Si existiera el premio a placer culpable de la temporada, Sarah Michelle Gellar ya lo tendría en el bolsillo con la infame Ringer. Nos intentó colar que era un proyecto para CBS (cuando no podía ser más obvio que jamás se la iban a comprar y que iría a parar al canal juvenil CW) y después descubrimos que, más que un thriller adulto, era una broma pesada de alguien que odiaba a la actriz y que quería dejarla en evidencia delante del mundo entero.
Entiendo que las entrevistas promocionales suelen ser una sarta de exageraciones para vender un producto, pero la seriedad con la que SMG habló de su nuevo drama ha sido hasta ridículo. Una cosa es que se pensara a priori que sería algo decente y estiloso y otra cosa es que, después de haberla visto, haga entrevistas como esta y hable de “complejidad” para referirse a su serie. Declaraciones y actitudes como estas me impiden pensar que ella sabía que lo suyo sería un placer culpable (o que sepa reconocerlo) y diría que ella creía firmemente que iba a por el Emmy y no a por cuatro razzies que, si fuera película, seguro que obtendría (el de peor película por su papel de productora ejecutiva, el de peor actriz como Bridget, secundaria como Siobhan y peor pareja por esa escena de las hermanas juntitas y navegando).
Hay una corriente por las redes sociales que, a diferencia de Sarah, sí nos la vende como el placer culpable por excelencia. Que alega que es tan mala que acaba siendo buena, como si se tratara de un film de Ed Wood visto con perspectiva. Pero no estoy de acuerdo con semejante aseveración: Ringer es tan y tan mala, que solamente puede ser peor. De hecho, lo es tanto que ni he podido comprarla como placer culpable porque, cuando decido seguir alguna serie funesta, necesito que sea un poquito entrañable. Y para aceptar a SMG como femme fatale y stripper bonachona se requiere ser un whedonista parcial (por Buffy) y amar incondicionalmente a la actriz, algo que claramente va contra mis creencias teléfilas. De aquí que únicamente me haya resultado infumable y aburrida.
Una diversión que no le puedo negar, sin embargo, ha sido la de entretenerme semana a semana con sus índices de audiencia. Empezó con un público insuficiente por lo ambicioso del proyecto (me refiero al sonado regreso de Sarah Michelle a la televisión) y fue perdiendo público hasta llegar a un muy fiel millón de espectadores (que suena más a margen de error que a audiencia real). Y los whedonistas más ciegos y radicales, mientras, clamaban al cielo por semejante injusticia como si Ringer tuviera a una actriz talentosa interpretando el (segundo) papel de su vida. Esto sí que tenía gracia.
3 comentarios:
Suelo estar de acuerdo en la mayoría de los post que haces, pero de vez en cuando discrepar es bueno XD.
No se si algún whedonista te obligó en su momento a ver Buffy en modo bucle infinito amenazándote con un látigo, pero no es el primer comentario que desprende una clara acidez mordaz en contra de Buffy y Whedon. Yo reconozco que soy whedonista convencido, por eso supongo que no tengo criterio (pero tb soy incondicional de Abrams y no me gusta Lost. Pero tb tengo claro que SMG es seguramente una de las peores actrices que existen y tanto Ringer como su(s) película(s)(no se si tiene mas de una XD) lo demuestran. Pero para mi Buffy es un personaje icónico y una serie que marco una generación.
Entiendo que puede o no gustarte, pero mi parte adolescente que alucinaba con la rubia que mataba vampiros y mi yo adulto que aún hoy disfruta viendo cualquier cosa del universo de Whedon, clamaban por defensa.
Tengo que reconocer que la primera vez que vi la serie (hablo de Buffy) no le hice mucho caso, la ponían cuando volvía del instituto y tenía demasiada hambre para prestar atención a nada que no fuese un plato de comida. No fue hasta aquellas tórridas tardes de verano del plus en que me empecé a fijar en aquella rubita que hacía pucheros y soltaba hostias como panes. Tuve mi romance veraniego con la cazadora, duró dos años.
Sé que Sarah Michelle es mala actriz. No voy a fustigarme viéndo Ringer. Sé que Buffy no deja de ser la fantasía pajeril de un adolescente, pero aun así es parte indeleble de mi pospubertad. Cuántas noches insomnes de julio y agosto no habré volado hasta Sunnydale con mi enturbiada imaginación para conocer en mitad de mi sopor a la rubia de la estaca! Las chicas de carne y hueso vendrían más tarde, primero la tuve a ella.
Marks, no te preocupes que dentro de poco escribiré otra vez sobre Buffy. Y sí, se la tengo jurada a los whedonistas. ;)
Flyingvolandas, es curioso porque la gente de mi alrededor jamás vio Buffy en el plus y quizá por ello tampoco la vi nunca en su momento. Está claro que, de haberlo hecho, quizá ahora sería fan. O no. Que también vi Embrujadas en su momento y ahora no me la puede traer más floja.
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