martes, 27 de marzo de 2012

Los policías de Southland

Detrás de toda serie hay una idea que permite que florezca un producto, alguien con una visión (ya sea industrial, artística o ambas) que se toma la molestia de ensuciarse las manos de barro para intentar que su obra se emita en televisión. Sin embargo, pocas veces se consideran conceptuales y con unos criterios que siempre sirven para transmitir una idea que está por encima de todos los elementos y factores.


Southland, sobre la que ya he hecho suficientes recomendaciones esta temporada, puede contemplarse como una de ellas. Recupera la esencia de las series policiales de antaño como Homicide y va más allá que los actuales procedimentales que cierran un caso al final de cada episodio mostrando algún asesino esposado. Ben McKenzie, que interpreta a Ben Sherman, ya lo describió hace poco para The Huffington Post: “en el corazón de cada trama reside la tensión entre esforzarse por hacer del mundo un lugar mejor e intentar aceptarlo tal y como es. Y esto separa Southland de casi todas las otras series de policías que hay en televisión”.


El propósito, entonces, es hacer un mural donde los héroes y maleantes no son tan monocromáticos como puedan retratarse en otras ficciones. Cuenta cómo los policías tienen que luchar día sí y día también para hacer lo correcto, cuando no es precisamente la labor más agradecida; también muestra cómo la raíz del problema va más allá de unas cuantas detenciones y que, por lo tanto, los propios agentes se frustran dándose cuenta que en esencia su trabajo muchas veces acaba siendo inútil; y la cantidad de gente que simplemente está loca. La complacencia no tiene cabida en la sala de guionistas.


Además, los responsables se toman todas las molestias posibles para que las historias sean verosímiles y realistas dejándose influenciar en el rodaje por policías en activo. “Quería que ‘Southland’ fuera inmediata, cercana y que estuviera lo más cercana posible a un reality de policías. (...) Tenemos policías de verdad cada día y muchas veces les decimos que hagan lo que normalmente harían y los filmamos”, explicó el productor ejecutivo Christopher Chulack a Los Angeles Times. Muchas veces, por lo tanto, lo que vemos como espectadores son actores rodeados de policías fuera de servicio y, si se presta atención, hay algo extraordinariamente rutinario en cómo se exploran los escenarios de crímenes o cómo se aborda a los sospechosos.


Desde cómo llevar la pistola, cómo esposar a los detenidos o cómo se comportaría una banda de delincuentes si pararas el coche de patrulla delante de ellos. Los agentes colaboran (McKenzie comenta que no son exactamente “tímididos”) y los actores y la serie se deja impregnar, cambiando alguna escena si así va a resultar más realista. Lo que podría ser una simple anécdota, confirma lo que ya sabíamos: que Southland es emotiva pero también es arte, lo cual no tiene que ser fácil cuando se opera y crea dentro de una industria tan cara como es la audiovisual. Y su cuarta temporada, que se despidió la semana pasada, la reafirmó en lo más alto por ser sincera y darnos unos personajes a la altura del concepto de realidad que nos quiere contar.

4 comentarios:

Torpe Dama dijo...

Y yo, que me dejo convencer fácilmente, acabo de decidir ponerme a bajarla. Hale, otra más a la lista de pendientes... ¡Gracias por la recomendación!

OsKar108 dijo...

Cada vez me convencéis más para que empiece a ponerme con ella. A ver si le acabo poniendo remedio.

¡Saludos!

r2 dijo...

Hola Pere.
Por tus recomendaciones estoy viendo esta serie y me está encantando.Ya he visto las 3 primeras temporadas y voy por la cuarta.Es una serie que demuestra que con unos buenos personajes y buenos guiones se pueden hacer series muy interesantes y atractivas.Adoro a la detective Lydia Davis.La unica pega que le encuentro es Ben Mackenzie que me parece un actor muy flojo y ya no me gustaba en O.C..Lo demas, perfecto.

Saludos

ainho dijo...

Es cierto, foto de Ben Mackenzie para abrir el post ;)

La serie me ha parecido una maravilla. Tardé tanto en verla porque tenía muchísimas cuando empezó, y luego con el rollo de la cancelación, los problemas de una y otra cadena y otras nuevas que iban llegando, la dejé ahí.

Pero en los últimos meses, supongo que desde que empezó la 4 (que ha sido sensacional, y se ha centrado, por fin, en los personajes importantes e interesantes) no dejaba de leer en Twitter comentarios sobre lo buena, infravalorada y grande que era.

Todo verdad. Me he ventilado las cuatro temporadas en menos de un mes y los últimos compases de la temporada han sido prioritarios. He dejado de ver series semanales para seguir con estos policías (tienen que serlo!! Totalmente creíbles) y ver qué les pasada. Obsesión.

No digo que me arrepienta de haber tardado tanto en verla, porque he descubierto otras fabulosas en todo este tiempo, pero sé que tengo que prestar más atención a según qué recomendaciones.

Perdón por la longitud del comentario :)