Esta entrada comenta el final de Entourage, así que ándate por aquí a sabiendas que habrá spoilers.
Los finales de serie son polémicos por defecto. Son la guinda de un pastel que suele durar años y la lealtad de los espectadores también se paga con exigencia. También la crítica no sabe qué hacer muy a menudo con estos desenlaces. Si se alaba el final aunque no esté a la altura, parece que no se tenga sentido crítico. Si le se le recrimina sus defectos, da la impresión que se meta con todo el producto en cuestión. Claro que Entourage no es Perdidos, ni es Battlestar Galactica. No necesitaba un cierre que le diera legitimidad, solamente un punto y seguido en las vidas de Eric, Vince, Turtle, Drama y Ari.
El ciclo que seguía Entourage siempre fue muy claro: contar el avance personal y la carrera de una estrella de Hollywood que siempre iba acompañado de sus amigos de toda la vida (en realidad el protagonista siempre ha sido Eric, el mejor amigo). También tenía como principio ser divertida y no huir de los momentos dramáticos cuando debía haberlos. También tenía que alternar una óptica un tanto cruda con unas licencias necesarias para que esto no fuera un drama y pudiera respirar de fiesta en fiesta (pocos actores tienen una carrera tan estelar con tan pocos proyectos a cuestas). Por esto, hasta cierto punto, se podría decir que Entourage ha sido consecuente con ella misma, por más que su final se haya pasado con el exceso de azúcar.
Para empezar, todos sabíamos que los personajes acabarían felices y comerían perdices. Que Ari y Melissa (sí, Misses Gold tenía un nombre) no se divorciarían y que Eric y Sloan criarían el bebé juntos. Al fin y al cabo crearon estos dos conflictos para que la última temporada tuviera un clímax emotivo (y nunca he sido partidario de esta deriva en el caso de Eric y Sloan, que ya estaban consolidados y se lo cargaron gratuitamente para tener fuegos de artificio). Ah, y Drama y Turtle debían acabar solteros (y en el caso de este último con una cuenta bancaria autosuficiente), de la misma forma que Vince necesitaba algo de estabilidad e incluso Lloyd merecía la última bendición de Ari (“eres como el hijo gay que nunca quise tener”).
La cuestión y la controversia, sin embargo, llegan a partir de las formas y el atropello de la situación: todas estas metas se cumplen en el último episodio. Vince decide casarse tras una cita (con una chica que está por encima de sus posibilidades intelectuales), Ari contrata acompañamiento musical para reconciliarse y encima se juntan todos en el aeropuerto (un escenario lógico) donde Sloan espera a Eric al lado de la puerta de un jet privado con un vestido rojo que ondea al viento (y todos les miran y Melissa está más feliz que unas Pascuas). ¿En serio? Tuvieron ocho episodios para encarrilar todo este carrusel de gozo y catarsis vital y en 15 minutos lo solventan con todos los tópicos de un refrito romántico chungo del estilo Love Actually o Historias de San Valentín. Por el amor de Dios. Suerte del comentario anticlimático de Drama y de la finalísima escena de Ari, que sino casi lloro borbotones de almíbar.
Pero, queramos o no, Entourage también era así. Era el recorrido que uno le imaginaba a Vincent Chase y, si tocaba una película (o dos) de superhéroes y un viaje por el mundo de la droga, también le tocaba una boda exprés y le tocaba montar esa paradita a Eric, pues la filosofía de todo nuevo rico es “cuando más ostentoso y cursi, mejor”. Todos ellos están contaminados por los recursos más básicos de la industria en la que están y por eso el “final made in Hollywood” tampoco está fuera de lugar. Ellos son Hollywood y el camino hacia un tópico tras otro quizá era inevitable.
P.D.Podcastero: Lo más seguro es que la semana que viene caiga un balance final de Entourage en Yo Disparé a J.R., pero esta semana el menú es otro. De primero tenemos una previa de los Emmy, después seguimos con una valoración del piloto de New Girl con Montse Cebrián de bytheway.tv de invitada estrella y para terminar MacGuffin y yo (nos) discutimos por el final de Torchwood. Aquí tenéis la guía y el podcast:
- 0’: La previa de los Emmy.
- 21’: New Girl y el factor Deschanel.
- 46’: Torchwood: Miracle Day. La opinión final.
1 comentario:
La mayoría del capítulo lo vi con lágrimas en los ojos. Es como perder a cinco grandes amigos. Igual genial como rompieron la relación de Eric y Slone por toda la temporada para que al final... quedé todo igual que antes (más un bebe claro)
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