Los actores de Hollywood no tienen la culpa de la crisis económica. Ante la actual situación financiera mundial, suelo ser el primero en abogar por un ritmo de vida lo más normalizado posible, porque sino es imposible que el sistema arranque otra vez (y lo que tardará en hacerlo). Pero, ¿realmente este contexto es el oportuno para convocar una huelga de actores?
Los sindicalistas por supuesto argumentarán que sí, que los obreros no deben estar sometidos a las grandes corporaciones cuyo único objetivo es exprimirlos cuales naranjas y sacar el máximo beneficio de ello. Encima, los guionistas consiguieron parte de sus peticiones mediante los 100 días de paro (pese a que se comenta que, por el momento, los productores se están pasando por la torera dicho acuerdo). Las circunstancias, sin embargo, no son las mismas y es difícil predecir si las ficciones televisivas podrían sobrevivir a otra tempestad de tal calibre.
Por la televisión corren desde hace tiempo los aires del cambio y sino cuesta explicar la sucesiva bajada de audiencia de las generalistas, la ultrafragmentación, la falta de interés por los nuevos productos y la pérdida de espectadores de las series más emblemáticas de la programación. Asimismo, si a esto se le suma la deflación de la publicidad y lo que ocurrió a las novedosas series del año pasado que se vieron afectadas por la huelga, la conclusión es que quizá la industria se resentirá esta vez en demasía. Y esto no es la opinión de un adicto a las series, ni la de un cinéfilo en sus horas libres: Estados Unidos tampoco se puede permitir más pérdidas económicas en una industria tan importante para su desarrollo.
Algunos de los puntos comentados pueden suscitar críticas positivas. La fragmentación, por ejemplo, permite una mayor oferta de ficción que da como resultado series del estilo de Mad Men, True Blood y Rescue Me, productos no anhelados por quienes buscan audiencias de ocho cifras. Y es cierto. Sin embargo, es imposible imaginar que Perdidos existiera en un mundo de cúmulos de espectadores por debajo de los cinco millones. Yo, desde mi púlpito conservador, reitero la necesidad de unas generalistas fuertes: son las únicas capaces de pagar las cifras astronómicas que piden algunos, como el engreído creador de Mad Men que ahora exige 10 millones de dólares para renovar el contrato con la cadena, y los únicos que pueden realizar productos de lujo.
No obstante, en un momento en el que las cadenas ni cancelan series por no poder permitírselo (como en el caso de Las crónicas de Sarah Connor) y que no tienen presupuesto para pagar episodios pilotos ni para promocionar nuevas series (una estrategia demasiado costosa) es de vital importancia que lo que hay actualmente en la programación funcione. La experiencia del año pasado demuestra que, si la huelga siguiera los mismos pasos que la anterior, será complicado.
Criando Malvas (Pushing Daisies), Sexy Money, Eli Stone y Mujeres de Manhattan (Lipstick Jungle) ya han caído, puesto que ni tuvieron el recorrido que debieron tener, ni la huelga ayudó a forjarles una estabilidad. De este año, sólo The Mentalist tiene un futuro prometedor: las demás (incluida Fringe, por debajo de los 10 millones) dependen de la fidelización y la mayoría también de una subida de sus registros. Y de lo que históricamente funciona, cabe recordar que todas las reinas volvieron sufriendo un ligero desliz (Anatomía de Grey, Mujeres Desesperadas, CSI).
Sólo cabe cruzar los dedos. En un momento de paro, despidos y reducciones de sueldo, sorprende la reclamación de mejoras. Están en su derecho. Pero cada cosa debe suceder en el momento oportuno, y ahora no es el de convocar una huelga. Probablemente esperan una rápida resolución para que no ocurra ninguna catastrófica consecuencia. Sin embargo, lo mejor es no ponerlo a prueba, pues todos tienen los dedos enganchados y ahora nadie está para mejorar condiciones laborales. Triste realidad la que les está tocando vivir a los actores hoy en día. Además es necesario no olvidar el fantasma de los realities: con unos costes muy inferiores, de funcionar pueden solventar los problemas financieros. Y allí no hay actores.
Los sindicalistas por supuesto argumentarán que sí, que los obreros no deben estar sometidos a las grandes corporaciones cuyo único objetivo es exprimirlos cuales naranjas y sacar el máximo beneficio de ello. Encima, los guionistas consiguieron parte de sus peticiones mediante los 100 días de paro (pese a que se comenta que, por el momento, los productores se están pasando por la torera dicho acuerdo). Las circunstancias, sin embargo, no son las mismas y es difícil predecir si las ficciones televisivas podrían sobrevivir a otra tempestad de tal calibre.
Por la televisión corren desde hace tiempo los aires del cambio y sino cuesta explicar la sucesiva bajada de audiencia de las generalistas, la ultrafragmentación, la falta de interés por los nuevos productos y la pérdida de espectadores de las series más emblemáticas de la programación. Asimismo, si a esto se le suma la deflación de la publicidad y lo que ocurrió a las novedosas series del año pasado que se vieron afectadas por la huelga, la conclusión es que quizá la industria se resentirá esta vez en demasía. Y esto no es la opinión de un adicto a las series, ni la de un cinéfilo en sus horas libres: Estados Unidos tampoco se puede permitir más pérdidas económicas en una industria tan importante para su desarrollo.
