sábado, 31 de diciembre de 2011

Los 'highlights' realiteros del 2011: X Factor

Posiblemente X Factor no es lo mejor del año, pero yo sigo sin quitarme la edición británica de la cabeza. Seguramente se debe a que es la primera vez que la sigo de cabo a rabo y encima su resultado me pareció tan acertado como catártico. Sea como sea, primero hay que empezar dándole su merecido a su creador, Simon Cowell, que ha protagonizado uno de los patinazos de este otoño en los Estados Unidos.


La caída de Simon

El magnate televisivo y musical Simon Cowell decidió desembarcar X Factor en Estados Unidos y el resultado no ha podido ser más decepcionante. No solamente ha obtenido unas audiencias bastante mediocres (y que ni en broma se pueden medir a American Idol), sino que encima no ha podido insuflarle un mínimo de carisma. Poco talento, mucho freak y demasiadas discusiones en un panel de jueces muy agrio le merecen un semáforo rojo a este hombre que, de tanto mirarse en el espejo, en algún momento llegó a creer que era infalible. Tampoco ayuda que, para que funcione un formato así, hay que tener una gran masa de espectadores y X Factor US no consiguió esta legitimidad.


Las Little Muffins de Tulisa

La versión británica, en cambio, es otro mundo. Ha bajado en audiencia y los nuevos jueces han tenido una tibia acogida, pero la edición podría ser contemplada como redonda. Ellos eligieron a cuatro chicas para formar un grupo, Tulisa del grupo N-Dubz las ayudó a elaborar una personalidad y a encontrarles un sonido, y las chicas han triunfado como la espuma, llevándose el concurso. Dicen que Simon tiene grandes planes para Little Mix y, viendo cómo le ha ido con One Direction, estoy esperanzado. Bueno, como no soy una niña de 12 años seguramente no me compraré su álbum cuando salga el otoño que viene, pero ha sido apasionante como espectador ver cómo se produce un grupo musical. Y esta progresión a partir de unas actuaciones muy entrañables ha permitido que la edición se salvara. Nada le sienta mejor a un concurso que acabar y descubrir que al final ha tenido un arco argumental. Claro que se podría aducir que Tulisa fue la verdadera protagonista, buscando legitimarse a partir de sus little muffins, y consiguiéndolo con ilusión y un trabajo muy duro. Gary Barlow, a fin de cuentas, la estuvo ninguneando durante cuatro meses mientras nos perdonaba la vida a los espectadores e intentaba boicotear a este adorable grupo femenino. Pero Tulisa allí mantuvo a sus chicas y supo guiarlas hacia el éxito.


Kitty Brucknell

Quien acaparó la atención del Reino Unido pero no consiguió ganarse sus favores fue Kitty Brucknell, un gran exponente de cómo los contravalores de la fama inmediata afectan a la sociedad actual. Primero horrorizó a los jueces con una actitud pasada de rosca, después les iluminó con las luces de su bañador (y unos gorgoritos inolvidables) y finalmente me enamoró con su afán voraz por hacerse conocida, que nunca me ofendió porque también tenía mucho talento. Polémicas aparte (que si botox, que si lipos, que si no tiene escrúpulos), brindó las mejores actuaciones de la edición de X Factor (con perdón de las gloriosas Little Mix), que eran nuestro particular regalo semanal. Misha B, en cambio, aparte de fingir delante de las cámaras que no era una divona y una bullyinguera, nunca se atrevió del todo a ser ella misma encima del escenario y se quedó a medio gas después de sorprendernos con su muy peculiar Rolling in the Deep.

2 comentarios:

OsKar108 dijo...

Que pases una buena nochevieja y feliz 2012 a tod@s.

¡Saludos!

Crítico en Serie dijo...

Oskar, ¡gracias por los buenos augurios! Efectivamente pasé una increíble nochevieja y deseo que tú también hayas empezado el año con muy buen pie. :)