Después de tres días sin ducharme, durmiendo al aire libre y sin un cepillo de dientes, no me quiero ni imaginar el asco que me daría a mí mismo. Después de siete, con la misma ropa, tras haberme bañado en el océano, salado de mar y sudor, con barro en los pantalones, las deportivas mojadas a todas horas y sin recordar qué era aquello que iba en un tubo y se llamaba Colgate, supongo que incluso me habría olvidado de mi propio hedor. También de las picaduras de mosquito y de los sarpullidos. De las manchas de la piel, que me empezarían a salir tras tantos días al sol. Y después de 39 días, con el frío de la lluvia al despertar, seguramente mi conciencia se habría divorciado de mi decadente cuerpo.
Pero una cosa es soportarte a ti mismo y la otra soportar a los demás. Puedo, en cierto modo, tolerar la ausencia de Axe en mis axilas y un aliento valiente, pero difícilmente podría mirar a mi compañero de aventura sin arrugar la nariz. Sin embargo, hay quien puede con esto y más, y que es capaz de oler más allá de las glándulas sudoríparas, y sencillamente admirar la belleza de la naturaleza humana en su esplendor. Rob y Amber lo lograron.
Ellos coincidieron en la octava edición de Survivor que tenía lugar en el archipiélago de las Perlas en Panamá, el que fue el primero All-Stars del programa. Ella era la guapa de su edición, que pasó sin pena ni gloria como concursante en Australia pero captó la atención de los hombres. Y él... es Rob Mariano. O Boston Rob. O Robfather. Atractivo, de sonrisa de anuncio, carácter amable a ratos, despreciable en otros y muy arrogante cuando quería sacar pecho. Es un tipo que te apuñala por la espalda y, cuando te giras y ves su sonrisa, le pides perdón por entrometerte en el camino de su cuchillo.
Él fue (y será) un villano, pero también fue (y es) uno de los mayores héroes que ha pasado por la televisión. De la misma forma que Jeff Schroeder fue en Big Brother un Superman contemporáneo, una especie de Jack Sheppard de verdad, Rob es el equivalente a Sawyer. Un cabrón de manual, a la vez que el hombre en el que sueñas por las noches, pues traicionó a sus amigos, fue el gallo de su corral y humilló a quien pretendía hacerle sombra, pero nunca dejó de tender su capa en el suelo para que su amada no se ensuciara el vestido. Vamos, el protagonista de los cuentos de hadas para adultos, cuando las versiones de Disney saben a poco y los personajes únicamente positivos dejan de ejercer el mismo poder de atracción.
Gracias a él (y también a Amber), su edición de Survivor fue única e irrepetible. De la misma forma que la telerrealidad es capaz de avivar en el espectador sentimientos como la impotencia o la euforia, también puede despertar de forma más veraz el espíritu más romántico (aunque es en Big Brother 11 donde más atrapado me he quedado por culpa de una historia de amor). Y obstáculos hubo entre ellos. ¿El primero? Ambos temían en secreto que el otro sencillamente los utilizara para llegar al millón de dólares de premio.
Si uno de ellos fue el ganador de la edición, ya no lo desvelaré. Pero, para los mitómanos del mundo catódico, sí que os digo que robaron la final del concurso con una pedida de mano en directo (el vídeo enlazado contiene spoilers) y que, desde entonces, se convirtieron en la pareja de moda de los Estados Unidos. Después de Survivor, se pasaron por The Amazing Race 7, donde Rob no hizo amago de sus artes oscuras, su boda fue retransmitida por la CBS y tuvieron su propio reality, Against the Odds, que dejaron para participar en el All-Stars de The Amazing Race.
Y mañana, por fin, se le podrá ver en Survivor: Heroes VS Villains, que se empezó a grabar pocas semanas después que Amber y él tuvieran una hija, Lucia Rose. Algunos podrían pensar que era poco sensible irse del hogar después que naciera su retoño, pero como le dijo su mujer, no serían quienes son (y lo que son) de no ser por el programa. Y nosotros, sin ellos, nos hubiéramos perdido uno de los capítulos más entrañables de la historia reciente americana.
5 comentarios:
Ja et vaig dir que Rob Mariano era la pollen. Un cabronàs que no pots deixar de sentir fascinació per ell.
L'Amber és un gran complement, però en Rob és el meu preferit de tots els temps.
Reconozco que si no hubiera sabido toda su historia, nunca me habría creído a esta pareja. Muchas veces parecía que Rob simplemente estaba jugando con Amber para conseguir y su voto y avanzar en el juego gracias a ella, pero mira, al final triunfó el amor.
Y, bueno, es cierto que Rob es un crack. Muy manipulador, con las ideas claras y dispuesto a todo con tal de llevarse el millón de dólares... pero cometió un par de errores muy parecidos a los que tuvo otro polémico concursante. No es de mis favoritos, pero le seguiré de cerca en el Heroes vs Villains. Tengo curiosidad por ver cómo se lo monta, porque estoy convencido de que será uno de los primeros objetivos.
Por cierto, habría molado que Amber fuese una de las heroínas de la nueva temporada por el morbo de verles competir uno frente a otro y tener al Robfather de vuelta. :)
Estoy a dos programas de terminar Micronesia, y tengo una indignacion encima que no puedo con ella...SPOILERS...como puede Eric ser tan sumamnete tonto de regalar el collar de inmunidad a ese grupo de arpías? Es que no mE entra en al cabeza...SPOILERS...después de esto, me da una rabia continuar con la edición...
Que ganas de ver Heroes vs Villanos!
Saludos!
Muy a pesar de esta excelente entrada yo me sigo preguntando si puede surgir el amor (verdadero= en situaciones tan extremas como las de Survivor.
En fin, tocará ponerme con Pearl Islands para comprobarlo.
Irene, Quanta raó tenies! Aquest tio és genial i he acabat gairebé tan enamorat com amb en Jeff. No tant, of course. La llàstima és que com que sé què van fer a tots els realities, em fa mandra posar-m'hi. Però encantat de coneixe'l i de poder-lo veure ara al Heroes VS Villains.
anade, el momento 'Robfather' demuestra que realmente le importa, por más que tú siempre seas un desconfiado y no creas en la bondad de las personas. También me parece bastante incomprensible que no seas más fan de Rob, porque su actuación en el concurso fue de las que a ti te gustan. Y eso de que cometió errores... no sé yo. Terminó con la chica y una familia perfecta.
Telespectador, el WTF de Eric fue de campeonato. Lo peor es que se veía venir que caería en la trampa de esas viudas negras cuando Cirie planteó el plan. Era muy buen chico... lástima que estaba rodeado de la gente equivocada. Y ahora te toca un tramo espectacular, porque incluso con solo esas cuatro mujeres el juego es increíble. El tribal council final también fue explosivo.
Eros, el amor surgió y se demuestra, más que nada, por el nacimiento de la hija el pasado verano. Debe demostrar que no fue solo una forma de ganar dinero y vender portadas. Esta edición en Pearl Islands (pero tanto, que es el All-Stars en Pearl Islands, no la edición normal de Pearl Islands) vale la pena. De las mejores. Sólo Micronesia la supera claramente.
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