Los planes de 'A'

Si los creadores televisivos nos avanzan sus planes, nos quejamos porque quitan interés al asunto. Si no lo hacen y dejan que nuestras expectativas vuelen libremente, otros critican que engañan al espectador. Después de la controversia provocada por The Killing, donde dieron a entender una cosa durante el periodo promocional y luego llevaron a cabo otra, puede parecer que el público es imposible de satisfacer y contradictorio. Sí y no. Se lo tiene que ignorar la mayoría de las veces y hacer creer que tiene el control algunas otras. La cuestión es que si juegas bien tus cartas, no tienes porqué tener remordimientos a continuación y la creadora de Pretty Little Liars está muy segura de sí misma en este aspecto.

Marlene King, la encargada de adaptar las novelas de Sara Shepard, afirmó hace poco que la identidad de ‘A’, el gran misterio de la serie, no será desvelado hasta el final de la serie. Y se quedó tan ancha. Lo mejor es que, además, concretó acerca del asunto: no solamente no resolverá la incógnita hasta el final, sino que se pasará por el forro la opción más dinámica y, en lugar de quitar la máscara a la acosadora para crear otra versión de la misma (como ocurría en la saga), solamente optará por una ‘A’. Si hablamos en términos de verosimilitud, no está mal la decisión. Al fin y al cabo, ¿cuántas personas puede haber con tantos conocimientos de tecnología, piratería, robos, atropellos y camuflaje sin tener un expediente abierto en el FBI?

El deber del espectador es preguntar y pedir y el de los responsables es esquivar, dejar algún anzuelo y seguir con sus planes. Pero King ha decidido dejar claros sus planes y enfrentarse a la frustración del espectador, que quizá se hartará de esperar (sobre todo tras la aclaración que, si la serie funciona, esto se alargará hasta los 100 episodios). Ella argumenta que los misterios solamente son un 30% del episodio y el resto son las dificultades personales de las protagonistas, que opina que son esenciales e interesantísimas. ¡Mentira! Lo que engancha, por más que se engañe, es saber quién asesinó a Alison (que yo creía que estaba resuelto y no) y la identidad de ‘A’. Por favor, que cada episodio termina con un cliffhanger respecto a estas cuestiones, todos los problemas de las chicas acaban influenciados por ‘A’ y encima los capítulos terminan con imágenes del acosador. ‘A’, por más que nos lo quiera colar, no es un macguffin. ‘A’ es la serie.

Aún no he podido olvidar, por ejemplo, que ‘A’ guarda ratas con el nombre de Arya, Emily y Hannah (porque la de Spencer ya la ha machacado). Tampoco que ‘A’ observa imágenes a tiempo real (imágenes grabadas con una cámara en movimiento, por eso presumo que tiene algún compinche) y que está por todas partes (y es un/a maestra de los micros y de escribir mensajes a la velocidad de la luz). ‘A’ es la fantasía de Orwell. Bueno, y me fascina que alguien que está en su guarida coma palomitas con guantes (señora King, entendemos que no quiera mostrar las manos porque entonces sabremos si es hombre o mujer, pero tampoco es cuestión de pasarse).

Tanto esto como que...

a) Emily tenga las escenas dramáticas más potentes cuando la guapérrima Shay Mitchell aún no sabe lo que significa actuar...

b) Spencer tenga una familia tan calurosa como un saludo nazi…

c) Toby siga por ahí y encima nos lo cuelen de tío bueno…

d) la ciega de de Jenna intente ver la luz con las gafas de sol puestas...

...permiten que las Pretty Little Liars sean el McMenú ideal del verano: innecesarias, perjudiciales y hechas con los ingredientes más baratos del mercado. Pero no engañan a nadie, oye.