jueves, 3 de marzo de 2011

Los dos Matthews

Una serie de éxito procura, no solamente grandes cantidades de dinero y más fama que participar en un taquilla cinematográfico, sino una losa que como actor es difícil quitarse de encima. Conseguir que el público masivo cambie la imagen que tenga de ti, o sea capaz de darte una oportunidad en otro proyecto, a veces es complicado, que es lo que les pasó a los chicos de Friends. Mientras Jennifer Aniston había dado su paso al cine, con sus más y sus menos (y siempre dando las gracias a sus partenaires), los demás protagonistas no lo tuvieron tan fácil, pues no tenían la misma materia de estrella. David Schwimmer, por ejemplo, se refugió en el teatro; Lisa Kudrow, en la web (y me metería con ella si no hubiera conseguido que Meryl Streep participarse en Web Therapy); y Courteney Cox, tras su lavado de imagen en Dirt, regresó por todo lo alto la temporada pasada con Cougar Town, donde no es tanto Monica Geller como ella misma. Y ahora, tras varios proyectos fallidos por parte de uno y una sequía de proyectos por parte del otro, ha llegado la hora de Matthew Perry y Matt LeBlanc. De intentarlo, que no necesariamente de conseguirlo.


La estrategia de Perry siempre ha sido la de volver al terreno conocido y, en lugar de querer desmarcarse de Chandler Bing, el hombre se ha obsesionado con interpretar variaciones del mismo a lo largo de su carrera. Primero hizo su versión más seria en Studio 60, después intentó hacer la pasada de rosca en el canal Showtime con The End of Steve, que jamás llegó a estrenarse, y ahora es el turno de Mr Sunshine. Y si, según el propio Perry, le derribaron el proyecto en Showtime porque emulaba a una persona tan mala y odiosa como el propio Hitler (excusa que cuesta creer en una cadena habitada por camellos, psicópatas y drogadictas), en Mr Sunshine intenta reciclar la idea dándonos, como resultado final, a Chandler.


Creada y producida por él mismo, la sitcom viene a ser un ejercicio de onanismo puro y duro con el que el actor se pueda lucir y, además, satisfacer su ego. Un poco lo que hizo Tina Fey, haciendo una serie sobre si misma, pero sin ser Tina Fey. Con un protagonista llamado Ben Donovan, que intenta ser la Liz Lemon de un palacio de deportes pero con todas las muecas de Perry (que son las que impiden que cambie de personaje) y ninguna de las miradas al espectador de Fey (un arte el suyo). Y con un personal en el trabajo, encabezado por una Allison Janney que sí podría medirse con Alec Baldwin, que no es el de la NBC (con todas las bromas metatelevisivas que permiten). Para ver una serie que intenta ser 30 Rock pero sin la absurda agudeza de Fey y los guiños a la cultura norteamericana (y al paródico funcionamiento de una cadena de televisión), mejor quedarse con el original.


El que sí ha dado un vuelco a su imagen ha sido otro de los clientes habituales del Central Perk. Matt LeBlanc, tras años de ostracismo sin propuestas interesantes, ha regresado a la televisión con un proyecto totalmente irónico y autoparódico. Episodes, del canal de pago Showtime, expone lo voraz de la industria de Hollywood con la llegada de dos guionistas británicos que, engañados por el productor, creen tener la oportunidad de adaptar con total libertad su éxito inglés para la televisión norteamericana. Pero cuando les imponen al mismo LeBlanc las supuestas vacaciones yanquis de la pareja se convierten en una pesadilla.


Lo mejor del asunto es, por supuesto, el juego que se lleva LeBlanc, que interpreta la versión de si mismo que intuye la gente a partir de su papel en Friends. Pero más allá del discurso metatelevisivo, Episodes se ha erigido en una extraña comedia para algunos incomprendida y para otros simplemente mala. El problema que le encuentro, sin embargo, es su curioso caso de transferencia emocional. Se supone que debería ser una comedia pero los protagonistas me contagian su indignación e irritabilidad, haciendo que me sea imposible divertirme y en cambio solamente me irrito. A ver si algún día me veo capaz de pasar del segundo episodio y quizá darme cuenta de que estaba ante una obra maestra.

11 comentarios:

Unknown dijo...

