domingo, 25 de diciembre de 2011

Los 'highlights' realiteros del 2011: las polémicas

Como los realities se supone que se basan en hechos reales, sus polémicas suelen generar una cantidad ingente de titulares. Pero, lo que es más morboso, aún mejores episodios para aquellos que disfrutan con las (planificadas) desgracias ajenas. Aquí lo más sonado que nos ha traído este año o por lo menos tres anécdotas que me han fascinado (para muy, muy mal, por supuesto):


El divorcio exprés

Ingresar 18 millones de dólares por una boda que tendría una validez de 72 días, no contribuyó a mejorar la imagen de Kim Kardashian. Claramente no. Pero ese backlash que recibió tampoco era consciente de la realidad: los seguidores de este clan de fame-whores no dejarán de ver Keeping up with the Kardashians, Khloe & Lamar o Kim and Kourtney Take New York simplemente porque Kim se empeñara en casarse mientras tenía buen tipo y lo hiciera con un tarambana como Kris Humphries. No creo tanto que fuera una estrategia para dotar sus programas de contenido, como de emular tristemente la hazaña de su hermana Khloe que a día de hoy aún está con el baloncestista de primera Lamar Odom. Por suerte, ahora han trasladado a Lamar y seguramente les seguiremos en un spin-off. Sí, los Kardashian son muy trash, pero Khloe es un muy buen personaje televisivo y ninguna lista sobre celebrities tontas o intentos de boicot podrán derribar a Kim. No mientras haya gente interesada en ver qué modelito quiere ponerse cada día cuando se levanta.


La pequeña Julia

Y por basura realitera, el infalible programa Toddlers and Tiaras que narra las peripecias de las niñas que compiten en los concursos de belleza infantil. Claro que quizá me excedo al llamar basura al programa, pues en realidad muestra unos estilos de vida que existen y lo hace con inteligencia, alimentándose a partir de semejantes monstruos infantiles y criticando la práctica. No deja de reflejar a pequeña escala lo malas que pueden ser algunas madres, que confunden el orden de vida y creen que son sus hijas menores de edad quienes deben retirarlas a ellas y ser las estrellas que ellas no pudieron ser (vamos, son versiones a pequeña escala de las Señoras Spears y Lohan). Bueno, y ha habido pocas cosas tan condenables durante este año como la madre que disfrazó a su hija de Julia Roberts en Pretty Woman. Vestir de prostituta a una niña de cuatro años requiere la intervención de algún tribunal (sí, existen peores madres que Belén Esteban).


El suicidio

Cuando Russell Armstrong se quitó la vida, no debía considerar que iba a legitimar una de las franquicias de las Real Housewives, la de Beverly Hills. Por culpa de este suceso, el programa demostró que la grabación de la realidad, por tergiversada que sea, también acaba afectando a la vida misma y, por lo tanto, convirtiendo la planificación en realidad. Taylor contó a sus amigas detrás de las cámaras que su marido la pegaba, Camille Grammer (la ex de Kelsey) se lo recriminó ante ellas después del enésimo ataque de nervios de Taylor, Russell quiso demandarla diciendo que había exagerado, Taylor después dijo que era verdad y pidió el divorcio y, junto con ruina empresarial, Russell se quitó la vida. Un trágico suceso que ha convertido la segunda temporada del reality en un placer culpable con remordimientos sinceros incluidos y aún más adictivo que el primer año, sobre todo porque sabemos el desenlace del pobre hombre (que no goza de ninguna presunción de culpabilidad) y encima vemos el metraje de cuando seguía con vida. Suena tan morboso que debería ser ilegal, sí, pero todos los blogs de EEUU están pendientes del programa debido a este factor. Y hasta una de las tías de Paris Hilton, Kim Richards, pasa desapercibida, a pesar de tener mil traumas infantiles y aún más adicciones que saltan a la vista cada vez que intenta hablar y se pierde en sus propias palabras.

2 comentarios:

Pancho dijo...

Te faltaron las Mob Wives :P. Por cierto, ayer comenzó la segunda temporada, ¿tenés pensado verla? :)

Crítico en Serie dijo...

Helio, creo que paso de las Mob Wives. Son muy, muy basura y tengo suficiente con las RH of New Jersey y las de Beverly Hills. Ya he llegado a mi tope, aunque me divierto cantidad con las RH.