Los canales de televisión americanos tienen la costumbre de renovar cada año alguna de sus series nuevas y, en el caso que ninguna haya tenido éxito, se suele optar por un mal menor. La cuestión, al final del día, es mantener las apariencias y poder guardar la compostura ante una competencia a la que seguramente le habrán salido mejor las cosas.
El caso de la ABC, por ejemplo, cada vez es más claro. En los últimos años han tenido suerte en el terreno de la comedia, descubriendo esa mina de oro llamada Modern Family hace tres temporadas y con otros éxitos este año con Suburgatory y The Last Man Standing, pero en la vertiente dramática no saben cómo aguantar el tipo. Antaño sus series veteranas disimularon la sequía a la hora de lanzar proyectos, pero ahora ya no hay mole que oculte el desastre con Perdidos despedida, Mujeres Desesperadas en las últimas y Anatomía de Grey con unas cifras muy justitas. De aquí que el remake de V renovara in extremis en su momento (para cancelarse sin margen de esperanza la siguiente primavera) y que ahora Body of Proof ocupe el lugar de “serie a la que han perdonado la vida”.
Tan catastrófica era la situación del año pasado, cuando todo explotó al estrenarse (¿acaso os suenan My Generation o The Whole Truth?), que la ABC prefirió no estrenarla en viernes (la noche maldita) y se gastó 50 millones de dólares en la promoción para asegurarse el tiro en una franja mejor. Esto no quita que sus cifras tuvieron bastantes “peros”. En resumen: sabía aprovechar muy bien el tirón de la gala de resultados de Dancing With The Stars con doce millones de espectadores, pero los demográficos eran demasiado viejos (algo previsible teniendo en cuenta su lead-in, que era policíaca y que su protagonista, Dana Delaney, supera los cincuenta años). En su segunda temporada, sin embargo, está sufriendo (menos de diez millones, menos de un dos en los demográficos) y ya empieza a comentarse que su futuro podría parecerse más al de V que al de Castle.
Con esta última serie, que conste, guarda otros parecidos. No solamente comparten temática y la franja adulta (las 22h), sino que también representan el nuevo filón dramático que el canal quería abrir: series procedimentales más humanas que las de la CBS y que también pudieran generar jugosos beneficios al sindicarse (el modelo de negocio de la cadena del ojo). Vamos, que querían copiar el estilo de Bones pero no les salió bien la jugada. Castle, para empezar, se pasó de largo con su intención de plagiar la tensión sexual no resuelta y Body of Proof ha sido incapaz de trasladar un sentido del humor parecido a la hora de tratar las relaciones laborales y los casos son muy pobres.
Los cold openings, por ejemplo, siguen dando vergüenza ajena, por innecesarios y baratos, y todo lo demás es infantil o excesivamente edulcorado cuando se toca la relación maternofilial. Supongo que regresaré a ella cuando Jamie Bamber aparezca por allí, que Apollo era mucha toalla, pero ya se comenta que podría ser la última temporada de la serie en la programación. Y sería del todo merecido que desapareciera para no saber nunca jamás nada más de ella, que ahora la ABC ya tiene algún éxito en su nueva cosecha (Once Upon a Time, Revenge) que, por lo menos, sí atraen el público que interesa a los anunciantes.
4 comentarios:
Yo vi los primeros, y me esforcé por encontrarle algo bueno, que Dana Delany me gusta. Pero es que los casos eran malos, los personajes planos y la trama con la hija tópica. No aguanté.
Yo he visto algunos capítulos de Body of Proof y no me disgustaron, quizás tuve suerte y me tocaron buenos capítulos o simplemente vi demasiados pocos como para hastiarme, como sea lo volvería a ver si tuviera más tiempo disponible.
Yo esperaba que me contaras también algo de Pan Am.
Diego, es muy mala serie. En todos los aspectos. Una lástima que Dana esté aquí.
Camelot, tampoco es nociva para la salud, no ocurre nada por verla ;)
Watanabe, tú errres muy malo ;)
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