lunes, 27 de abril de 2009

La droga dura de El Internado

Los micros de percha son un alumno más en el internado Laguna Negra. Por los pasillos, en la clase o en la cocina, de repente en el momento más inesperado, hacen una sutil aparición por el margen superior del plano. Increíble. Y no sólo una vez o dos. La ineptitud se repite una y otra vez. Pero me importa un rábano. Me preocupan más los enrevesados entresijos que se cuecen entre las recién pintadas paredes de la escuela. Lo confieso: estoy profundamente enganchado a El Internado.

En diciembre critiqué de forma visceral las series made in Spain y la verdad es que sigo en mis trece con los demás casos. Sin embargo, cierta curiosidad surgió con el tiempo tras multitud de recomendaciones. La mezcla de niños, adolescentes, adultos y viejos creía que sería indigesta; y también ese intento de intriga. Pero todo lo contrario. Ahora me cuesta hacer tiempo para los superiores productos norteamericanos.

La primera temporada es una droga muy dura. La mujer de la limpieza proviene de un psiquiátrico, el cocinero tiene una pistola en un cajón y los motivos de todos los que trabajan son descaradamente oscuros. Los chicos son terriblemente guapos y las chicas llevan unas minifaldas que les supondrían un severo castigo si la escuela fuera de monjas. Y hay secretos escondidos detrás de cada pared del viejo caserío que huele a cartón. Aun así, es tan obscena en lo conceptual, sabe tan bien qué quiere el espectador, que a los veinte minutos quedé rendido a sus pies.

Las limitaciones de la serie son claramente visibles pero no significa que sean una barrera para el espectador. La justa interpretación de los actores (también marcados por el estilo ibérico) no comporta que no se pueda coger cariño a los personajes. Y que el guión juegue al gato y al ratón con los protagonistas, con una serie de pistas colocadas a modo de gincana, atrapa. Se configura un todo, basado en la mezcla de caracteres, el misterio y los romances platónicos, que eleva el drama a un asombroso grado de entretenimiento.

Es un exceso sin sutilezas. Los 75 minutos que dura cada episodio son pocos y al terminar siempre se quiere más. Puede que corten las buenas ideas con matarratas y detergente en polvo. Pero es una fórmula adictiva y yo estoy viciado a ella.

11 comentarios:

Anónimo dijo...

Acabas de quitarme todos mis complejos , genial.
A ver como te lo explico, tengo tu blog en favoritos , lo leo casi siempre , me fio de tus gustos , es más le di una oportunidad a Criando Malvas y eso que al principio me parecio rara, pero yo soy una fan de El Internado, no se porque me engancho , mi marido se rie de mi y discuto con mi hija de
9 años que el Ivan está más bueno que el Marcos , vamos que a mi me da un morbo un chaval de 20 años , je , je ....
por eso tu post me ha alegrado el día.
Es española, a veces parece una copia de Lost, reconozcamoslo, pero le da veinte mil vueltas a cualquier serie española actual. Me gusta el misterio , las tramas, los malos y el morbazo de algunas escenas adolescentes .
Sigue asi.

Patricia

OsKar108 dijo...

Yo vi las 2 primeras temporadas (en el parón que hubo hasta el comienzo de la 3ª) y reconozco que enganchan, pero una vez vistas no tuve (ni tengo) ningún interés en seguir por donde la dejé.

¡Saludos!

Anónimo dijo...

Yo también es una de las pocas series de factoría española por las que me he dejado enganchar, aunque con el tiempo y el paso de las temporadas creo que ha ido perdiendo su poder de atracción (las dos primeras son las mejores sin duda).

Espero tu post cuando llegues al "duende" de la tercera ...

Álex dijo...

No se que tendrá El Internado que gusta tanto. Pero me da tanta pereza. Y gran parte de la culpa los tienen sus 70 minutos por episodio. Ya sé qeu no es culpa de ellos, pero me pueden.

Solo en Desaparecida los toleraba, pero es que esa serie era muy grande. Y reconozco que si solo hubiese durado 50, la serie habría sido redonda.

