Whitney (Cummings)

Cuando Whitney se estrenó en septiembre, una horda de espectadores se quejaron de que hubiera aprovechado la franja que iba a continuación de The Office, el espacio con más audiencia del canal NBC (serie que, por cierto, ha perdido su tirón durante la temporada). No solamente eran dos estilos de comedia completamente distintos, una era un mockummentary de humor incómodo y la otra una sitcom de toda la vida sobre problemas de pareja, sino que su creadora y protagonista, Whitney Cummings, cayó bastante gorda.

Se le echó en cara que optara por un modelo de sitcom que algunos consideran pasada de moda (hay público en directo, lo que se asocia automáticamente con las criticadas comedias de Chuck Lorre) y sobre todo que la serie fuera un vehículo a su mayor gloria, cuando ya no estamos acostumbrados a que los propios actores den nombre a las ficciones. Bueno, y que tuviera unos primeros episodios bastante poco inspirados con bromas sexuales antes escuchadas y que costaba que hicieran reír, el objetivo primordial para una serie de estas características.

Parecía que la pobre señorita Cummings, por mala suerte, se había quedado con el caballo perdedor, teniendo en cuenta que había creado junto con Michael Patrick King la comedia novata más vista del año, 2 Broke Girls, que también suscitó el desprecio de la crítica y de la muchedumbre (que no evita que tenga una audiencia masiva). Y es así, tampoco hace falta engañarnos. Sin embargo, con el tiempo Whitney también demostró que era una comedia a tener en cuenta. No indiscutiblemente buena ni innovadora, pero sí efectiva y hasta cierto punto entrañable.

Diría que una escena del piloto, en la que ella intenta dar algo de vidilla a su relación de pareja disfrazándose de enfermera, fue la que me motivó a seguir con ella. Tuvo chispa y yo tenía la esperanza de que acabara siendo graciosa sin matices. Y lo consiguió. Después de dar bastantes tumbos con unos secundarios que tardaron tiempo en despegar (a Roxanne le inventaron un ex marido y a Mark le dieron humildad, por ejemplo), encontró su propio estilo, que tenía tanto que ver con las antiguas comedias (desde Loco por ti hasta Friends) como con las nuevas (al fin y al cabo, ella es la co-creadora de 2BG y colaboradora del late night de Chelsea Handler).

Lo más divertido, sin embargo, siempre ha sido la ficticia relación de los protagonistas, Whitney y Alex. Mientras que la serie empezó a funcionar mejor cuando ella no era el centro de todas y cada una de las tramas episódicas, su química siempre ha sido muy palpable y diría que han conformado una de las parejas más creíbles de la televisión. Sus problemas son verosímiles y es muy fácil sentir empatía por ellos, y Cummings y Chris D’Elia se entienden a la perfección. Puede que en muchos momentos se note que están actuando y se les escape un poquito la risa, pero parece que nos estén contando unas situaciones que son reales y esto ayuda a que el áurea de Whitney crezca exponencialmente.

P.D.Podcastero: Sobre la señorita Cummings y su otra serie, 2 Broke Girls, hablamos en el último programa de Yo Disparé a J.R. Pero no todo son sitcoms de risas en directo, sino que también tratamos el descalabro financiero que le ha supuesto a la HBO cancelar Luck, el camino que está siguiendo Girls sentando sus bases, nuestras conclusiones sobre el final de temporada de Forbrydelsen y un análisis de la tercera temporada de The Good Wife con Susana Alosete de invitada, más conocida como la chica de la tele. Ya sabéis que os podéis descargar el programa en la barra lateral y aquí tenéis la guía:

- 0’: Presentación y puñalada a Joss Whedon.

- 3’: Las pérdidas de Luck, las series que jamás vieron la luz y Girls.

- 19’: Whitney y 2 Broke Girls.

- 30’: Un balance de la 3ª temporada de The Good Wife.

- 61’: Forbrydelsen con spoilers de la 1ª temporada.