El creador televisivo Paul Abbot no tuvo una infancia fácil. Cuando tenía nueve años su madre les abandonó y poco después lo hizo su complicado padre. Entonces su hermana de dieciséis años, que estaba embarazada, tuvo que cuidar de él y de sus otros seis hermanos de escondidas de los servicios sociales. Durante la adolescencia, intentó suicidarse, le internaron en un centro psiquiátrico y allí empezó a escribir. Así se puede comprender porqué las familias de sus obras son como son. No se inventó realidades alternativas en Shameless, ni lo ha hecho en Hit & Miss, la serie de la que quiero hablar. Todo lo contrario. Estas familias son las que él identificó durante mucho tiempo como normales.
En este caso habla de Mia (Chloë Sevigny), una asesina a sueldo transexual que un buen día se entera de que tiene un hijo. La madre, una antigua novia suya de cuando aún era un hombre, ha muerto y encima le ha dejado la custodia del niño y de sus otros retoños, todos de edades, razas y padres diferentes. Mia deberá aprender a querer y demostrarles con hechos que está allí para quedarse, además de convertirse en un modelo a seguir y protector. Un papel que jamás creyó que tuviera o tan siquiera pudiera ejercer, teniendo en cuenta que se gana la vida matando a personas anónimas.
Lo llamativo de la propuesta, por supuesto, es la premisa. Sólo una mente muy demente puede unir tantas características atípicas en un argumento y encima plantearlo de forma realista, como si fuera la vida misma. Los primeros planos del pene de Mia no creo que sean especialmente provocadores, simplemente quieren exponer de forma clara la problemática de la protagonista, insatisfecha por estar en el cuerpo equivocado y estar a medias en su proceso de transformación. Para Paul Abbot sólo es otra forma de expresar sinceramente emociones verosímiles. Como ha comentado alguna vez, no hay nada que le moleste más que tener que encuadrar sus pretensiones en un género muy concreto, así que prefiere dejar confluirlas en marcos más amplios.
Hit and Miss responde a este propósito. Intercala el drama familiar con la frialdad implacable de Mia mientras ejecuta sus encargos y conoce a un chico del pueblo. La contraposición, no obstante, no termina de funcionar. La histeria de la hija mayor, perdida en una relación abusiva con el casero, nunca está en sintonía con el resto del reparto; el desarrollo de la vida sentimental de Mia es algo simplista y forzado (en seis episodios no hacía falta abarcarla); hay alguna inercia familiar poco desarrollada (el hermano mayor nunca acaba de perfilarse, la niña pequeña sólo da tumbos, la aparición del desconocido); y las imágenes de la protagonista como mercenaria no acaban de estar del todo bien encajadas. Justifican algunas acciones pero a ratos da la impresión que solamente están para diferenciarse de la competencia y demostrar que por alguna razón es una serie de cable premium.
A Abbot parece interesarle mucho más la dimensión dramática y familiar de la ficción y precisamente se echa en falta que no le saque todo el jugo que tiene. En cada episodio da unos cuantos bandazos entre los frentes abiertos y las vertientes de las acciones acontecidas. Y al final nos queda muy claro quién es Mia y porqué es como es (y Sevigny nació para interpretar este papel aunque se le den fatal los acentos), pero no tanto qué es Hit & Miss y porqué su responsable no se centra más y mejor en lo que quiere contar.
3 comentarios:
No podría estár más de acuerdo! Por fin alguien que sabe expresar lo que opino de la serie!
Grande, como siempre! ;)
Muchas gracias, Donnie.
No obstante, como quería explicarme y creía transmitir esta opinión, he obviado que estéticamente era muy interesante y también la cantidad de minutos sin diálogos del piloto. Pero quería contar otra cosa.
Visualmente me recuerda mucho al cine de Andrea Arnold (Fish Tank, Cumbres Borrascosas), con una visión muy sensorial y natural de la imagen.
Obviando pequeños desfases dramáticos y lo poco matizados que están algunos personajes... me parece una serie muy recomendable.
Y los niños te ganan a cada momento.
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