viernes, 10 de junio de 2011

Eric y Vince

Esta entrada sigue mi romance con Entourage. Si ya colgué un artículo sobre la primera temporada, aquí toca hablar de la segunda. Eso sí, los próximos textos serán menos sobre 'temporadas' y más sobre lo que me apetezca.


La cena entre Vincent Chase y su mano derecha Eric puso las cartas sobre la mesa al final de la primera temporada de Entourage. Es una comedia, sí, pero esto no significa que esté estancada en un esquema cómico que sirva para y también lo excuse todo. Como serie orgánica que es, la narración fluye y las relaciones humanas también evolucionan. Por eso cuando Vince se ventiló a Eric al proponerle ser su manager de forma oficial y éste le mandó a la mierda, el golpe dramático funcionó a las mil maravillas.


Era una situación inevitable y por otra parte parecía improbable que ocurriera, por la mentalidad que a veces tengo de que no todas las series de ficción se atreven a avanzar como es debido y llevar sus tramas hasta las últimas consecuencias. Y esto es lo que más me gusta de Entourage. Por una parte tiene una vertiente que juega sobre seguro, sobre la base de que Turtle y Johnny Drama, los miembros más aprovechados del séquito de Vincent, le seguirán y se beneficiarán de su amistad tanto como puedan; y por otra muestra una amistad que, como toda relación, necesita ser cultivada y que consigue preocupar porque es llevada con el máximo realismo posible. La advertencia que le soltó Vince antes de que Eric subiera al avión (“E, no puedo despedir a mi mejor amigo, pero sí a mi manager”) era también un aviso para el espectador. En Entourage no existen unos personajes inmóviles que pasan por situaciones graciosas sin que les dejen huella, hay lo más parecido a personas. Por eso también es una comedia de la HBO y no una sitcom de la NBC.


Esta relación de dependencia (como tan bien le definió su ex al propio Eric) también permite crear un punto de tensión más allá de los números con que abra cada película de Vincent Chase. Saber cuando tratar como amigo a Vincent y cuando como a cliente (que comporta mandarle directrices que quizá no le gustan) es justamente el trasfondo de la segunda temporada, donde también hay el problema de que la estrella, acostumbrada a hacer lo que le da la gana y elegir el camino más cómodo, no sabe entender el nuevo papel de Eric en su vida (que es el mismo pero con unos porcentajes que comportan unas obligaciones). Y el romance de Vincent con Mandy Moore, su talón de Aquiles (que por fin dio algo de profundidad al personaje más plano de la serie), pone en jaque las bases de esta fluctuante relación.


De forma pública preocupa a Eric porque puede hacer peligrar el mayor proyecto de la carrera de su amigo (Acquaman, esa gran película que todos hemos querido ver en la gran pantalla), pero también demuestra hasta qué punto el vínculo es un acuerdo entre las partes (inundado de afecto) y no un hecho consumado. El problema no es que Eric fracase como manager o no. La cuestión es que si Vincent ignora sus consejos y requerimientos y solamente le quiere para pasarlo bien, ¿hasta qué punto es distinto de los gorreros de Turtle y Drama?


Por suerte diría que Eric es muy distinto de estos dos, ni que sea porque se hace las preguntas y no mira hacia otro lado como los dos parásitos. Y su perenne búsqueda y lucha por una integridad individual que pueda compaginar con su condición de dependiente de Vincent también confirma su condición de protagonista, alimentando con su lucha interna el corazón de Entourage, que late con mucha fuerza cuando hay pocas series con un contenido más superficial y frívolo que ésta.

2 comentarios:

SR. WATANABE dijo...

Viendo Entourage te sientes un poco como estar en la nube en por la que se mueven los protagonistas. La tercera (mi favorita) es donde la serie, en mi opinión, toco techo. Es la explosión de Ari como personaje imprescindible e inigualable.

Crítico en Serie dijo...

Watanabe, qué mal me sabe no responder al comentario que siempre me gusta contestar a las primeras impresiones que me cuelgan en los posts. Será porque he visto las siete primeras temporadas del tirón que sería incapaz de decir cuál de ellas es mejor. Todas tienen lo suyo. Como todos los personajes crecen y maduran, cuesta poner una por encima de la otra. También es verdad que Ari pasa a tener un rol más importante, con un Lloyd como el secundario divertido y robaescenas y más historia aparte de su relación contractual con Vince.