Malísima la comparación, ya que Ted Danson, entre Cheers y Damages, fue el genial doctor Becker durante unos cuantos años.

Crítico en Serie dijo...

Juanma, como era un patinazo de dimensiones catastróficas, he retocado todo el inicio de texto. Como ves, ya no hay mención a Danson, así que gracias ;)

Julio C. Piñeiro dijo...

Yo ya lo he visto corregido, así que no entraré al trapo de Ted Danson.

Sobre Mr. Sunshine, el piloto me dejó bastante frío, tendré que ver un par de episodios más para saber si sigo con ella.

Sobre Episodes, va de más a menos, y quizás su 1º temporada es demasiado corta, ya que la season finale remonta el rumbo. Poco a poca, el juego metatelevisivo va dejando paso a la screwball comedy de toda la vida, con el espíritu Showtime pero con la cautela de envoltorio sofisticado de la BBC. Quién diría que una cadena y otra, como la noche y el día (sin menospreciar a ninguna ni entrar en agravias comparativos, aunque sé que odias a muerte a la primera), acabarían trabajando codo con codo. Le seguiré la pista en la 2º temporada.

Un telespectador más dijo...

Yo creo que Mr Sunshine tiene potencial pero debe aprovechar a los personajes histriónicos y dejar a un aldo al negro y a la rubia, porque no aportan nada al asunto, y mucho menos comedia.
Para mi lo mejor hasta la fecha, la doble cita con la secretaria y su hermana, que fue bastante divertida, y el momento ventilador del último episodio.
Eso si, aun le queda mucho por mejorar, que hasta ahora es muy mediocre.

En cuanto a Episodes, ha ido mejorando con el paso de los capítulos, a mi los dos primeros me dejaron muy frio, pero después me ha convencido para seguir ahi una temporada más. Incluso me ha dejado con ganas de más el final con el que se ha despedida, que sin ser cliffhanger, promete.

Saludos!

Eloi dijo...

A mi el primer capítulo de EPISODES me gustó muchísimo. La encontré muy inteligente. Ya tengo el 2 preparado.

Hopewell dijo...

Sunshine me parece normalita hasta el momento, una de esas cosas que puedes ver y te entretiene pero sin maravillarte y que si no lo ves tampoco pasa nada.
Episodes... Me falta ver el 7, pero tengo q decir que me deja una sensación siempre de no saber muy bien como comportados con ella. Porque estrictamente no es una comedia, aunque tenga gags, pero tampoco es un drama, aunque a veces lo parezca. El tono me deja demasiado frío, y sigo sin estar seguro de si me gusta o no. Y eso no suele ser buena señal después de seis capítulos...

Labekoa dijo...

Se me borro el comentario asi que resumo Mr. Sunshine mediocre Episodes muy bien. Merc Lapidus brutal, me follaria esta serie.

Crítico en Serie dijo...

Como a Labekoa, escribo una gran parrafada para cada comentario... y por magias del intenné desaparecen sin dejar rastro. Pues nada, que terminaré Episodes para ver si veo lo mismo que sus defensores y Mr Sunshine, en cambio, para mí ya está muerta y enterrada. Demasiado triste que Perry intente ser Fey. No.

Julio C. Piñeiro dijo...

Mi perspectiva sobre Mr. Sunshine está más orientada después de haber visto un par de capítulos más. Va teniendo ya algo de gracia, aunque la llevan sobre todo los secundarios y los eventuales. La secretaria pirómana es lo mejor.

Copiad el comentario en el bloc de notas antes de darle a publicar, por si acaso. Me pasó tantas veces que ya lo he tomado como norma.

Drake dijo...

Yo aun sigo viendo Friends y prefiero recordarlos como Joey & Chandler porque finalizado el sitcom, han tenido poco o nada de exitos, nada diria yo.

OsKar108 dijo...

Con Mr. Sunshine no me decido del todo; me parece que están bastante desaprovechadas algunas cosas, pero también me río un poco, así que aún no me decanto por abandonarla y veré algún capitulo más.
Y con Episodes, que no está mal del todo, no creo que vuelva la próxima temporada, pues me ha dejado demasiado frío, y aunque la historia no está mal del todo (un poco demasiado previsible, eso sí), no seguiré la temporada que viene.

¡Saludos!