martes, 10 de enero de 2012

El viaje de Once Upon a Time

Los creadores escriben las series con un concepto en mente. Puede gustar más o menos al público, puede estar más o menos conseguida, pero hay una voluntad y una conciencia de cómo debe ser la obra y hacia dónde debe dirigirse (al menos cuando sus responsables tienen la cabeza bien amueblada). Pero siempre habrá gente que pedirá peras al olmo y querrá proyectar sus gustos a las necesidades del relato, criticando que se aleje del modelo que tiene metido en la cabeza. Y con esta mentalidad es improbable que se pueda disfrutar de Once Upon a Time.


Aquí no quiero discutir si esta serie sobre los cuentos de toda la vida es correcta, buenísima o un zurullo. La cuestión es que Adam Horowitz y Edward Kitsis tomaron unas decisiones y las están siguiendo al pie de la letra. Quisieron hacer un drama que girara entorno a los cuentos con una óptica algo original (tampoco entraré en debates de si plagiaron Fábulas) y que avanzara a su ritmo.


En mi opinión, su intención siempre fue tomarse su tiempo en ir desvelando todos los secretos y giros que se esconden en Storybrooke, y ellos consideraron que el viaje era lo más importante (a veces se dice pero no se piensa). Y el espectador debe disfrutar con los flashbacks al mundo de los cuentos y enamorarse de esos momentos de optimismo de la mano de la señorita Blanchard, Emma Swan o Henry. En cada episodio los hay y se agradece que alguien quiera iluminar el oscuro presente (de allí y de aquí) con pequeñas dosis de esperanza y optimismo.


Si me tomo la osadía de decir cuáles eran los propósitos de los creadores es sobre todo porque así lo han expuesto con cada episodio. Podrán haber flashes que recuerden a Perdidos, que por algo Horowitz y Kitsis estuvieron en la escuela de Damon Lindelof y J.J. Abrams, y habrá ciertos puntos de inflexión para legitimar el arco de fondo (como el de antes del parón de Navidad, la estrategia de The Vampire Diaries), pero en todo momento nos avisan que el viaje es la clave. Quien no lo crea así, que se fije que siempre importan más esas sonrisas de Emma o Henry a cualquier detalle revelador que se haya podido filtrar por la trama.


Y también hay que tener en cuenta que este proyecto está escrito para todos los públicos. Es ideal para nostálgicos de los cuentos de Disney de toda la vida (o de nuestra infancia, para ser exactos), para que los padres quieran verla con sus hijos (también por el efecto nostalgia) y los niños pueden disfrutarla porque hay inocencia en cada plano.


Sólo hace falta ver el debate organizado en el pueblo, tan simple como ingenuo. O las reflexiones de su protagonista, que habla de ser una heroína sin pizca de ironía. Gustará más o menos, algunos querrán que sea más adulta y probablemente más compleja (y rápida), pero esta es la propuesta de Once Upon a Time y en ningún momento ha pretendido engañar a nadie.

6 comentarios:

Ostebi dijo...

Totalmente de acuerdo contigo. Me encanta esta serie. Bebe mucho de Perdidos (y no me refiero sólo al McCutcheon) y al igual que en ella lo importante es el desarrollo, la evolución de los personajes y disfrutar el viaje, no tanto las respuestas que se den al final.

Leu Zenit dijo...

A mí me está gustando 'Once', y aunque al principio la veía como una serie normalita y entretenida, los dos últimos episodios me han parecido bastante buenos. Como además su propósito no es contar una historia revolucionaria, sino ahondar en la personalidad de los personajes de los cuentos, y lo consigue bastante bien, yo la aplaudo por ello y no necesito un ritmo más rápido.

De hecho, de 'Perdidos' toma simplemente la estructura narrativa de las primeras temporadas para dibujar los personajes (que probablemente era lo mejor de ésta). Lo que no entiendo es por qué los que buscan en ella una nueva 'Perdidos' quieren un ritmo más rápido, que las primeras temporadas de 'Lost' no eran trepidantes precisamente.

Jaime Grau dijo...

Pues a mí me parece una serie mala, y no porque le pida peras al olmo, yo le pido lo que le tengo que pedir a una serie: unos personajes verosímiles.

En mi opinión, lo más importante en una serie (o película o novela o lo que sea) son los personajes, y en OUAT no solo están estereotipados (que lo están, pero esto tampoco es un aspecto negativo del todo y menos en una serie para todos los públicos), sino que son totalmente inverosímiles, pareciendo tontos en muchísimas situaciones.

Y donde peca principalmente es en la relación entre la bruja y Emma, una relación totalmente inverosímil. ¿En serio es así como una madre actuaría cuando ve que la madre biológica hace todo lo que hace con su hijo? ¿En serio Emma no sabe en que situación se está metiendo si se decidieran tomar cartas legales en el asunto? ¿En serio Emma cree que puede hacer todo lo que está haciendo y dar lecciones de maternidad a la alcaldesa cuando ella ha estado ausente todos esos años?

Y a mí no me vale "es que esto es una serie sobre cuentos y no The Wire", porque yo no pido que sea una serie realista, le pido que sea verosímil.

Crítico en Serie dijo...

Ostebi, que conste que con Perdidos nunca fui fan de esta teoría de "lo importante es el camino". Cuando te dicen desde el principio que todo va hacia un final concreto... ese final tiene que estar muy currado. En mi opinión, claro. ;)

Diego, OUAT sobre todo debe no perder de vista cuál es su esencia, qué la hace tan simpática. Y esto es tener cosas interesantes que contar de sus personajes, siempre emocionándote de alguna forma.

Manganxet, entiendo tus quejas, pero yo diría que OUAT también es muy 'de cuento' para lo malo. Desde un principio, Emma es el BIEN y la bruja el MAL y parten de aquí sin darte muchas más explicaciones. No es una revisión posmoderna de los cuentos, en el fondo va hacia la moraleja de Disney, que tampoco te hacía cuestionar el concepto de monarquía, cómo una tía que se pasa durmiendo toda una vida puede gobernar al pueblo o que te hablaba de belleza interior mientras todos estaban buenos. Creo que se debe aceptar esta premisa de cuento, aunque entiendo que algunos no puedan porque ya estamos entrados en años.

Sandry dijo...

Lo más acertado de la serie es su honestidad, y si bien es cierto, a veces parecerá absurda, me quedo con lo luminoso, lo esperanzador y los valores como la maternidad o la familia. En tiempos en que series televisivas de asesinos, luchas de poder, o politica, parecen ser las verdaderas "obras de arte", doy gracias por una serie como OUAT.

Arantxa dijo...

Pues yo he de decir que este tipo de series estàn creadas para hacernos olvidar nuestro cotidiano y hacernos soñar como cuando éramos niños. Es mas, pienso que la serie està conseguida por este motivo; muchos adultos ven esta serie y estàn enganchados a ella porque nos hace sentir infantiles, soñadores , y sinceramente, pocas series hoy en dia consiguen provocar un efecto como éste y si no recuerdo mal, yo veia esas historia en mi juventud porque me transportaban, me llenaban de ilusion, de sueños y de positividad porque el bien siempre gana al mal al final de estas historias.
En fin, yo, como madre y adulta, la recomiendo no solo a los pequeños, sino también y SOBRE TODO a los mayores!