Algunos de los puntos comentados pueden suscitar críticas positivas. La fragmentación, por ejemplo, permite una mayor oferta de ficción que da como resultado series del estilo de Mad Men, True Blood y Rescue Me, productos no anhelados por quienes buscan audiencias de ocho cifras. Y es cierto. Sin embargo, es imposible imaginar que Perdidos existiera en un mundo de cúmulos de espectadores por debajo de los cinco millones. Yo, desde mi púlpito conservador, reitero la necesidad de unas generalistas fuertes: son las únicas capaces de pagar las cifras astronómicas que piden algunos, como el engreído creador de Mad Men que ahora exige 10 millones de dólares para renovar el contrato con la cadena, y los únicos que pueden realizar productos de lujo.
No obstante, en un momento en el que las cadenas ni cancelan series por no poder permitírselo (como en el caso de Las crónicas de Sarah Connor) y que no tienen presupuesto para pagar episodios pilotos ni para promocionar nuevas series (una estrategia demasiado costosa) es de vital importancia que lo que hay actualmente en la programación funcione. La experiencia del año pasado demuestra que, si la huelga siguiera los mismos pasos que la anterior, será complicado.
Criando Malvas (Pushing Daisies), Sexy Money, Eli Stone y Mujeres de Manhattan (Lipstick Jungle) ya han caído, puesto que ni tuvieron el recorrido que debieron tener, ni la huelga ayudó a forjarles una estabilidad. De este año, sólo The Mentalist tiene un futuro prometedor: las demás (incluida Fringe, por debajo de los 10 millones) dependen de la fidelización y la mayoría también de una subida de sus registros. Y de lo que históricamente funciona, cabe recordar que todas las reinas volvieron sufriendo un ligero desliz (Anatomía de Grey, Mujeres Desesperadas, CSI).
Sólo cabe cruzar los dedos. En un momento de paro, despidos y reducciones de sueldo, sorprende la reclamación de mejoras. Están en su derecho. Pero cada cosa debe suceder en el momento oportuno, y ahora no es el de convocar una huelga. Probablemente esperan una rápida resolución para que no ocurra ninguna catastrófica consecuencia. Sin embargo, lo mejor es no ponerlo a prueba, pues todos tienen los dedos enganchados y ahora nadie está para mejorar condiciones laborales. Triste realidad la que les está tocando vivir a los actores hoy en día. Además es necesario no olvidar el fantasma de los realities: con unos costes muy inferiores, de funcionar pueden solventar los problemas financieros. Y allí no hay actores.
9 comentarios:
No sé en que blog comenté que a mi me parece el momento menos indicado. Todavía no se han recuperado las audiencias de la huelga pasada, otra más pienso que dejaría muy tocado el sistema televisivo.
Uniéndole a eso la crisis mundial que existe (que es una realidad), me parece algo fuera del sentido común.
Hola,
una petición. ¿Podrías escanear tu escrito en la La Vanguardia? Me ha sido imposible conseguirlo de momento.
Y en cuanto al tema huelgas, con la de estudiantes ya tengo suficientes. ¡Actores, a trabajar!
Siempre habrá división en este tipo de cuestiones, pero tampoco creo que sea el momento idoneo. Además los primeros afectados van a ser ellos. Yo solo espero que no se haga.
El tema no está fácil porque el contrato de los actores con los estudios expiró el pasado 30 de junio, y no se ponen de acuerdo sobre los términos del nuevo. Además, los guionistas se han quejado de que no les están pagando una de las cosas que acordaron en el nuevo contrato... Esperemos que no haya huelga, y todo quede en una fanfarronada del sindicato de actores, pero no sé.
me parece exagerado lo que pide el creador de Mad Men...
Ni me recuerdes lo del fantasma d elso realities. Todavia recuerdo al presidente de la NBC diciendo que ellos estaban muy tranquilos porque los realities eran baratos y daban buenos resultados, ahora que se trague sus palabras y se pregunte porque este año su cadena está fracasando.
Sobre la huelga de actores, directamente me parece una locura y que podria traer aun mas consecuencias que la de guionistas.
La situación es complicada, desde luego. No sé qué podría pasar si ahora se organiza una huelga de actores, teniendo en cuenta que la de guonistas aún colea. Como dice MacGuffin, esperemos que todo se quede en una simple anécdota.
Yo desde que salió el tema de las huelgas, tanto de guionistas como de actores y directores, no pensé que habría ninguna..
entonces tuvimos la de guionistas que, como cuentas, se llevó por delante mucho talento..
Pero hasta hace nada seguía pensando que la huelga de actores no iba a tener lugar... Ahora ya no lo tengo tan seguro.. Pero no se, no creo que les convenga.. ni a ellos ni a la AMPTP..
No se preocupen que las series no seran tan golpeadas por esta huelga, porque segun pude leer la moyoria de los actores de tv estan afiliados a un sindicato de RADIO Y TELEVISIÓN independiente que no es el SAG y dicho sindicato ya a llegado a un acuerdo con los estudios. Quien si se vera en aporuros es el mundo del cine ya que la totalidad de los actores de cine pertenecen al SAG que es el sindicato que se encuentra en conflicto con los estudios.
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