En Hollywood no existen buenos papeles para mujeres mayores a menos que seas Meryl Streep. Así lo reconoció una vez Glenn Close en una entrevista en El País donde explicaba por qué se había embarcado en un proyecto para televisión. “Voy siempre donde están los mejores guionistas, y Daños y Perjuicios era muchísimo mejor que los papeles que me ofrecían en el cine”. Este argumento era tan cierto como falso. El Emmy y el Globo de Oro que recibió por encarnar a la feroz picapleitos Patty Hewes corroboraron que el cambio de medio había sido un acierto, aunque fue tal el éxito que se convirtió en error. Firmó para una segunda temporada. Y, además de tener en cuenta las cifras del cheque, debería haberse fijado en el guión.
Si la primera temporada fue un sorprendente thriller que mantuvo al espectador inquieto hasta el último golpe de tuerca, expectante ante cada cara a cara entre Close y la entonces magnífica Rose Byrne y que disfrutaba de cada maquiavélica estrategia de Patty Hewes, esta segunda parte ha ido tan a la deriva y ha sido tan tramposa y fallida, que por caricaturesca bien podría haber sido interpretada por un Leslie Nielsen travestido. Lo que fue una buena película en trece capítulos se convirtió en un placer culpable. Y fue un placer culpable por el supuestamente magnífico elenco que la interpretaba, por lo que había sido y por la mala leche que corría en el guión, por escribir tantos viles personajes por página y por dibujarlos sin ninguna gracia.
Marcia Gay Harden bien podría ser el ejemplo perfecto del desliz que supuso el segundo año. Ella debía ser un contrapunto a Close, un personaje relevante y una mujer de armas tomar, pero ver el esfuerzo de Gay Harden en un terreno que no era el suyo (evidenciando sus terribles carencias) con un texto de risa, la convirtieron prácticamente en un sketch dentro de la propia serie. Y William Hurt también podría escenificar el calamitoso desastre, aún inmerso en el papel de psicópata en Mr. Brooks, desagradable a más no poder y vestido con unas camisas de hilo que bien podrían haber supuesto el despido del responsable del vestuario. Pero lo peor, además, es que ninguno de estos personajes (ni del sex-symbol Timothy Olyphant) acabaron aportando nada. Ellos parecen llevar el peso de la segunda temporada, cuando en realidad bien podría haber sido resuelta en 20 minutos y sin más que una anecdótica aparición por su parte.
Y es que esta vez los juegos temporales no son sólo tramposos, sino claramente mentirosos. Un delito en la profesión, básicamente, que resuelve el enrevesado entramado en un abrir y cerrar de ojos en el último minuto. Una tomadura de pelo. Y, después de ver las cartas con las que debían jugar Close y Byrne, uno entiende el porqué de la desorientada interpretación de Rose Byrne. La que fue la niña de los ojos de esta página tropieza una y otra vez a la hora de enfrentarse a la diabólica Patty Hewes, pero ¿qué debía hacer con lo que sabía que le depararía la historia?
Si la primera temporada fue un sorprendente thriller que mantuvo al espectador inquieto hasta el último golpe de tuerca, expectante ante cada cara a cara entre Close y la entonces magnífica Rose Byrne y que disfrutaba de cada maquiavélica estrategia de Patty Hewes, esta segunda parte ha ido tan a la deriva y ha sido tan tramposa y fallida, que por caricaturesca bien podría haber sido interpretada por un Leslie Nielsen travestido. Lo que fue una buena película en trece capítulos se convirtió en un placer culpable. Y fue un placer culpable por el supuestamente magnífico elenco que la interpretaba, por lo que había sido y por la mala leche que corría en el guión, por escribir tantos viles personajes por página y por dibujarlos sin ninguna gracia.
Marcia Gay Harden bien podría ser el ejemplo perfecto del desliz que supuso el segundo año. Ella debía ser un contrapunto a Close, un personaje relevante y una mujer de armas tomar, pero ver el esfuerzo de Gay Harden en un terreno que no era el suyo (evidenciando sus terribles carencias) con un texto de risa, la convirtieron prácticamente en un sketch dentro de la propia serie. Y William Hurt también podría escenificar el calamitoso desastre, aún inmerso en el papel de psicópata en Mr. Brooks, desagradable a más no poder y vestido con unas camisas de hilo que bien podrían haber supuesto el despido del responsable del vestuario. Pero lo peor, además, es que ninguno de estos personajes (ni del sex-symbol Timothy Olyphant) acabaron aportando nada. Ellos parecen llevar el peso de la segunda temporada, cuando en realidad bien podría haber sido resuelta en 20 minutos y sin más que una anecdótica aparición por su parte.
Y es que esta vez los juegos temporales no son sólo tramposos, sino claramente mentirosos. Un delito en la profesión, básicamente, que resuelve el enrevesado entramado en un abrir y cerrar de ojos en el último minuto. Una tomadura de pelo. Y, después de ver las cartas con las que debían jugar Close y Byrne, uno entiende el porqué de la desorientada interpretación de Rose Byrne. La que fue la niña de los ojos de esta página tropieza una y otra vez a la hora de enfrentarse a la diabólica Patty Hewes, pero ¿qué debía hacer con lo que sabía que le depararía la historia?
Así que, si alguien aún no ha visto la segunda temporada, que no lo haga. Quien aún no hubiese oído nada acerca de Daños y Perjuicios, que mire la primera temporada y se abstenga de mirar la segunda. Y aquellos que hemos gozado maliciosamente al observar como caía el castillo de naipes y todos sus reyes y reinas deberemos esperar a una probable tercera temporada que se augura aún peor que esta temporada. Tendré que ir a comprar palomitas.
