que no necesariamente lo es, es que la realización y el guión tratan a esta serie como cualquier otra. Presentan algunos personajes y algunas tramas como si fuera un producto ordinario (factor en el que reside parte de su atractivo). Y no. Por lo que se ha dejado entrever, nos encontramos ante un nuevo mundo, muy parecido al nuestro, pero distinto. Vampiros, sexo duro, insólitos personajes (el cocinero gay que viste falda es un buen ejemplar), la curiosa habilidad de la protagonista (esa adorable y acertadísima Anna Paquin), la bebida llamada Tru Blood y un (¿innecesario?) asesinato son elementos suficientes para quedarse patidifuso.
Sin embargo, yo apuesto a que valdrá la pena. Alan Ball nos ha servido un enigmático brebaje de trepidante arranque (la situacional primera escena es magnífica) que mezcla comedia, diálogos paranoicos e inconexos (de la mano de la amiga que trabaja en el hipermercado), planos inquietantes (tela con el sexo de tintes sadomasoquistas y vampiriles), un retrato tradicional de algo tan poco normal y toques tan cutres que tienen que estar hechos adrede.
Ahora es básicamente chocante. De hecho, no se puede descartar que sea un descalabro, que no sea más que un despropósito que no haya encontrado el ritmo y cuyos personajes no pasen de una caricatura estúpida; que resulte que el inconstante metraje sea un error. No obstante, yo tengo la intuición o esperanza que quizás (y remarco el ‘quizás’) estamos delante de algo grande, de una invención social muy elaborada de la que necesitaremos unos cuantos episodios para concretar cómo es este nuevo mundo. Por el momento, es el proyecto más interesante, curioso y arriesgado de cuantos acechan para la temporada que viene.
Ilustrando este artículo, hay un par de ejemplos del márketing viral al que tanto nos están acostumbrando las nuevas series americanas.
9 comentarios:
Yo tengo el piloto descargado desde hace tiempo, pero aun no he podido ponerme con él. Sin embargo, te diré que el hecho de que sea un producto de la HBO, como tú has comentado, le da unos puntos extra y el beneficio de la duda, así que aunque el piloto no sea ninguna obra maestra, tendremos que seguirla de cerca.
Los pilotos, muchas veces, pecan precisamente de inconexos, extraños, deslavazados... Es lo que pasa cuando hay que presentar toda una serie en un único episodio. Luego, hay unos mejores que otros, claro.
Tengo curiosidad por ver "True bllod", pero esperaré a que la estrenen. Si no, de aquí a que se emita el 2ª capítulo no me acordaré de nada :-)
Me pareció un piloto que presentaba a los personajes pero no a la serie. Me explico, tras ver el capítulo conoces a todos los personajes, ya que todos han sido más o menos definidos, pero uno sigue sin saber bien que tipo de serie va a ser True Blood. Habrá que esperarse hasta el segundo capítulo para comenzar a ver si estamos ante un nuevo éxito o ante un fiasco creativo.
Pues espero que solo sea un Pre-Air y que lo cambien de arriba a abajo antes del estreno, porque me pareció soso, inconexo, obvio... muy muy malo.
Nada sutil con los personajes, ni con la historia. Como dices, el asesinato no viene a cuento para nada; las tramas secundarias son infantiles (la amiga de la prota enamorada del hermano, uf, ¿eso no lo vimos ya en "Sensación de vivir"?); el montaje es lo más cutre que he visto en años...
En fin, vamos a ver si cambian cosas, porque, tal como está, la verdad es que se huele el batacazo a kilómetros.
a ver si pillo un rato para ver este preair.. pero, aunque me mole el tema vampiros, HBO sea digno de confianza y Alan Ball también... me da a mi que esto no va a ir para alante por las cosas que he ido leyendo..
Cuando leí la entrada que hizo ALX del preair decidí bajármelo para echarle un vistazo, pero aún no he tenido ni tiempo ni ganas.
De todas formas, después de Moonlight, el tema de vampiros ya no se me antoja tan interesante como antes...
ánade, no tiene nada que ver con Moonlight, y creo que con casi nada. Es muy distinto.
Querida pixelwoman (que siempre posteas aquí (gracias) pero que no dejas ver tu perfil), te doy la razón con la mayoría de las cosas que comentas (aunque lo de la chica enamorada platónicamente del hermano... es como la vida misma, por más que se haya visto mil veces), pero justamente por todo lo malo que dices, tengo la esperanza que sea buenísima. A veces, menos por menos es más, y me da que nos encontraremos, en lugar de con un batacazo, ante una obra maestra incomprendida. Claro que esto ya es apuntar muy alto de por sí...
Extraña sensación que me da True Blood, y reconozco que hay muchíííísimas probabilidades de que me equivoque...
A mí me ha gustado mucho, sobre todo después de la decepción de Fringe. Es lo que debe ser un piloto: presentación de personajes y del universo de la serie. No hace falta una gran trama, sólo sentar las bases de lo que te van a contar.
Me ha parecido muy original, con personajes muy bien definidos, con un toque de cinismo y humor muy extraño y original, con diálogos alucinantes (gran escritor este Allan Ball)... Vamos, una presentación muy bien escrita y sobre todo atractiva, sugerente. Espero con ganas la temporada.
A la gente de USA no le está gustando nada. No sé, quizá al ser tan pausado y centrado en los personajes les aburre, y además es una mezcla de géneros que hay que ver con la mente abierta. Espero que la serie acalle las malas críticas.
Vale, por fin la he visto y tengo que decir que, como bien dices, es bastante desconcertante porque no sabes muy bien de que va a ir la cosa, pero me atrae mucho la idea de un mundo en el que los vampiros se han mostrado a la sociedad e intentan integrarse en ella, como uno más.
Aunque veo algo rara a Anna Paquinn. Parece que le falta un hervor cuando habla, no?
Publicar un comentario