Ser literal a veces también puede ser la solución. La CBS lo fue y lograron sostener su programación durante diez años a base de series de crímenes. Pero la TNT, de cable y demasiado indecisa, se negaba a ser solamente la cadena de Brenda Leigh Johnson, la reina del verano. En los últimos dos años, intentaron emparejarla con extraños compañeros de parrilla. Primero Raising the Bar no estuvo a la altura y después Men of Certain Age dejó indiferente a un público ávido de casos. Por suerte, alguien en la cadena vio la luz y decidió ser más práctico: si tienes una serie de asesinatos que es la envidia del cable, dales a tus espectadores más cuerpos.
Rizzoli & Isles es la encargada de explotar el tirón de The Closer y, a pesar de estar a años luz de su lead-in, tampoco estuvo tan mal como algunos la querrían pintar. A la agente de policía y su amiga forense se les vieron unos cuantos defectos, pero los ingredientes estaban allí: tuvimos muertos, un asesino en serie y el atisbo de una amistad que, a la espera de pasar del piloto, podría dar buenos momentos. Si la gente le dio una oportunidad a Bones, cuyo engranaje tardó un tiempo en funcionar al 100%, y a Castle se le perdona su tensión sexual de manual (y compañeros catres), no entiendo porqué habría quienes despreciarían a Rizzoli & Isles a las primeras de cambio. Infantiles esas dos lo son un buen rato y el caso de Rizzoli no estaba peor construido que los de Booth y Beckett.
Agujeros hubo unos cuantos. ¿De verdad es tan fácil fugarse de una prisión? ¿Por qué todas las mujeres policías acusadas por un psicópata dicen que no necesitan protección? ¿Y por qué sus compañeros creen que la necesita por ser mujer? Pero a todo esto, junto con la precipitada resolución del caso, también se podría resaltar la magnética presencia de Lorraine Bracco, la pija de Isles, que aún no sabemos qué química tendrá con Rizzoli, y una estética que, siendo genérica, se agradece. Claro que estoy pasando por alto la razón fundamental por la que la defiendo: si me entretiene, ya puede ser normalita, mala o peor, que prefiero no ahuyentar al público potencial. Las próximas semanas, sin presentaciones y sin un psicópata obsesionado con Angie Harmon, podremos comprobar hasta qué punto encuentra su propia identidad en un género tan trillado. Y veremos hasta qué punto el aplastante éxito de su estreno fue flor de un día: 7,6 millones de espectadores, con una retención con respecto a The Closer del 99% (y con una décima por arriba en los demográficos).
Memphis Beat, en cambio, no ha cumplido de la misma forma, aunque quizá su puesto en la programación también indica que la cadena no apostaba de una forma tan evidente con ella (colocarla después de Hawthorne, un semifracaso del año pasado, provocaba que no tuviera lead-in). Y como les ocurre a muchas series veraniegas (sobre todo a las de USA Network) intenta ser ligera y apta para todos los públicos y se queda sin ser mucho de nada en concreto (drama, comedia, buddy movie, de personajes, realista, costumbrista). Tampoco ayuda (y esto es completamente personal) que su protagonista sea Jason Lee, uno de los actores que más repele (ya desde Casi Famosos).
La diferenciación del producto a partir del emplazamiento en la ciudad del Rey y la siempre curiosa interpretación de la desesperada Alfre Woodard (¿buena o mala?) no sirven de excusa para justificar este producto que me ha parecido el remedio light de otra mejor. A ratos da la sensación que si el detective Hendricks pudiera, se pondría las botas y el sombrero de Raylan Givens y tomaría la justicia por su mano. Y cuando una serie es la versión light de otra superior... la tabla de salvación se les escapa automáticamente de la punta de los dedos.
6 comentarios:
Rizzoli & Isles me sorprendió porque justo la encontré pasable con potencial para ser bastante entretenida. Lorraine Bracco puede robar el show limpiamente como la mama Rizzoli. Como bien dices, a ver cómo sigue una vez que no haya más psicópatas obsesionados con las protas. Y, por cierto, Isles a veces parecía Brennan soltando datos y diagnosticando huesos rotos con sólo verlos.
MacGuffin, no es ninguna joya, pero me sorprendió gratamente. Diría que después de The Closer va a ser mi cita criminal semanal. Y Isles... sería un poco lo que surgiría de mezclar a Brennan con la doctora pija de Nurse Jackie. Y Rizzoli es... la protagonista de Women's Murder Club. En serio. Descarado.
A mí el tono de Memphis Beat me gusta, de momento sigo con ella.
Y Rizzoli & Isles, me parece bien hecha, pero no sorprende en nada, más de lo mismo, y Maura Isles me parece un remedo de Brennan en muchos aspectos.
Le daré una oportunidad a R&I, de entrada me pinta interesante, aunque seguro que no es para tirar cohetes... y después de leer tu entrada, tengo más números para pensarlo.
Memphis Beat a mí me pareció mala, pero el paso de los días lo ha aumentado y ahora creo que es horrible.
me has convencido de verla solo por mencionar el nombre de la grandísima Lorraine Bracco, se marcó uno de los mejores personajes de la televisión en Los Soprano y que esté en la serie hace que quiera verla, tal vez no caiga pero al menos la tomo en cuenta
Satrian, el parecido entre Isles y Brennan me parece un poco exagerado. De acuerdo, es una listilla de cuidado... Pero en ningún momento parece no apta para socialización. ¿Sorprendente? No. Pero efectiva lo fue un buen rato.
Vanessa, veo que estamos de acuerdo con Memphis Beat. No sé qué pretende ser aparte de mala. La lámpara de tetas del piloto, los maltratos a la viejecita, la tediosa historia de la radio de Memphis, el novio de la madre... ¿qué me importó? Menos que nada. Y su a ratos dureza estética al final casi parece sólo mal gusto.
Alejandro, Bracco aquí tiene un papel muy distinto, que lo sepas. Aquí es la madre tocapelotas de Rizzoli y le queda como anillo al dedo (¡qué envejecida se la ve!)
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