10 comentarios:
Muy de acuerdo en lo que dices. El desenlace me ha parecido un despropósito en mayúsculas donde todo se resolvió porque si, en dos segundos, sin dar ninguna explicación, cambiando de un momento a otro las motivaciones de los personajes. La temporada fue muy confusa con la trama de la energía para luego acabar desvaneciéndose sin importar lo que se había visto ya. Se notaba que estaba todo muy mal atado, forzado, y si, muy muy tramposo. Una duda que me queda con SPOILER!! (en uno de los flash se ve como alguien entra a la habitación mientras ella está en la ducha y se oye un disparo, cuando en realidad no se llega a disparar ningún arma, se oyó el disparo o me lo estoy imaginando?) FIN SPOILER.
A no, no, no te voy a dejar que pongas a caer de un burro esta temporada, y encima critiques la actuación de Rose Byrne, que a mí me ha gustado más que la de la primera temporada.
Lo de los engañosos Flashforwards, simplemente han ido apareciendo has sido tú el que ha presupuesto que iban en cierto orden o que estaban completos, como en las peliculas del Shymalan.
En lo único que estoy de acuerdo es que el guión ha sido un poco más flojo.
Yo tampoco estoy de acuerdo, el tema de los flash forwards creo que fue de lo mejor de la temporada. Sí, son tramposos, pero esa es la gracia, y luego cuando te los pasan en orden te das cuenta de que todo estaba milimetricamente planeado. Para mi una excelente obra de ingenieria guionistica.
Si tienes razon en que el desenlace fue confuso e incluso decepcionante, pero de ahí a decir tajantemente que la serie se convirtió en un "placer culpable" me parece que hay un par de años luz.
De todas formas sabes que respeto tu opinion, es cierto que esta temporada no supera a la 1era y ademas este tipo de finales, que generan tanta expectacion desde el primer episodio, suelen terminar dividiendo al publico.
Recomendar NO ver esta temporada me parece un poco extremista.
Disfruté muchísimo con la primera temporada de Damages, una de las mejores series que he visto nunca. Las interpretaciones eran muy buenas y el guión era sorprendente. El buen recuerdo ha hecho que no quiera arriesgarme a ver la segunda temporada, aparte de críticas como la tuya (siempre en el mismo sentido). Así que creo que de momento voy a pasar y seguiré viendo otras series que sé que son buenas y dejaré este "placer culpable" para cuando haya tiempo libre.
Wilchebat, **Spoiler** no me acuerdo de si sonaba un disparo o no, pero igualmente me pareció tristísimo como resolvían esta incógnita, tan tranquilamente que la aparición de Timothy Olyphant. Muy triste. **Fin**
Satrian, yo adoro a Byrne como actriz. Donde la veo, enamora. Pero en esta segunda temporada creo que no supo cómo coger esa tontería de papel que le dieron. Como bien dice Willchebat, de repente cambian las motivaciones de los personajes. Y si sabía el final que tendría... debió pasarlo muy mal.
Mauro & Satrian, qué quereis que os diga. Estaba planeado, sí, pero eso no significa que no estuviera MAL planeado. ***Spoiler*** Que Glenn Close entre ya herida de un cuchillazo e igualmente se ponga a charlar... menuda tomadura de pelo ***Fin***. No creo que esté faltado de criterio para no recomendar esta temporada. Y es que es... ¡indignante! ¡Con lo que llegué a defender la primera temporada! Los que dijeron que era tramposa... es porque no han visto este terrible segundo año.
Patricia Vera, sabia decisión la tuya. Es triste, pero al final ha acabado como Prison Break: que hubiera preferido pensar que terminaba con una única y espléndida temporada. Es muy mala. Y si la primera temporada te la podías tomar en serio, sufrir si hacía falta e inquietarte, esta segunda te la tienes que tomar la inintencionada comedia que es.
yo no comparto tu opinion en el cojunto aunque si es cierto que los nuevos secundarios estan desdibujados y que el final ha sido un poco rocambolesco, pero compara damages con cualquier otra serie y... palidece. Ahi lo he dicho todo
Con todos los respetos (porque sabes que te respeto) pero no comparto tu opinión, la serie es tramposa, pero es así desde el minuto 1 de la 1ª temporada y si entras en su juego encuentro que te hace disfrutar muchísimo, ya imaginábamos (o debíamos imaginar) que lo que nos estaban adelantando tenía su trampa, pero eso no quita que sea sorprendente (algo precipitado, eso sí) pero perfectamente hilado.
Sigue teniendo (tanto o más que en su primera temporada) grandes personajes e interpretaciones de las mismas (me han encantado las 2 aportaciones de The Wire, Kendrick y Pell, para más señas). Vamos que me ha parecido una muy buena temporada, sin tanto factor sorpresa/novedad como tuvo la primera, pero con una muy buena nota. Es mi opinión of course 8D.
¡Saludos!
No sé si verme la segunda temporada. La primera temporada me gustó, pero tampoco me pareció perfecta. Creo que perdía bastante fuelle en su tramo final. Y si decís que esta es peor... supongo que cuando la doblen me la bajaré.
De acuerdo en lo de la escena del ascensor, Finn Garrety y sus motivaciones, no las veo nada claras.
Pero a mí me convence plenamente, que Ellen actue de esa manera con Patty, yo mismo me sorprendí porque no parece lógico, tras esa conversación estoy convencido y satisfecho porque optara por esa vía.
Para nada, para nada. Como se puede decir "Quien aún no hubiese oído nada acerca de Daños y Perjuicios, que mire la primera temporada y se abstenga de mirar la segunda".
La serie es tramposa porque es Damages, no hay más. Como se puede ver, gente ya no la verá por tus comentarios personales y estamos con una de las mejores series de este 2009. Y en cuanto a Rose Byrne, prefiero a la de la 2ª que la de la 1ª.
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