Hung es la historia de un profesor de gimnasia que, con la casa hecha cenizas, decide hacer valer su gran pene para pagarse la construcción de un nuevo hogar. Esta historia empezó en la HBO en junio de este año. La de su proxeneta amateur, en cambio, no. Viene del cine, de Happiness y de Juegos Secretos. Es un personaje transversal, que tiene en Jane Adams su rostro visible y cuyo nombre cambia a cada obra, pero que en esencia el mismo: una perdedora que, por bonachona, tropieza con piedras, rocas y básicamente todo lo que halla por el camino.
En Happiness era una hippie ilusa que intentaba ayudar a los demás (sin que éstos apreciaran el esfuerzo) mientras su farsante novio inmigrante le robaba todos los electrodomésticos de su casa. No era una chica con suerte, pero aún así ella tenía esperanza. Así que, en Juegos Secretos, dio otra oportunidad al amor. Esa vez, sin embargo, el príncipe aún le salió más rana y su cita, que en realidad era el pederasta exhibicionista del barrio, acabó masturbándose en el sillón de su coche.
A base de palos, la muchacha ha madurado. En Hung, con la mirada cansada y los pechos caídos, parece que haya decidido dar un vuelco a su existencia y sueña, a partir de la herramienta de su amigo, en una vida en la que no es la víctima sino la chulaputos. Claro que tal responsabilidad, en sus manos, adquiere un significado completamente distinto. Consigue ver su nuevo oficio como una manera de llevar la felicidad a sus clientas mediante su empresa Happiness Consultance. Y es comprensible que se lo plantee así: sus citas, desde hace tres obras, son tan patéticas como antológicas. Mejor le hubiera ido contratando este servicio.
No obstante, no hace falta conocer todo ese pasado para entender y disfrutar de este viejo y nuevo personaje, que a la vez es proxeneta y poetisa de galletas de la suerte. Ella es el pilar donde se sustenta este castillo de naipes que, por ser de la HBO, parecía que llegaría muy alto y que aún después de unos cuantos episodios da la sensación que puede derribarse en cualquier momento.
Tiene varios problemas: ni parece saber qué es ni adónde va, ni el pene tiene donde agarrarse. Thomas Jane nunca ha sido un buen actor y su físico en detrimento, más que hacer verosímil al superdotado, provoca casi el mismo repelús que el Sylvester Stallone actual o el Tom Berenguer de October Road. Por otra parte, hay algo de potencial.
En Happiness era una hippie ilusa que intentaba ayudar a los demás (sin que éstos apreciaran el esfuerzo) mientras su farsante novio inmigrante le robaba todos los electrodomésticos de su casa. No era una chica con suerte, pero aún así ella tenía esperanza. Así que, en Juegos Secretos, dio otra oportunidad al amor. Esa vez, sin embargo, el príncipe aún le salió más rana y su cita, que en realidad era el pederasta exhibicionista del barrio, acabó masturbándose en el sillón de su coche.
A base de palos, la muchacha ha madurado. En Hung, con la mirada cansada y los pechos caídos, parece que haya decidido dar un vuelco a su existencia y sueña, a partir de la herramienta de su amigo, en una vida en la que no es la víctima sino la chulaputos. Claro que tal responsabilidad, en sus manos, adquiere un significado completamente distinto. Consigue ver su nuevo oficio como una manera de llevar la felicidad a sus clientas mediante su empresa Happiness Consultance. Y es comprensible que se lo plantee así: sus citas, desde hace tres obras, son tan patéticas como antológicas. Mejor le hubiera ido contratando este servicio.
No obstante, no hace falta conocer todo ese pasado para entender y disfrutar de este viejo y nuevo personaje, que a la vez es proxeneta y poetisa de galletas de la suerte. Ella es el pilar donde se sustenta este castillo de naipes que, por ser de la HBO, parecía que llegaría muy alto y que aún después de unos cuantos episodios da la sensación que puede derribarse en cualquier momento.