Pigonna dijo...

Jajaja, nunca pensé que te gustase una serie como El Interntado; he de confesar que también estoy enganchada (aunque empiezo a vislumbar el misterio que se esconde) y tengo ganas de que empiece la quinta temporada a finales de este mes :)

Vanessa dijo...

Yo también me enganché, pero en la última temporada me cansé de ella, la dejé de ver y cuando vi el episodio final, fue como si no me hubiese perdido nada.

Alejandro A dijo...

75 minutos!, es una tortura, de verdad no me imagino con qué rellenaran los 40 minutos que le sobran!!

Sunne dijo...

Venga ya!!!!! esta serie en sus dos primeras temporadas estaba bien,hoy día es insoportable. Critico entre esto y Dexter.jajajaja

Adri dijo...

El internado tiene un superpoder y es que a pesar de ser más mala a medida que avanzan sus temporadas, consigue mantener un nivel de entretenimiento tan alto que esos durísimos 75 minutos se pasan en nada y estas deseando seguir.

Las tramas ya son demenciales, se sacan cosas de la manga sin ningún pudor y si te contara sus métodos de trabajo (tengo un amigo que trabaja ahora de guionista en prácticas ahí) flipabais (aunque al saber ciertas cosas se entiende su empeoramiento)...


Pero es que es tan CONDENADAMENTE entretenida que como dices, es droga... droga perjudicial para la salud pero que no puedes estar sin ella xD

ap esar de que el final de la cuarta no me gustó nada, estoy deseando que llegue la quinta xDD

Jorge M. Quintas dijo...

Yo me quedé en la tercera temporada y aunque he hecho amagos de empezar a verla de nuevo para saber el resultado de la trama. No he tenido tiempo o no me apetecía en ese momento.

De todas maneras, algún día... la terminaré de ver.

Crítico en Serie dijo...

Patricia, no pude contestar a tu comentario antes porque estaba de viaje. Me encanta tu confesión y a menudo me planteo si mis lectores son los mismos que miran la ficción española. Y aunque yo sea históricamente un total detractor, El Internado me ha enganchado (y empecé a verla por los chicos, of course). Quizá no será una serie para intelectuales y tenga mil defectos (como los imperdonables micros que se cuelan en los planos) pero se debe asumir que es un gran entretenimiento. Te digo yo que si tuviera que vivir la televisión sólo con productos como los clásicos de la HBO, antes me pego un tiro (aunque me parezcan buenas y algunas me gusten). Y al volver de Nueva York la primera idea que se me ha pasado por la cabeza ha sido... "necesito ver el internado".

missmole, espero que me siga atrayendo en la tercera temporada, que me divierto como un enano.

ALX, los 70 minutos por episodio de El Internado no son pesados. Al contrario. Es una lástima que sean tan pocos. Menudo placer culpable.

Pigonna, yo tampoco pensaba que me gustaría una serie como El Internado básicamente por ser de donde es (porque por la cuestión acneica tenía puntos a favor, que supongo que todo el mundo sabe que me engancho a cualquier serial adolescente). Para la quinta no creo que vaya al día (que tengo muchos deberes televisivos atrasados), pero seguro que la sexta la veré al ritmo spanish.

Van Hessa, sufro un poco por esta pédida de interés. Ya en la segunda veo el bajón. Eso sí... mientras esos chicos sigan en pantalla, pienso seguirme tragando los episodios. ;)

dsm, ¿pero la has visto o no?

sunne, de El Internado es imperdonable que se les cuelen micros en los plantos (¡imperdonable!), pero de Dexter es imperdonable su simple existencia. :P

Adri, me acabas de dejar intrigadísimo. Cuando esté al día tienes que contarme todos los trapos sucios. ¡TODOS!

George O. Welles, cuando pierdes la constancia en una serie a veces es difícil volver a coger el ritmo. Dímelo a mí con Galactica, que la tuve que dejar porque no quería arrasarla en cuatro días, y ahora no encuentro el momento de emprender la cuarta temporada.