El segundo tomo

La expectación que despierta Game of Thrones no tiene igual en televisión. Es la traslación de la épica cinematográfica de los últimos años al medio. No es una cuestión de “¿qué ocurrirá?”, pues muchos de sus espectadores ya han leído los tomos de Canción de Hielo y Fuego, sino de “¡tendrá lugar y no puedo perdérmelo!”. Es un fenómeno que tiene previsto durar siete años, si G.R.R. Martin puede acabar la saga antes de que le pille  el toro por los cuernos, y tiene varios factores a favor. La HBO era la casa perfecta en la que desarrollar el proyecto, su público suele ser muy fiel una vez lo obtienes, y encima el público tiene muy claro desde el primer momento que es una historia épica de principio y final. Vamos, que tenemos Siete Reinos para mucho tiempo.

A la segunda temporada, si bien ha estado a la altura de semejantes expectativas, también se le podría recriminar un defecto que se ha repetido con respecto a la primera. Su obstinación por ser fiel y por ambientarnos en ese mundo medieval de fantasía en el que tiene lugar la lucha por el trono de hierro, hizo que David Benioff y D.B. Weiss se olvidaran del sentido narrativo de la obra. Capítulos en los que no existe ningún resquicio de trama episódica y sólo quieren situar al espectador puede ser una opción bastante fiel al libro, pero se carga la fluidez del medio catódico. Se entienden las intenciones, pero no comparto los resultados. Aunque también cabe destacar que, una vez arranca, Game of Thrones es muy buena televisión.

Los responsables tuvieron tomado el pulso a los personajes desde el principio y tuvieron mucha más firmeza a la hora de emplear las armas que la HBO les dejaba usar. Los diálogos estuvieron trufados de genialidad cuando su peso recaía en los hombros de Tyrion, Daenerys o Cersei (impagable reflexiones durante el asedio, casi propias de Shakespeare); se recrearon en el sadismo de la barbarie, ya fuera mediante vísceras o la imaginación (la tortura entre prostitutas de Joffrey es una de las escenas más inquietantes del año, nada gratuita pues perfilaba aún mejor al bastardo); los efectos visuales brillaron como muchas veces no brillan en el cine, ya fueran esos dragones de CGI tan bien creados o ese desagradable parto fantástico; bueno, y el esfuerzo de producción fue admirable. Los castillos prácticamente en el aire, el uso de los extras para que no luzca barata, los decorados, la fotografía, el maquillaje y el vestuario de Qart (¿a quién se le pudo ocurrir esa lujosa burka?) y el aprovechamiento de las localizaciones. Algunas escenas de Más-Allá-Del-Muro pensaría que estuvieron diseñadas e implantadas con cromas de no ser porque sabía que habían ido a rodar a Islandia. Menudos paisajes.

Obviamente, en este reconocimiento he ignorado la recreación de la batalla del Aguasnegras porque simplemente está en otro nivel. Supieron manipular la expectación, crearon una escena para los anales de la televisión (esa explosión de verde fue alucinante con un momento que recordó a Barcelona 92), mostraron las luchas con la crudeza que requería (jamás un mundo fue menos amable), no perdieron la garra narrativa en ningún momento y, encima, cuando querían que el espectador descansara, desviaban la cámara a Cersei, que bien podría haber estado interpretando Macbeth. Lena Headey ya tiene episodio para los Emmy.

Y, al igual que hicieron con el primer tomo, reservaron el último episodio para cerrar y abrir tramas y situarnos en el punto en el que estaremos en el año venidero. Pero lo más interesante fue la efectista última escena. Puede que no fuera rigurosa con el libro, pero recordó al espectador porqué la saga tiene el nombre que tiene y comunicó que Benioff y Weiss saben que este es un gran relato.

P.D.Podcast: Y tras una semanita de parón, Yo Disparé a J.R. ha regresado con el final de temporada de Juego de Tronos. Como os podéis imaginar, es el plato principal del programa. Esto no quita que empecemos a hablar de estrenos veraniegos y pasemos lista a Hit & Miss, Longmire y Continuum, todas propuestas bastante originales o inusuales aunque con resultados muy dispares. El programa lo podéis descargar en la barra lateral y aquí tenéis la guía:

- 0’: Presentación y las nominaciones de los Critics Choice Awards.

- 9’: Hit & Miss de Paul Abbot con Chloe Sevigny.

- 23’: Longmire, ¿un western contemporáneo?

- 32’: Juego de Tronos, balance de la temporada con Begoña Álvarez de invitada.

- 64’: Continuum, una interesante premisa scifi en la televisión canadiense.