Tiene varios problemas: ni parece saber qué es ni adónde va, ni el pene tiene donde agarrarse. Thomas Jane nunca ha sido un buen actor y su físico en detrimento, más que hacer verosímil al superdotado, provoca casi el mismo repelús que el Sylvester Stallone actual o el Tom Berenguer de October Road. Por otra parte, hay algo de potencial.
Hay una Anne Heche pasadísima de rosca que se ofrece de antítesis a Marin Frist, una premisa decente para una dramedia de veintipico minutos y un quinto episodio que podría servir de punto de partida. Esa versión fraudulenta de Atrapado en el Tiempo con la encantadora Natalie Zea resulta extrañamente estimulante y evidencia que lo que la serie necesita es una clienta por episodio. Y es que a Hung no le sentaría mal tener también a Gigoló de referente. No creo que nadie esperara arte y ensayo de una serie que gira entorno a un pene.
12 comentarios:
Sin ser una gran serie HBO Hung me divierte mucho, se deja ver y tiene un trasfondo interesante. También es verdad que Anne Heche esta pasadisima de rosca, no me gusta su papel, no quiero ser drástico pero cuando aparece la serie baja mucho!
Saludos!
Nada que objetar al cuerpo de Thomas Jane, todo lo contario...
me gustaría ver la serie, pero para después, porque ahorita tengo otras prioridades, por cierto que te pareció la de Little Children??, a mi me aburrió mucho, a pesar de la magnífica actuación de Kate Winslet y también de Jackie Earle Haley
Hola estimado blogger
Excelente tu blog, muy bueno, te felicito. Te animo seguir adelante.
Me encantaría contar con tu blog en un directorio que poseo.
Si lo deseas no dudes en escribirme a jackiesilvajauregui@hotmail.com
Exitos con tu blog.
Un beso
Jackie
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Un saludo
Franck Michel Reyes
WebMaster
contacto: rey.delcastillo@hotmail.com
arcibel, a mí Heche no me desagrada. Al contrario, después de verla en Men in Trees le tengo cierto cariño (es muy diva y también muy auténtica). Creo que Hung, al contrario, desfallece cuando el único en escena es el protagonista (y sus hijos, de fealdad extrema).
Anónimo, ¿así que Thomas Jane te pone? Yo entiendo que en Deep Blue Sea me hubiera dado un chapuzón con él, pero desde entonces... ;)
Dsm, Little Children me gustó. No me esperaba (para nada) una versión un poco más convencional de Happiness (y también más conformista al final). E, independientemente de la película de Solondz, la disfruté por ella sola (y también más allá de la grandísima Kate Winslet).
bueno puede que este más buena de lo que yo creo porque ese día estaba algo enfermo y no la pude disfrutar bien, pero me decepcionó mucho con respecto a lo q esperaba
Yo descubrí a Jane Adams en Relativity, una serie bastante más que decentita que sólo conoció una temporada (lástima).
Allí ligaba con el grandísimo Adam Goldberg.
Pixelwoman, pues Goldberg es de esos actores que no consigo tragar. Lo encuentro incómodo.
Esperaba algo mas de esta serie, creo que por llevar la marca HBO uno se hace muchas espectativas, en fin creo que seguire viendo californication.
saludos.
Estoy totalmente de acuerdo contigo. Veo la serie por inercia, por la poetisa estrafalaria y su relación con el proxeneta negro. Aquí tengo una opinión más detallada:
http://www.ver-series-online.com/opinion-%C2%BFque-le-pasa-a-hung/
Comento algo tarde, pero más vale tarde que nunca, una muy buena dramedy que homenajee ayer en mi blog junto con Doll & EM, que también os la recomiendo ;) Aquí os dejo mi opinión:
http://seriesanatomy.blogspot.com.es/2014/07/esas-comedias-tristes-iii.html
Saludos!
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