La industria televisiva de Canadá vive muy a la sombra de la norteamericana. Su gobierno, de hecho, es tan consciente de la beneficiosa (y también peligrosa) proximidad, que obliga a los canales del país a emitir una mayoría de contenidos propios. Algunos canales intentan cumplir estas cuotas durante el día para así poder emitir las series americanas en primetime, pero esto no quita que también tengan su proporción de series canadienses. Claro que, a diferencia de otros países anglosajones, tienden a pasar desapercibidas a menos que sean producciones emitidas en Estados Unidos o directamente coproducidas (The Listener, Degrassi, Being Erica o la recién The LA Complex), o que llamen la atención como Continuum por la simple razón que es una obra de ciencia ficción.
El planteamiento de esta serie emitida en el canal Showcase no puede tener mejor timing. En 2077 el mundo vive controlado por las grandes corporaciones, que salvaron los países a cambio de las libertades individuales, y un grupo terrorista intenta devolver la democracia a la sociedad. Pero, cuando estos son capturados y deciden escapar al pasado como último recurso, se les cuela un polizón en el viaje, una agente del orden biónica que hará cuanto esté en sus manos para impedir que cumplan su objetivo: cambiar el futuro de la humanidad desde la raíz del problema en 2012.
A partir del piloto se puede intuir que lo más interesante será ver el acercamiento entre polos opuestos. Al fin y al cabo, los defensores de la democracia intentan crear el caos y no pestañean a la hora de utilizar la violencia para conseguir su propósito, aunque haya daños colaterales, y Kiera Cameron, la agente que les persigue, tiene conciencia además de un cuerpo diseñado para capturar. Vamos, que cabría esperar un discurso plagado de grises y dilemas morales, lo que es pasto para crear un producto de ciencia ficción estimulante.
No obstante, la ejecución de Continuum no está a la altura de su argumento y en mi opinión ganaría con otro enfoque. Se echa de menos algo más de oscuridad, una proyección bastante más desesperada y desesperanzada de nuestro tiempo, más escabrosa y dramática en los momentos crudos, y con una realización que no pareciera la de cualquier serie inferior del cable. Cabe recordar que Battlestar Galactica tenía escenas especialmente baratos e igualmente descorazonadores o bestias (el asesinato del bebé en el piloto). Y el material de partida, el guión, sólo hace que alimentar la sensación de que Continuum se esfuerza por convertir en inofensivo algo que debería ser muy turbador. Ya veremos si con el tiempo consigue traspasar sus limitaciones y transmitir parte de su potencial, lo cual tampoco se puede descartar en un proyecto de estas características, que sólo es cuestión de darle al botón adecuado y conseguir una fémina cómoda en su papel, que Rachel Nichols de momento parece ser incapaz de adueñarse de él.
6 comentarios:
Estoy de acuerdo contigo.
El planteamiento de la serie está muy bien, pero tiene la pinta de convertirse en un procedimental policíaco con la típica atracción entre sus protagonistas y ya está. Lo más interesante hasta ahora, el muchacho que inventará la tecnología.
He leído por ahí que es una mierda. Seriously, tan difícil es parir un buen guión?
Eloi, lograr un buen guión, como hacer un buen libro o una buena noticia, no es tan fácil como parece :)
Y normalmente los que más se quejan y dicen "esto yo lo haría mejor" son aquellos que nunca han escrito nada ;)
(sin intención de ofender, Eloi. no va por tí, es un clásico)
A mi me parece propaganda fascista.
Si el futuro en vez de una DICTADURA de las corporaciones fuese NAZI, COMUNISTA CHINA o COMUNISTA RUSA, incluso INGLESES contra independentistas USAmericanos o SUDISTAS, sería imposible entender que los buenos fuesen los dictadores.
Por muy terroristas que sean los defensores de la democracia y las libertades.
Miguel, interesante punto de vista, aunque no creo que sean propagandistas, sencillamente creen tener una cosa entre manos que no es para tanto. Difícilmente se podrán mover entre grises cuando, de forma obvia, los buenos son los terroristas.
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