Admiro el esquema de la mayoría de realities de talentos del cable americano como Project Runway, Top Chef y Work of Art. Ya lo había dicho antes y seguramente lo repetiré otro centenar de veces, hasta que aquí veamos alguna versión decente que se centre en el talento y no solamente en las galas y cotilleos de corrillo. Sin embargo, la fórmula que creía infalible ha encontrado la excepción a su propia regla: Platinum Hit, la competición de compositores de Kara DioGuardi (que ahora está actuando en el musical Chicago de Broadway).
El esquema, como he dicho, es el mismo que muchos otros programas de éxito. La única diferencia entre unos y otros es que hay que comprender las necesidades de tu contenido y en Platinum Hit el espectador se queda a medias. En lugar de poder escuchar cada semana las creaciones de sus concursantes, nos quedamos solamente con los estribillos de muchos de ellos. Después el programa elige los tres que más le complacen y en grupos deben crear la canción entera. Es demasiado poco. Una cosa es proponer una semana una prueba grupal para buscar la confrontación entre artistas, que tan bien le funciona a Project Runway, y la otra es imponer esta estructura a cada episodio. Esto ha provocado, por ejemplo, que hayamos despedido a varios concursantes sin haber oído una sola composición suya.
Es obvio que si participas en un proyecto donde la idea proviene de tu compañero, que además es jefe de equipo, difícilmente podrás dejar tu huella y encima el criterio de los jueces es bastante incoherente. Los obligan a crear en equipos y después no expulsan al responsable de la canción sino que echan al pobre de turno al que ni dejaron participar (bueno, también hay excepciones que se lo merecen por falta de talento). Esto me sorprendió especialmente la semana anterior y también ésta, donde las explicaciones brillaron por su ausencia (me gustaría haber oído algo original de la persona expulsada). El programa debe ser tan consciente de lo injusto que es echar a alguien por una creación que no es suya que por eso ni presenciamos las deliberaciones del jurado (la mejor parte de Project Runway junto con la pasarela). Eliminar a alguien porque escribió una línea nefasta no es razón suficiente y debe ser frustrante marcharse de un programa sin haber enseñado una sola canción propia.
No sé cuál sería la solución. Posiblemente alargar los episodios a una hora, ver más declaraciones sobre porqué eligen esas letras y las modificaciones que hacen, hacer énfasis en las actuaciones más brillantes y mediocres, y poder presenciar las argumentaciones de los jueces. Lástima que esto no ocurre y nos tenemos que conformar con una competición un tanto arbitraria donde además se nota demasiado la mano de los productores y poca la de los artistas invitados a la hora de eliminar.
De momento, que conste, hemos tenido apuntes interesantes. Ha sido curioso, por ejemplo, comprobar como Nick es un gran bluff, cantando siempre la misma canción y cómo adoran a Sonyae, que compone sin saber tocar un instrumento; ver la fascinación que sienten por Johnny, que sabe amoldarse a varios géneros (coincido que en el rap era la repera) y tiene letras muy conseguidas (la del road trip estaba bien pensada); enamorarme de Jes Hudak, que sorprendió con la preciosa Free (Natasha Bedingfield hasta la quería para ella misma) y decepcionó con It’s You (sonó mucho mejor el prometedor primer hook que el resultado final); y no saber qué esperar de Brian. Este chico que se sacó de la manga un genial estribillo dance (que sus compañeros se cargaron) es un tipo bastante peculiar que siempre tiene propuestas interesantes que querría ver elaboradas más a menudo. Lo que ocurre con Platinum Hit, que te quedas a medias pudiendo tenerlo todo, que por algo sirve la red. Si no puedes emitir todas las actuaciones enteras, pues las cuelgas en la red.
2 comentarios:
Lo de Sonyae me flipa. Vale que la chica ha demostrado que tiene algo de talento pero ¿ser compositor sin saber tocar un instrumento? Es como de risa.
Y estoy totalmente de acuerdo con el tema del jurado. Desde el principio dije que echaba de menos la deliberación del jurado para al menos entender mejor porqué toman ciertas decisiones... Pero gente me contestó que es les aburre.. y yo no lo puedo comprender.
Pero, con todo, me entretiene y reconozco que ya me he enganchado a los protagonistas y que de vez en cuando hay canciones sorprendentemente buenas
La deliberación es imprescindible. El problema es que no creo que tengan muchos motivos por echar a depende de quién. Por ejemplo, los dos últimos fue del estilo "habíais hecho muy poco", cuando tampoco depende de ellos (si los artistas no aceptan sus sugerencias, es su problema) y la idea era de otro (y era eso lo que fallaba). Tienen que limar las asperezas, está claro.
La lástima, Adri, és que no deberá haber segunda temporada. No está teniendo éxito. Si producen una segunda ronda... será para quedar bien de cara a la galería. Ya lo hicieron con Work of Art, que tampoco despertó pasiones (aunque amé esa edición). ¡Échale un vistazo!
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