domingo, 24 de julio de 2011

Las Kardashian

Kim Kardashian es, con perdón de Paris, uno de los iconos más vacíos de todos los Estados Unidos. Podríamos decir que ella es famosa por ser la hija del abogado defensor de O.J.Simpson; que lo es por ser la hijastra de Bruce Jenner, un olímpico muy mediático que ganó el oro en decatlón a los soviéticos; por ser una celebutante profesional; pero, si somos realistas, podríamos decir que Kim es famosa porque alguien le filtró un vídeo porno casero y ella después se forró a su costa en los juzgados. Lo que vino a partir de aquí fue un reinado absolutista del mundo de los realities acompañada de (y gracias a) su familia.


Kim, sus hermanos Khloé, Kourtney y Rob, su madre Kris y Bruce son los más preciados valores del canal E!. Se ganaron a la audiencia con Keeping up with the Kardashians y el interés hacia estas hermanas permitió que se estrenaran spin-offs entre temporadas. Como ellas supuestamente son empresarias y tienen tiendas en Los Angeles, primero desembarcaron en Florida con Khloé and Kourtney take Miami para abrir una tienda, después lo hicieron en la gran manzana con Kim and Kourtney take New York y hasta dedicaron otro a Khloé y su marido, Khloé & Lamar, donde ella demostró que su matrimonio con una de las mayores estrellas de los Lakers, Lamar Odom, no era una broma y que están hechos el uno para el otro (¡compro!).


Lo mejor es que, por tonto que sea, todo reality con alguna o varias Kardashian es adictivo porque ellas son especímenes que saben muy bien como rellenar los veintipocos minutos que dura cada episodio. Ellas tienen personalidades muy marcadas y dudo que no sean como muestran en los episodios (al fin y al cabo muestran aristas aunque no quieran) y saben que hay que crear contenido para entretener (algo que Paris no entendió en su último proyecto). Además de los problemas que puedan tener ellas entre ellas, tienen planes B por si acaso: contratan un mono para su madre que tiene el síndrome del nido vacío, planean un lifting a Bruce (ya que él mismo reconoce que cuando tenía treinta años le convirtieron en el peor operado después de Michael Jackson), una cita a ciegas a Rob... Así nunca hay un episodio sin contenido.


Ayuda, por supuesto, que todas ellas tengan unas personalidades marcadas y muy bitchy y que su relación fraternal sea tan creíble. Kim es la niña mona que dedica su vida a las apariciones y sesiones de fotos, donde siempre consigue que pienses en el sexo con sólo mirarla (“¡Me consideran una de las mujeres más sexies!”); Khloé es la enorme y menos mona hermana que tiene bastantes complejos y más carácter que ninguna de las otras (“¡Y también eres la segunda en la lista de celebrities más estúpidas!”); y Kourtney sencillamente es una víbora, una serpiente de sangre fría como la describen sus hermanas (“Kim, a veces da asco ser hermana tuya”). Pero aquí no acaba el carrousel de personalides: Rob es el hermano vividor que no entiende que para ganar pasta se debe trabajar (y que además es como Kourtney, o sea, que no tiene gracia), Kendall y Kylie son las hermanastras pequeñas, la única inocencia (¡jah!) que queda en la casa; Bruce es un personaje que da bastante grima físicamente pero que aguanta un torrente de hormonas cada día (el straight guy que necesita toda ficción); y Kris... es una matriarca que se dedica día sí y día también a manipular a sus hijas. Desde “Kim, no pasa nada porque enseñes tus pechos en la revista Playboy. Debes hacerlo” a “Khloé, quizá deberías dejar de comer galletas que estropeas nuestra imagen de marca”. Vamos, una zorra de las de toda la vida.


Entre ellas y su estilo de vida, que se basa casi exclusivamente en la imagen (me gustaría saber cuanto les reportan las tiendas de ropa, que cuando hacen ver que trabajan no hay ni Dios comprando), el choque de personalidades que es muy creíble y lo sembradas que son, especialmente Khloé (Kim no, que las listas no engañan) y la matriarca que vende a sus hijas por packs, Keeping up with the Kardashians es un muy divertido reality, donde hay mucha veracidad entre tanto artificio, algo que demuestra muy bien Kourtney. Su novio le da mucho juego con su extraña personalidad y siempre se sacan de la manga tramas donde posiblemente le ha hecho los cuernos, pero al final del día se los acaba haciendo, cortan, se encuentran una noche, se queda preñada y después tiene que vigilarse las espaldas porque la bebida lo convierte borracho y no la deja en paz. Puede empezar siendo un artificio, pero a fin de cuentas también acaba siendo su vida,lo que lo convierte en realidad. ¡Voilà!

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