sábado, 24 de marzo de 2012

La buena esposa madura

Primero de todo, me gustaría advertir que si no habéis empezado la tercera temporada de The Good Wife mejor os alejáis de esta entrada. A los demás, bienvenidos a mi enésima oda a la serie.


Entiendo que, tras una temporada tan catártica como la segunda, los espectadores de The Good Wife esperaran que la serie repitiera más o menos el esquema y que escribieran varias tramas horizontales muy potentes que fueran acrecentando la tensión para estallar en algún momento. De aquí que este año no hayamos parado de observar cada giro de Will Gardner como si fuera a explotarnos en la cara y cada movimiento de Caitlin como si fuera a morder a traición. Pero Robert y Michelle King no ha podido llevar más la contraria a lo que nuestro subconsciente esperaba de ellos (y que ellos habían motivado, por supuesto).


La tercera temporada no tiene un gran arco que nos tenga en ascuas. Diría que todavía ahora estamos viendo las repercusiones de todo lo que comportó tanto avance: el ascenso de Peter Florrick al poder, la puñalada con carácter retroactivo de Kalinda, la influencia de la crisis económica en el bufete y una situación sentimental que Alicia no sabe controlar. Sí, estuvo liada con Will, pero fue incapaz de asumir hasta qué grado estaba enamorada de él porque no encaja con sus perspectivas laborales ni como madre. Puede que haya crecido mucho desde el inicio de la serie, pero Alicia sigue siendo muy cauta y, como esposa y madre que es, no puede embarcarse en una aventura si no sabe que la resolución será óptima. Cuando tienes personas que dependen de ti, no puedes tomar decisiones a la ligera.


Esta visión de los responsables que, más que decepcionada, tiene desconcertada a la parroquia, creo que justamente está demostrando porqué The Good Wife es la gran serie de la televisión actual. Lo fácil hubiera sido copiar el modelo del segundo año, de la misma forma que el año pasado lo más práctico hubiera sido seguir con unos episodios 90% procedimentales como en su estreno. Pero el matrimonio King quiso dejar de lado la pirotecnia argumental y se centró tanto en las consecuencias de tanto drama como en los personajes de por sí.


Desde que regresó en enero, hemos visto cómo Cary Agos se villanizaba y finalmente maduraba en la fiscalía, cómo Diane es la roca del bufete y también una mujer con sus necesidades, a Peter deslizándose hacia un lado oscuro del que había renegado, a un Will vulnerable, una Kalinda en proceso de expiación, Eli Gold aburriéndose mientras su estrategia para Peter se va gestando, y sobre todo a Alicia Florrick preguntándose qué le conviene más a ella y a su familia, y cómo aprovecharse de las oportunidades laborales que le brinda el destino. Nunca diría que es una hipócrita, pero sí está claro que Alicia está mucho más cómoda de lo que creía aprovechando los agujeros morales del sistema legal.


Este planteamiento tiene sus ventajas. Los personajes han podido respirar, han evolucionado y se han reajustado a sus nuevas circunstancias. Por ejemplo, dejaban reflexionar a Kalinda sobre sus actos en un segundo plano mientras conocíamos en más profundidad a Diane y ahora que llega la recta final ya tenemos a la investigadora asentada en un nuevo estado emocional y preparada para lo que se le avecine.


Lo mismo se podría decir de todos los demás secundarios. Han protagonizado menos fuegos de artificio que la temporada pasada, pero han crecido como personajes como no hubieran podido hacer sujetos a más presión. Y The Good Wife, que nunca perdió la elegancia ni los momentos de levantarse y aplaudir (como Alicia enfrentándose a Wendy Scott-Carr o Kalinda y las cervezas), ha entretenido y maravillado durante todo el proceso. Por esto sigue siendo must-see TV (y mi serie favorita, claro).

3 comentarios:

Mauro dijo...

Genial como siempre tu analisis sobre esta serie.

Opino igual que tu, creo que los verdaderos fans de esta serie nos damos cuenta de que componer una temporada tan reflexiva y centrada en las consecuencias de eventos anteriores, es igual de difícil que una llena de tensión (que esta también la tuvo). Y yo personalmente la estoy disfrutando tanto o más que la segunda, principalmente por la evolución de los personajes y como se van ajustando a las circunstancias (Alicia utilizando a Canning para conseguir un aumento, Diane jugando a dos bandas, las hermanas de Will, la guerra civil en Lockhart-Gardner...).

La diferencia de calidad entre esta serie y el resto empieza a ser escandalosa.

No se si lo has visto, pero justo esta semana hubo una pelea grande en un partido de Hockey. Parece que lo hacen a propósito.

Teoría: yo apostaría dinero a que Colin Sweeney se carga a su nueva mujer en la 4ta temporada.

Diana Hernández dijo...

estoy de acuerdo con Mauro, esta tercera temporada no es más que la confirmación de que estamos ante una gran serie, porque precisamente todas esas consecuencias de el final de la FANTÁSTICA segunda temporada nos están regalando una temporada calmada, pero segura de si misma, con muchos más tejemanejes, o al menos mucho más sutiles.

Un placer leerte^^

Inma dijo...

La sutileza de esta serie es Bestial. El no digo ná pero lo digo tó de toda la vida vamos!! Qué momentazos nos están dejando. Capitulo para enmarcar el del Juicio dejando a Scott-Carr en bragas (perdón por la Ordinariez!) pero es que es así!!!

Yo quiero que Alicia y J. Fox curren Juntos esto tiene que ocurrir si o si!!!