jueves, 17 de mayo de 2012

Las entregas de Fringe

Ninguna serie con una premisa cercana a la ciencia ficción ha escapado a las comparaciones con Perdidos y Fringe no fue la excepción cuando se estrenó en 2008. Los pequeños elementos mitológicos que se iban sembrando con cuentagotas en cada episodio obligaban a creer en una trama superior que podía ser de cariz absolutista. Me refiero a esos arcos de los que depende la esencia total de una serie, sus tramas y personajes, y que tiende a definirla porque responde a un planteamiento expuesto desde los inicios (los más claros ejemplos de esta categoría son los supervivientes de J.J. Abrams y Battlestar Galactica). Pero Fringe decidió jugar otra carta.
Desde sus inicios, evidenció que tenía una mitología propia que, según sus creadores, estaba pensada para explotarse durante ocho temporadas. De aquí que se tardara tanto en presentar la duplicidad de universos. Pero, cuando decidió que no duraría tanto tiempo y que podían quemar trama como pirómanos para contentar a sus fans (cosa que ocurrió al final de la segunda temporada), también demostraron que tenían otro modus operandi que pudieron corroborar en la tercera y cuarta temporada. Una vez habían construido sus universos de personajes, planteaban conflictos y los resolvían al final de las temporadas. 
Primero fue Olivia atrapada en el universo rojo, después la guerra fría declarada por Walternate y este año la extraña ausencia de Peter. Puede que siempre haya habido profecías, que Peter y Olivia estén predestinados a algo y que apunten a tramas superiores, pero al final del día siempre han dado conclusión a las tramas abiertas. Esto se corrobora, por ejemplo, con el cierre de temporadas. Tanto la tercera como la cuarta temporada, si les quitáramos la escena final, podrían servir como conclusiones definitivas o podrían contentar parcialmente a su parroquia. Sobre todo esta última. Y esto ocurre porque la mitología está al servicio de las tramas y no al revés. Lo que no quita que, cuando emitan la quinta temporada, no puedan escribir algo que dé cohesión y esté orientado a dar aún más sentido a todas las existencias de los personajes. Es la ventaja de tener una mitología. Claro que también hay quienes después se salen por la tangente, como hizo el más obvio referente de Fringe, Alias, cuando se pasó con el señor Rambaldi.
Y, ahora sí, spoilers del final de temporada de la cuarta temporada de Fringe.
Este modelo de Fringe, sin embargo, también comporta que pueda tener tramos más logrados que otros. Si bien nunca compré del todo la desaparición de Peter, me pareció bastante interesante el arranque de temporada. Sirvió, como muchas veces comenta MacGuffin, para darle nuevos matices a la relación entre Olivia y Walter, y nos dio una curiosa premisa con la que divertirnos unos cuantos episodios. Siempre defenderé el arranque de temporada por volver a sus raíces procedimentales, pero también es verdad que perdió fuelle una vez asumieron el nuevo universo, sobre todo porque no sacaron todo el jugo a la confusión de Olivia (ese alzheimer podría haber sido mucho más épico) y tardaron demasiado en exponer el conflicto final, esa arca de Noé orquestada por William Bell (que despreció todos los esfuerzos de Jared Harris por encarnar a un villano memorable, despachado sin gracia).
Pero, contra todo pronóstico (mío, claro), Wyman tenía claro el objetivo de la temporada y brindó una season finale que funcionaría como película. Los poderes de Olivia (demasiado guayones como para que hayan desaparecido para siempre), la visión de Bell y la clara determinación de la trama permitieron que Fringe remontara y nos diera esperanzas de cara a septiembre, cuando regresará para su último tomo donde el enemigo ya sabemos quién será. Es la ventaja de funcionar por entregas y objetivos, que siempre se puede subir (o bajar) el listón. Y, con los observadores acercándose como enemigo final, hasta ha quedado en un segundo plano la decisión de los guionistas de devolvernos al universo inicial, uno en el que Walter pasó su vida con el Peter de otro. Seguramente porque, a fin de cuentas, tampoco nos aporta menos y así tiene más sentido que nos hicieran invertir emocionalmente en Lincoln, los Walters y Nina finalmente ha podido ser humanizada. Bueno, y sobre todo porque necesitaban que el hijo de Peter fuera con Olivia y no con BOlivia, aunque aún nos falta saber porqué.

3 comentarios:

Inma dijo...

Y no es hijo sino hija imagino que para que siga habiendo mujeres Dunham con poderes. Otra explicación al cambio de niño a niña no se me ocurre...

Tengo muchas ganas de ver la 5aT! Espero que vayan en plan pirómano como si no hubiera un mañana en cada capitulo quemando tramas!

Crítico en Serie dijo...

Ramón Rey, te compro la teoría. ¿Entonces September está yendo en contra de todos los observadores y por eso lo persiguen y hablan mal de él? Ahum....

Eloi dijo...

Pues a mí la season finale me ha parecido horrible, aunque la 4a temporada me gustó bastante.
Se han cargado el personaje de Jared Harris como si nada, i solo han hecho aparecer a Bell por Leonard Nimoy, no porqué el personaje necesitara volver.
Lo del observador immóbil fue penoso, y Rebecca Madder cada vez actúa peor. Y que resuelvan la muerte de Olivia que se profetizó en la 3a temporada (el capítulo "LAD") de esta manera, me parece un insulto.
Y en general, con esta 4a temporada se han cargado todas las otras 3. Es como si todo lo que pasó antes no hubiera tenido importancia. Los guionistas dicen que la 5a harà mucha referencia a las temporadas iniciales, pero no veo de qué manera si se han cargado los universos originales.
Me pasó lo mismo con la finale de la 3a, que no me ha parecido a la altura.