Las amistades de Alicia

En esta entrada hablo sobre Alicia Florrick en la tercera temporada de The Good Wife, así que puede haber algún spoiler encubierto.

Desde que The Good Wife empezó, siempre hemos tenido claro que a Alicia Florrick no le sobran las amigas. Cuando era ama de casa, se rodeó de acquantainces que se acercaban a ella más por el cargo de su marido que por su personalidad. Después, con el tiempo, las perdió todas y por lo menos en su nueva faceta como abogada nadie fingía tenerle aprecio por conveniencia. Bueno, estaba Kalinda. Y su traición, que lo fue, seguramente no le habría afectado tanto de no ser porque llegó a creer que se había ganado su admiración poco a poco con cada acto. Una amistad pura, podríamos decir. Y la tuvo que desechar.

En esta tercera temporada estamos con estas. Desde sus inicios vimos que sería la redención de Kalinda y, por otra parte, también lo más cercano a un descenso a los infiernos por parte de Alicia. Esto, curiosamente, vino de la mano de Diane Lockhart, la jefa del bufete que quiere acercársele ahora que su socio Will está en horas bajas y después de haber contribuido a que rompieran su complicada relación. No es una cuestión de si Diane es buena o mala, pues seguro que no es lo segundo, pero sí lo que representa para Alicia.

Diane, básicamente, le ha ofrecido más ambición que amistad. La ha avisado de que para triunfar hay que renunciar a ciertos aspectos de la vida, como el amor y la familia, que deben pasar a un segundo plano. Pero lo que caracteriza a Alicia justamente es esto, lo que la hace distinta de cualquier abogada de Chicago. Por supuesto que está excesivamente absorbida por su trabajo (las contrapartidas del éxito) y que es algo negligente con su familia y su vida sentimental, pero intenta mejorar. Esto es una buena esposa. Aquella que procura que su vida sea lo más cercana a la perfección, aunque esta meta sea imposible de alcanzar.

Además, desde los primeros episodios de la serie ya sabemos que Diane no es amiga de sus amigas. Será su compañera, pero jamás ha querido llevarse de tú a tú con una mujer a menos que quiera sacar tajada de ella. Ella disfruta jugando y goleando en la liga de los hombres, que por algo se lleva mejor con Will y con Eli de lo que ha hecho jamás con Alicia, con la que siempre tuvo reticencias.

Kalinda, en cambio, es consciente del carácter y la bondad de Alicia. De hecho, lo que le gusta de ella es justamente que la hace ser mejor persona, ni que sea de rebote. Siempre la ha admirado y, a diferencia de Diane, no desea que cambie. También contribuye que siente un terrible sentimiento de culpabilidad por su traición y, debido a ello, en el último año se niega a disfrutar de la vida como parte del proceso de expiación. Ya son varias las veces que ha dado a entender que no es buena persona ya que ni ella misma es consciente del buen fondo que tiene.

Estos caminos paralelos de Kalinda y Alicia, por más conflictos adicionales que haya de fondo, están siendo el motor de la temporada (como siempre ha defendido MacGuffin) y estimula ver cómo empiezan a cruzarse poco a poco. Ya hace semanas que sucedió un primer acercamiento y la cordialidad y cierta complicidad ya se ha reinstaurado. La cuestión que nos han arrojado ahora encima es si Alicia, de rebote, buscará un falso consuelo en su trabajo y venderá su alma como queda claro que sujetos como Diane, Will y Peter ya hicieron en algún momento. No tiene ni un pelo de tonta, pero esperemos que tampoco se pase de lista.