Acabados

Cuando la gente se acuerda de Loco por Ti piensa en Helen Hunt, esa actriz que logró alzarse con el Oscar a la mejor actriz mientras aún actuaba en televisión. Recordemos que eran esos tiempos en los que la TV era ese medio menor, aunque ahora tampoco viene a cuento. Lo que quiero es recordar la otra media naranja de esa pareja, ese tipo llamado Paul Reiser que además de interpretar al marido de Hunt en la ficción también era el creador de la serie. Pues el hombre, tras años de ostracismo de la vida pública, regresó hace nada a la NBC con The Paul Reiser Show y, aquí va la advertencia, no hace falta que os volváis a aprender su nombre. Dos episodios y fuera.

Lo triste del asunto es que, como su nombre indica, la serie pretendía ser su renacer artístico a partir de la parodia, una especie de Curb Your Enthusiasm como si Paul fuera Larry David. ¿El mayor inconveniente? Que para empezar el hombre cae mal. Era pesado en Loco por ti y lo sigue siendo ahora que intenta ir de divo televisivo que está de vuelta de todo. Él mismo lo dice en la entrada del piloto: “De alguna forma he conseguido todo lo que quería en la vida. ¿El único problema? Aún no estoy muerto. Así que... ¿qué hago ahora?”. Pero, a menos que seas un genio, convertir tu crisis de la mediana edad en serie de televisión quizá no sea una buena idea. Sobre todo si tu vida no nos importa y tu sentido del humor resulta forzado. Ni tan siquiera nombrar a Larry David en el piloto, mencionando que le tienes envidia, es suficientemente meta cuando da la impresión que has buscado a una mujer parecida a Cheryl Hines (pero guapa) para interpretar a tu esposa. Es solamente... patético.

Otro que tiene la intención de gustarnos sí o sí aunque también suscite más odio que aprecio es Christian Slater. Nadie quiso verlo en My Own Worst Enemy, tampoco despertó demasiado interés en ese bodrio bruckheimeriano de Sin Identidad y, aún me pregunto cómo, ahora quiere ganarse nuestra complicidad con Breaking In. Lo más improbable, aparte de que pase a caer bien, es que el propio concepto de la serie se aguante por si solo. Breaking In es una comedia de veinte minutos sobre una empresa de contraseguridad que roba a los clientes para demostrarles cómo cualquiera puede hacerlo. Y no lo veo. Da la impresión que con una capa más de argumento podría extenderse a los cuarenta minutos en un formato más parecido al rollo de Chuck. Pero como comedia de veinte minutos no lo veo y menos aún cuando Slater, que intenta ir de vuelta de todo, es el paradigma de la grima. Él, sin quererlo, sí que es una patética parodia de si mismo. Y pensar que tenía que llegar a alguna parte...

Esta serie, sin embargo, puede que llegue a su segunda temporada solamente porque tiene la franja post-Idol que da por defecto una audiencia no-paupérrima, aunque tampoco sería de extrañar que la cancelaran, pues los resultados también dejan bastante que desear. Otra con menos suerte será Traffic Light, que ha sido aún más ignorada que la lamentable Running Wilde, que tenía que ser la hostia en vinagre. A la FOX parece que no le sale bien la jugada de buscar comedias de carne y hueso que huyan de los cánones del género y Raising Hope, que tendrá segunda temporada, quizá fue renovada con demasiada antelación ya que ahora está cosechando unas cifras terribles.

Vamos, que ya os podéis apuntar Traffic Light, The Paul Reiser Show y (si confiáis en el poder de Slater) también Breaking In en vuestra lista de series que ni tan siquiera hace falta empezar a ver. Ah, y no os dejéis Perfect Couples, que aunque tuviera algún opening gracioso (sí) la NBC también la ha mandado ya al cementerio.