lunes, 23 de abril de 2012

Los clientes de Jennifer

La tendencia de los últimos años nos hace pensar que en el cable televisivo norteamericano sólo hay joyas poco vistas y que los únicos enemigos de la buena ficción son los canales generalistas y su falta de valor y originalidad. Pero nada más lejos de la realidad. En el cable (como en las networks) hay de todo, desde genialidades (Mad Men, Southland) a subproductos que pocas veces ven la luz del día en el mercado internacional. Y The Client List seguramente no hubiera despertado ningún interés fuera de su país de no ser por el escote que luce Jennifer Love-Hewitt en los pósters promocionales.
Esta gran apuesta de Lifetime, un canal orientado al público femenino (y mucho más classy que Bravo, de esencia trash), gira alrededor de una madre que, después de que la deje el marido sin previo aviso, se convierte en masajista con final feliz para sacar adelante su familia y pagar la hipoteca de su precioso hogar. Y, mientras que por temática podría considerarse la versión yanqui de The Secret Diary of a Call Girl, comparte mucho más con su panfletista compañera de cadena Army Wives.
Pero las mujeres del ejército, al fin y al cabo, transmiten un modo de ver la vida que bastantes norteamericanos comparten. El patriotismo, el sentido del deber, la convicción de que su país imparte el bien por el mundo o la importancia de la familia. Pero The Client List no solamente tiene una premisa poco verosímil, sino que intenta vendernos unos valores igualmente conservadores sin poner en juicio la integridad o el sentido moral de la protagonista.
En resumidas cuentas, la protagonista decide prostituirse en lugar de instalarse en casa de su madre con sus dos hijos y tener un trabajo digno que dé algo menos de dinero. Entiendo el concepto de “valerse por uno mismo” pero de poco sirve cuando igualmente la abuela cuida los niños todo el día y tú vas a su casa todas las noches a hablar íntimamente con ella. Pero la serie bien se encarga de justificarla: los clientes que no requieren felaciones al final del masaje suelen ser gente peluda, fea y maleducada, mientras que los que pagan por sexo son guapos, esculturales y respetuosos. Vamos, que se pone las botas con semejante desfile de adonis y encima ella acaba creyéndose que, en lugar de vender su cuerpo, ayuda a la sociedad y salva matrimonios. Como la misma madame, una Loretta Devine que hasta alardea de cómo prostituye a mujeres por su hija y encima la serie nos da a entender que, al igual que Jennifer Love-Hewitt, es por el bien del mundo, cual labor humanitaria.
Y además de lo ofensiva que es intelectual y moralmente, es incapaz de mostrar la carne prometida en los pósters. Mucha lencería sexy y torsos (de puteros irresistibles y del cuñado Colin Egglesfield), pero nada remotamente imaginable y ningún final feliz a la vista. Ella les quita la toalla y toca cambiar de plano. No es cuestión de que intuyamos que ha tocado algún pene y pasemos a verla como la prostituta que realmente es.

P.D.Podcastero: No os preocupéis, que en Yo Disparé a J.R. hablamos de muchas más cosas aparte de The Client List como por ejemplo el final de temporada de Justified, el rumbo de The Big C y Nurse Jackie y otros estrenos como Don't Trust The Bitch in Aparment 23 y la conceptual Girls. Ya sabéis que os podéis descargar el episodio en la barra lateral y aquí tenéis la guía del episodio:
- 0': Presentación y análisis del piloto de Girls y sus controversias.
- 13'': The Client List.
- 22': Don't Trust the Bitch in Apartment 23, una comedia de chiste cada 30 segundos.
- 30': Justified con Alberto Nahum de invitado, del blog Diamantes en serie (¡con spoilers!).
- 63': The Big C y Nurse Jackie: una oficialmente mala y otra que ha remontado (¡con spoilers!).

2 comentarios:

Flyingvolandas dijo...

De verdad, o sea, DE VERDAD!!, creo que esto sobrepasa la categoría de placer culpable, es pura y simple genialidad. Podrían aprovechar el hype de la serie anterior de la protagonista y traducirla en España como "Entre puteros".
Es puro realismo social. Están; Ladybird Ladybird de Ken Loach y luego esta serie. Su argumento general me recuerda a otra película de realismo social que vi el otro día por la noche, no me acuerdo el título, en la que un ama de casa madurita no tenía dinero para pagar al chico que le limpiaba la piscina y se ofrecía a pagarle en especie (aunque esta película era más valiente a la hora de mostrar las "interacciones" de los protagonistas).
Jennifer Love-Hewitt es una heroína moderna, como la protagonista de su nueva serie, y pese a que no creo que haga falta ser borderline como ella para disfrutar plenamente de esta serie (aunque creo que ayuda), es una ficción más disfrutable tras la ingesta de alguna bebida alcohólica y/o psicotrópicos.
Podrían hacer un spin-off en el que Cybill Shepherd se prostituya para poder costearse la liposucción.
Aquí tienen un fan!

Crítico en Serie dijo...

Compro tu propuesta de spin-off, pero me niego a ver otro episodio de este bodrio. Sobre todo porque no me interesa el escote de Jennifer Love-Hewitt.